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Red Internacional
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CINE // RESEÑA. "Paula", la explotación en el campo tiene cara de mujer

La ópera prima del director argentino Canevari que compitió en el 2015 en el Festival de Cine de San Sebastián. EL aborto y la vida de las mujeres trabajadoras en el campo, sus protagonistas.

Jueves 4 de agosto de 2016

“La hipocresía es un tema primordial en la película", explica el director quien asegura que su meta era "derrumbar el discurso de la burguesía a través del contraste entre diferentes realidades"[1].

“Paula” cuenta la historia de una joven que trabaja cuidando hijos de una familia burguesa productora de soja en Pergamino, en el interior de la provincia de Buenos Aires. La trama muestra la desigualdad social y la miseria, mientras las familias burguesas viven a todo confort, gracias al sometimiento de quienes trabajan para ellos.

Es una película en la que casi todo está implícito. Todo queda dicho con los silencios, con las omisiones y nada se explica, los personajes levitan a lo largo de la trama. Todo se entiende con las acciones. El final abierto deja interrogantes; el aborto, la violencia de género, la opresión y la explotación, la xenofobia.

“Paula” nos muestra la realidad social que viven las mujeres jóvenes, trabajadoras y pobres. Visibiliza los padecimientos de ayer y de hoy de las mujeres de las grandes ciudades, del conurbano del gran Buenos Aires y de los pueblos del interior. Las mujeres viven la desolación y el abandono por su condición social, por la estigmatización, por el peso de la iglesia en complicidad con los gobiernos, que son quienes condenan e impiden que una mujer pueda tomar la decisión de practicarse un aborto.

La pantalla grande muestra una fotografía de la realidad. Me sentí interpelada cuando miles de fotogramas volvían sobre mi memoria, recordando mi experiencia de vida en el interior del país en una zona rural, a 1600 km de la gran Ciudad de Buenos Aires. Muy pocas llegábamos a terminar el secundario y la mayoría, para lograrlo, teníamos que salir a trabajar; hacíamos changas después de cursar, pero éramos condicionadas a tareas determinadas por ser mujeres, jóvenes y pobres. Niñeras, personal de limpieza, vendedoras, mozas se contaban entre nosotras, quienes tendíamos redes de solidaridad y de contención para subsistir a los abusos de los patrones y de las patronas que nos maltrataban y miraban con desprecio.

La película muestra una escena donde Paula va camino a la hacienda donde trabaja, es levantada en el auto por su patrón y éste desliza, impunemente, su mano por su cuerpo. Esta escena, de gran sutileza, es moneda corriente. En la vida real somos miles las “Paulas” que somos acosadas por los “patrones” que piensan que pueden hacer con nosotras lo que quieren por el sólo hecho de ser nuestros empleadores.
El guión de la película abre debates sobre nuestra historia de opresión y explotación, la vida de las mujeres en el centro de nuestras realidades cotidianas. Las “Paulas” empezamos a alzar nuestra voz, somos miles….seamos cada día más quienes usamos este medio para organizarnos y terminar de una vez y para siempre con el intento de silenciar nuestras voces.


[1] Entrevista en Télam; Espectáculo de Claudio D. Minghetti.

Drama. Argentina, 2015. SAM 13, 65’. De: Eugenio Canevari.
Con: Dennise Labbate, Estefanía Blaiotta, Pablo Bocanera.
Sala: Gaumont. 13:40 y 20:10