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Red Internacional
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Polémica. Patricia Bullrich: "Holanda es un narcoestado"

La ministra de Seguridad utilizó el ejemplo del país europeo para defender su férrea postura de criminalización del consumo de las drogas. Un argumento un tanto dudoso.

Lunes 23 de abril de 2018 13:51

En el programa Debo Decir del canal América TV, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se refirió a Holanda para justificar su política de criminalización sobre el consumo de drogas.

La ministra sostuvo que "la despenalización de la droga fracasó en todos los lugares donde se aplicó. En Holanda hoy están diciendo que es un narcoestado. Están en una crisis. Son los principales exportadores de droga de síntesis en Europa. Y todo por la despenalización, que lo que hace es bajar la idea del riesgo y aumentaron los problemas de salud, choques y de muertes. Cuando se baja ese umbral, aumenta inmediatamente la cantidad de consumidores".

Sin embargo, hay un par de aclaraciones que caben hacer ante las declaraciones de la ministra. En primer lugar, las denuncias alrededor de la proliferación de un "narcoestado" en Holanda, vinieron de la mano de la Asociación de Policía Holandesa hace unos meses. Frente a esta caracterización, no tardaron en llegar críticas de diferentes especialistas que señalaron que la definición de "narcoestado" era un tanto inexacta para el caso de Holanda.

Pero por otro lado, en lo referido al "fracaso" que señala Bullrich; según los datos oficiales del país europeo, la política de tolerancia al consumo de drogas (que ya lleva alrededor de cuatro décadas), no significó un aumento del consumo como en el caso de la marihuana y el hachís, sino que hace unos años resaltaban tener menores niveles de consumo que otros países de la región.

¿Y por casa cómo andamos?

La realidad acerca del "narcoestado" holandés del que habla Bullrich no tiene comparación con casos que han suscripto a las políticas que la ministra adhiere. Hablamos de países como Colombia y México que, embarcados en la "guerra contra el narcotráfico" propiciada por Estados Unidos, solo trajeron consecuencias devastadoras y no hizo más que reforzar el aparato represivo estatal.

El residente de psiquiatría del Hospital Nacional de Salud Mental y Adicciones Laura Bonaparte, Marcos Andrés, en una entrevista realizada por La Izquierda Diario; sostenía que "ningún consumo de sustancias debería ser perseguido y criminalizado. Como remarqué antes esta política es funcional a los sectores de poder y a perfeccionar el aparato represivo".

Las políticas prohibicionistas como la que impulsa Bullrich, no solo introducen sustancias de mala calidad, dificultan el acceso a información científica y obturan la búsqueda de tratamiento para quienes padecen uso problemático; sino que demoniza y criminaliza al consumidor, sumado a que es uno de los principales motores del negocio del narcotráfico que mueve 500 billones de dólares por año mientras es garantizado por las mafias, funcionarios públicos, jueces y fuerzas represivas.

El consumo de sustancias no debiera ser un debate de carácter moral, sino de salud pública. La realidad es que la criminalización, que recae centralmente sobre la juventud y sobre todo los sectores populares; no conlleva ninguna salida de fondo, como se ha venido demostrando en todos estos años. Si hay una política que demostró su rotundo fracaso, es la que viene pregonando el Estado argentino en todas estas décadas y que Bullrich se propone reforzar.

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