×
×
Red Internacional
lid bot

Tokio 2020. Paula Pareto: el adiós de una leyenda del deporte argentino

Pisó un tatami hoy por última vez en una competencia profesional. La judoca, dos veces medalla olímpica, con oro incluido, le puso fin a su carrera sin haber podido subirse al podio en esta competencia, pero con el título de leyenda nacional.

Sábado 24 de julio de 2021 15:29

La “Peque”, una de las estrellas de la delegación argenta, finalizó hoy su participación en los Juegos Olímpicos al caer derrotada ante la portuguesa Catarina Costa en el repechaje correspondiente a la categoría de hasta 48 kilos por la medalla de bronce. La contienda fue muy reñida a pesar de la lesión que acusaba Pareto. Sin embargo, un “waza – ari” (1 a 0) fue la toma que sepultó los sueños de luchar por una medalla para la judoca argentina. Una de las emociones del día para la oriunda de San Fernando fue el cálido y sentido saludo de su rival, para pasar a fundirse en un emotivo abrazo con su entrenadora Laura Matinel, mientras era ovacionada por la delegación albiceleste.

El maldito dolor en el codo izquierdo condicionó la que sería la última actuación de la argentina en el Centro Nippon Budokan y en su carrera profesional.

El camino de Paula Pareto venía sin fisuras. Después de derrotar a la sudafricana Whitebooi y a la eslovena Stangar, ambas por ippon, la campeona olímpica en Río 2016 perdió ante la japonesa Funa Tonaki (la favorita) en los cuartos de final de la categoría -48 kilos. Pero más allá de la derrota, lo que generó preocupación fue que la Peque se retiró con molestias del tatami de Tokio 2020.

Con visibles signos de dolor, la deportista de 35 años se retiró sin mover el brazo izquierdo. A pesar de que su entrenadora solicitó la rápida intervención del médico Néstor Lentini del Comité Olímpico Argentino, el personal de la organización no dejó que el especialista la atendiera ni bien finalizó el combate y tuvo que dirigirse a la zona de vestuarios. El resto quedará para la historia. Derrotas que podían ser previsibles pero que el corazón y la garra de Pareto hacían que no dejemos de soñar con otro final.

La lista de laureles con los que cuenta la Peque son incontables: medalla de oro en Río 2016, Bronce en Beijing 2008, Campeona Mundial en 2015 en Kazajistán, premio Olimpia de Oro ese mismo año, primera deportista argentina que ganó dos medallas olímpicas en disciplinas individuales, pionera nacional este 2021 en portar la bandera olímpica en la ceremonia de apertura de los JJOO representando al continente americano, medallas en Panamericanos, etc. Todo esto mientras en 2014 se recibía de médica.

Su regreso a la Villa Olímpica, luego de haberse despedido de la competencia, le traería un regalo único y muy significativo. El resto de les deportistas de la delegación argentina estaban esperándola, formando un pasillo para que desfile y pueda ser aplaudida y ovacionada por cada une de sus compatriotas. Fundiéndose en abrazos con Yaz Nizetich, Julieta Lazcano y otres deportistas, y visiblemente emocionada y con muchas lágrimas, transitó así sus últimos minutos de un Juego Olímpico una de las estrellas más grandes del deporte argentino. Una de esas atletas que no solo se pueden jactar de tener el reconocimiento de sus rivales, de sus pares judocas y de otras disciplinas, si no que cuenta con el cariño absoluto de parte de la gente.

“Estoy muy contenta por todos los mensajes que recibí, tanto en esta semana como en las previas. Ese cariño de la gente más allá de la medalla es algo que a mí me hace muy feliz. En esta semana me sentí muy querida y apoyada por todos como persona, como argentina y como representante de ellos”, expresó Paula tras confirmar que obtenía su diploma olímpico.

Con una humildad y calidez como pocas, Pareto sentenció: “No deja de sorprenderme el cariño de la gente. Dentro de todo el lío de emociones hay muchas cosas positivas. Les pido perdón por esta vez no hacerlos tan felices como en Rio”. Dejó todo, hasta la última gota, como ella mismo dijo, pero no solo hoy, sino en cada paso de su carrera, y lo confirman las 21 medallas de oro, las 12 de plata y las 17 de bronce que tuvo alguna vez colgadas de su cuello y que hoy deben decorar un rincón de su casa y de su corazón.