La medida conjunta de la que participaron trabajadores de CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), NASA (Nucleoeléctrica Argentina), Dioxitek, ARN (Autoridad Regulatoria Nuclear), PIAP (Planta Industrial de Agua Pesada) y otros entes del sector, se dio con un paro llamado por ATE y una movilización conjunta a la sede central de CNEA.
Jueves 9 de junio de 2016 12:27
Fotografía: Pavlowzky
Una mañana distinta se dio entre los trabajadores del sector nuclear, denominación que adquieren las empresas estatales e instituciones vinculadas al ámbito de la energía nuclear (CNEA, NASA, Dioxitek, ARN, PIAP). Se realizó una medida conjunta de los trabajadores de todas estas empresas, comenzando el día con un bloqueo de puertas de la Sede Central de CNEA por parte de los trabajadores de Dioxitek reclamando por la reapertura de la planta productora de dióxido de uranio ubicada en la provincia de Córdoba, afectando el normal funcionamiento de esta sede administrativa. Por otro lado en el Centro Atómico de Constituyentes (CAC, ubicado en el partido bonaerense de General San Martín) con un fuerte paro activo que se dio en las plantas de producción de combustibles nucleares sumado a una amplia participación de técnicos, investigadores y empleados de esta institución se cortó durante un breve periodo la colectora de la General Paz y en el Centro Atómico Ezeiza (CAE) se paró la Planta de Fisión. El reclamo de los estatales nacionales atómicos fue centralmente la reapertura de las paritarias sectoriales (ya que CNEA no cuenta con un convenio laboral propio) y el pase a planta permanente, dado que la mitad del personal de esta institución científico técnica se encuentra trabajando en distintas modalidades de precarización laboral, lo cual fue reconocido ante los trabajadores por la misma Presidenta de CNEA en el último aniversario de la institución, así como que el salario promedio es el más bajo del sector. Al mismo tiempo delegaciones de ATE bloquearon la entrada a las oficinas centrales de NASA ubicada en la calle Arribeños de la Ciudad de Buenos Aires, pidiendo por el derecho a participar de las negociaciones paritarias de esa empresa, donde la misma solo negocia con el sindicato mayoritario Luz y Fuerza. Allí mismo confluyeron mas tarde los trabajadores del CAC y el CAE. Luego marcharon hacia la Sede Central de CNEA ubicada en Av. del Libertador, cortando la mano que va a hacia el centro, con una numerosa columna de estatales de los distintos sectores. En la misma se realizó un acto donde hablaron delegados de las distintas empresas e instituciones como así también lo hizo el Secretario General de ATE Nacional Hugo Godoy. Luego se hizo una reunión con las autoridades que prometieron distintas mesas de trabajo para resolver los puntos en cuestión.
Más problemas para Aranguren
Como si no hiciera falta ganarse enemigos luego del antipopular tarifazo realizado en los últimos meses, Aranguren se encontró con un nuevo reclamo de un importante sector de su cartera. Los reclamos paritarios así como la demanda de pase a planta o la continuidad de los proyectos nucleares están todos dirigidos al mismo ministerio. Los trabajadores de la actividad nuclear saben bien que su trabajo diario es un patrimonio de especial importancia para el gobierno ya que la misma es reconocida internacionalmente al nivel de las principales potencias del área. La actividad nuclear en argentina no solo goza de un gran prestigio sino que es una pata que sostiene una generación alrededor del 6 % de la producción eléctrica, además de otras actividades como la producción de radioisótopos para la medicina nuclear, o la formación de profesionales de alto nivel.
Una medida que nace con fuerza desde abajo
En la CNEA el debate del paro empezó muchos días antes, ante la necesidad de los trabajadores de que se abran paritarias sectoriales, deuda pendiente que se arrastra desde tiempos del kirchnerismo, mentor del famoso “Plan Nuclear”, así como también la precarización laboral reinante entre científicos, técnicos y empleados que es parte de la herencia precarizadora que dejaron los 12 años de gobierno “Nacional y Popular”. Las autoridades de la institución hicieron “la gran Barañao” y se quedaron prestando servicios al gobierno ajustador después de posar de grandes defensores “del proyecto” durante tantos años y no vienen dando ninguna respuesta ante los reclamos. Pero lo distintivo de esta medida en comparación con los paros folclóricos y sin efectos reales llamados por ATE durante el último tiempo es que partió de la discusión en los distintos sectores de producción, oficinas y laboratorios, donde se discutió profundamente la necesidad de esta medida, se debatió en conjunto y se votó, logrando un importante triunfo que fue parar las plantas de producción en el Centro Atómico de Constituyentes así como en Ezeiza. El éxito de esta medida deja planteada la necesidad de construir un verdadero plan de lucha discutido por los trabajadores en todos los sectores donde se haga un balance de la jornada y se resuelva como seguir.
Por otro lado el amplio apoyo que tuvo en la base estatal y la ampliación de un activismo que venía pronunciándose contra los despidos masivos del Gobierno Nacional y los provinciales, tiene relación con el gran malestar que generan las distintas medidas antipopulares del gobierno de Macri. Es una nueva demostración de que fuerzas y disposición para parar el país sobran. La complicidad de las CGTs y la pasividad de las CTAs va a contramano de la medida que necesitan los trabajadores para enfrentar el ajuste.
Fotografía: Pavlowzky