Se movilizarán al Ministerio de Trabajo. La medida afecta a los puertos y astilleros, así como a la actividad de movimiento de granos. Adhiere el SOMU.
Miércoles 23 de mayo de 2018
La Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra), liderada por el triunviro de la CGT, Juan Carlos Schmid, llamó a un paro con movilización al Ministerio de Trabajo.
En un documento, la Federación repudia el “ajuste económico, el regreso al Fondo Monetario Internacional (FMI), el proyecto de modernización del Puerto de Buenos Aires y la situación de la actividad”. A la vez, responsabiliza al FMI por el desguace que sufrió la actividad portuaria y marítima nacional en la década del 90.
Sin embargo, entre los reclamos no se nombra la situación acuciante de los jornaleros tercerizados, que se encuentran a la deriva; ni la de Tecplata que hace más de un año se encuentra sin funcionamiento en la localidad de Berisso, con más de 200 trabajadores en la calle.
La medida de fuerza afectará,a su vez, a la actividad de granos. No habrá servicio de remolcadores para buques que entran o zarpan de los puertos del país; no se prestará el servicio de guincheros para la carga y descarga de contenedores, o carga a granel; ni tampoco habrá actividad en los astilleros estatales y privados.
El Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU), conducido por Raúl Durdos, también adherirá a la medida de fuerza. Si bien la organización no integra Fempinra, las autoridades anunciaron que pronto volvería a ser parte.
La situación de los puertos, astilleros y empleados marítimos viene deteriorándose hace tiempo. La administración del gobierno kirchnerista había prometido, en vano, terminar con las concesiones a las multinacionales navieras. De hecho, teniendo como socios a los principales sindicatos del sector, durante esos años se produjo el desmantelamiento de astilleros como Tandanor y Domec García.
El gobierno macrista, por su parte, intervino la Administración General de Puertos (AGP) con Gonzalo Mortola. Y, además, viene profundizando las concesiones y beneficios a las multinacionales extranjeras para reducir los impuestos que se pagan en dólares por cada contenedor embarcado. De esta forma, obtienen más ganancias los importadores/exportadores y los operadores del Puerto de Buenos Aires, por donde se realizan el 60% de las entradas y salidas de comercio exterior.
Hacia el 2019 cuando se vencen las concesiones de TRP (Terminal Río Platense), APM Terminal y Bactssa, y se planea la futura adjudicación a un único operador multinacional. También se planea la expansión de la terminal de cruceros, la cual ya viene funcionando. Esto genera incertidumbre en los dos mil trabajadores que realizan sus labores en esas terminales, ya que se habla automatización, bajar los costos de movimientos de contenedores, de sumar tecnología y achicar “gastos improductivos”, como en los puertos europeos, donde reemplazaron personal por máquinas. En otras palabras, esto puede significar la pérdida de cientos de puestos de trabajo.
Un ensayo “de lo que se viene” en el puerto es el nuevo convenio colectivo de trabajo que rige en el grupo APM Terminal. Mediante este, se han agregado horas semanales y reducido salarios; además, se determinó una nueva forma de contratación de tercerizados por buque, que pueden operar por seis meses y luego quedan a la deriva. Todo esto ocurrió con el visto bueno de la Federación Marítima Portuaria que engloba a los sindicatos por oficio que actúan en el puerto, con la excusa de que se “saldrá a flote” y volverán a ser contratados.
Situación similar ocurre en las otras terminales donde directamente el personal tercerizado están suspendidos aduciendo “baja actividad”. Mientras tanto, se mantienen los costos de los fletes en dólares y los empresarios siguen obteniendo ganancias extraordinarias.
Las medidas impulsadas por Fempinra se dan en el marco de las internas en la CGT, mientras avanzan la pérdida de puestos de trabajo así como los ensayos de reforma laboral por empresa.
El paro y la marcha constituyen un primer paso. Para realmente enfrentar las políticas de ajuste de Macri y el FMI, no alcanza con delegados que informan del paro por gremio o por oficio; sino que es necesario que confluyan todos los trabajadores de las terminales del Puerto de Buenos Aires, más allá del oficio al que pertenecen e incluyendo a los tercerizados en una gran asamblea general, exigiendo el paro nacional de toda la CGT.
Hay que impulsar un plan de lucha serio, para que los pulpos navieros multinacionales no sigan llevándose todas las ganancias en dólares. Es necesaria una salida de fondo: la estatización de los puertos bajo control de los trabajadores y el monopolio del comercio exterior en manos del Estado. No podemos volver a los fantasmas de los 90 que, de la mano de las privatizaciones, dejaron más de 20 mil trabajadores en la calle.