Siguiendo el ejemplo de Chile, Argentina y Bolivia, Claudia Sheinbaum anuncia salida masiva de policía a las calles para garantizar el confinamiento. ¿Lo que le preocupa es el aumento de los contagios o de las protestas contra los despidos y el desabastecimiento de hospitales?
Jueves 2 de abril de 2020
“Estamos en alerta sanitaria por lo que se le invita a la ciudadanía a retirarse de las calles y mantenerse dentro de sus domicilios para evitar contagios. Quédate en casa, cuídate y cuídanos. Recuerda, el objetivo es no contagiar y no contagiarse. Si tienes algún síntoma como tos seca, dolor de garganta o fiebre manda un mensaje al 51515 con la palabra Covid-19 o llama a Locatel”.
Con este mensaje las alrededor de 8 mil patrullas de la CDMX recorrerán las calles de la ciudad “invitando” a las personas a permanecer en sus casas. Así mismo la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, informó que los policías tendrán la función de disolver reuniones en las calles que excedan la cantidad de 50 personas. Lo que les abre la puerta a reprimir a aquellos trabajadores que protesten contra los despidos o a los médicos que se han manifestado exigiendo el abastecimiento de los hospitales.
Con este patrullaje, Sheinbaum mencionó que estarán “vigilando a todos aquellos que no se enteran por las redes sociales” de las indicaciones de confinamiento. En realidad de lo que se trata es de un aumento en las políticas represivas del gobierno.
Esta es la estrategia del gobierno capitalino para reducir los contagios por COVID 19, pero mientras siguen repitiendo el mensaje de “quédate en casa”, gran parte de los trabajadores y trabajadoras de la ciudad no tienen esa oportunidad y para muchos otros la cuarentena ha implicado la pérdida de sus trabajos y por ende de sus ingresos y su seguro médico.
El aumento de presencia policial e incluso militar patrullando las calles, ha sido una política que han aplicado gobiernos que va desde la golpista Jeanine Añez en Bolivia, pasando por Piñera en Chile hasta Alberto Fernández en Argentina. Las imágenes de la represión a los repartidores de Uber Eats o Didi, a jóvenes que vienen de trabajar o van a la tienda, han recorrido el continente entero.
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Después de que la jefa de gobierno anunciara que aumentaría la presencia policial en el metro para combatir las desapariciones de mujeres -mejor dicho secuestros a manos de las redes de trata, coludidas con los mismos policías- se hicieron virales en tan solo semanas los casos de tres chicas que fueron violadas por policías en diferentes puntos de la ciudad. Con las calles vacías y los “oficiales” patrullando ¿qué le espera a las mujeres trabajadoras que no tienen derecho a la cuarentena?
Mientras a los policías los mandan bien equipados a las calles, a los médicos los siguen mandando a los hospitales sin tan siquiera mascarillas. Las prioridades deben cambiar. El gobierno de la ciudad destinó este año 23.2% del presupuesto a la seguridad. Si como salimos a las calles a denunciar el año pasado, #LaPolicíaNoMeCuidaMeviola, hoy menos aún nos va a proteger de un pandemia que ha alcanzado cifras espeluznantes.
La polícia y las fuerzas armadas debe retirarse de las calles inmediatamente, y la Guardia Nacional debe ser disuelta. El presupuesto que se destina a este rubro a nivel capitalino y federal se tiene que destinar al sector salud, así como a garantizar que el conjunto de los trabajadores y trabajadoras de los sectores no esenciales puedan atravesar la cuarentena sin pasar hambre, con subsidios a nivel de la canasta básica y garantizando la prohibición de despidos y de licencias al 100% del salario.