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Red Internacional
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Aceite y harina. Patronales agrarias rechazaron cierre de exportaciones y amenazan con protestas como en 2008

Ante la desorbitante suba de los precios de harinas y aceites, el Ministerio de Agricultura cerró las exportaciones hasta nuevo aviso. La Comisión de Enlace dijo que “no permitiremos ni dudaremos en defender nuestros derechos como lo hicimos hace 14 años”, cuando el conflicto por las retenciones.

Lunes 14 de marzo de 2022 10:16

Foto de archivo

La suba del precio de los commodities ya impacta en los precios locales. El kilo de pan subió un 50% en muchos barrios porteños y la mayoría del país y movilizó al Gobierno a finalmente intervenir. En un comunicado aseguró que “a partir de la fecha de la presente y hasta nuevo aviso el Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior que involucre la exportación de las siguientes posiciones arancelarias quedará suspendido a todos sus efectos”.

Pero además se analizan otras medidas. Según trascendió, la resolución del Ministerio de Agricultura sería la antesala de una suba del 2 % de las retenciones en esos productos, que tienen un arancel del 31 % de derechos de exportación. Según la versión oficial, se busca que lleguen al 33 % y así equiparen las retenciones que paga la exportación del poroto de esa oleaginosa, que no se ve afectada por esta resolución.

El aumento de los precios presiona sobre la ya altísima inflación local. Recordemos que en lo que va del año ya superar los X%, y en el caso de los alimentos de primera necesidad todavía más.

El hecho obligó al Gobierno, que ha permitido hasta ahora los aumentos que favorecen a empresarios del campo y grandes cadenas de comercialización, a tomar una medida elemental: el cierre parcial de las exportaciones.

La respuesta de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias ante la medida y la posibilidad de una leve suba de las retenciones no se hizo esperar: “expresa su férreo rechazo y anticipa que no hay margen para que sigan expoliando a los productores", comienza el comunicado. Desde la entidad agregan que "la CEEA rechaza cualquier intención de aumento de retenciones, así como también cualquier otra intervención distorsiva en los mercados", agregaron.

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Según la entidad que agrupa a distintos sectores productores y exportadores, la medida “no solucionan ninguno de los problemas existentes, no combaten ni la inflación ni la pobreza (…) porque van en contra de todo lo que se necesita: una mayor producción, más inversión y más trabajo”.

Sorprende el argumento de las grandes patronales agropecuarias. El aumento de “la producción” ha estado orientado fundamentalmente a satisfacer sus negocios agroexportadores. La carne, la leche, la harina y otros productos básicos han subido al ritmo de los precios internacionales, lejos de cualquier interés en “combatir la inflación y la pobreza”. Hoy gran parte del complejo oleaginoso y frigorífico está en manos de multinacionales o grandes grupos locales que concentran el comercio exterior y lo que queda para el mercado local. Como siempre utilizan el argumento de “los productores” y “el trabajo” para defender sus negocios. Incluso ante los roces con un gobierno que se ha mostrado favorable a sus intereses, más interesado en el ingreso de dólares para el pago de la deuda que en la “mesa de los argentinos”.

O sea, le ha hecho "el juego a la oligarquía".

Sin embargo, los voceros ruralistas redoblan la apuesta y agitan el fantasma de las protestas de 2008, por las retenciones de la Resolución 125. "No hay más margen para manoseos ni para seguir expoliándonos como sector, ni avasallándonos. Los productores de todo el país no permitiremos ni dudaremos en defender nuestros derechos como lo hicimos hace 14 años, exactamente un día como hoy".

Como plantea el Frente de Izquierda, esta situación es consecuencia de que dos tercios del comercio exterior están en manos privadas. Casi un monopolio privado. Por el contrario, contra las maniobras de evasión de las grandes cerealeras y aceiteras, contra sus presiones devaluatorias y el manejo de los precios internos, no alcanzan las retenciones. Son una curita para un problema que desangra la economía nacional y el bolsillo y el estómago de millones. La única salida realista es el monopolio estatal del comercio exterior. Como hemos explicado en distintas ocasiones, esto permitiría definir qué se exporta y qué no, así como administrar las divisas generadas por las exportaciones en función de las necesidades de una producción al servicio de las mayorías populares y no de las ganancias de unos pocos.