Recientemente Netflix anunció que está en producción una película que tendrá como base la legendaria novela “Pedro Páramo” de Jun Rulfo, lo que ha creado mucha expectativa entre los amantes de la literatura y el cine.
Miércoles 10 de mayo de 2023
Sin duda una de las grandes obras de la literatura en español que ha dado América Latina y en particular México, es Pedro Páramo de Juan Rulfo. Dicha obra que se considera como un antecedente directo del llamado boom Latinoamericano y que hace gala de todos los elementos del realismo mágico se considera una obra maestra.
Por esta razón, la plataforma Netflix anunció que está en producción una película que será protagonizada por Tenoch Huerta. La noticia causó gran expectación entre los aficionados a la lectura y al séptimo arte. En el elenco encontramos los nombres de Manuel García-Rulfo, Ilse Salas, Dolores Heredia, Mayra Batalla, Héctor Kotsifakis, Roberto Sosa, Yoshira Escarrega, Noé Hernández, Giovanna Zacarías.
Inmediatamente al anuncio surgió un debate en redes sociales sobre si la película respetaría la esencia del libro o si captaría la potencia de lo que Juan Rulfo nos contó. Incluso algunos se inconformaron y señalaron que este tipo de libros nunca deben llegar a la pantalla grande porque siempre son peores que el libro original.
Mención especial necesita Tenoch Huerta y su campaña de “Poder Prieto”. El actor mexicano se ha vuelto una cara visible de la lucha contra el racismo (a diferencia de Luis Felipe Tovar) en México.
Sin embargo, la iniciativa de Huerta que despierta simpatía entre buena parte de la población mexicana que igualmente ha sido discriminada, tiene algunos límites. Quizá, el más importante es que no ataca el problema estructural del racismo, el cual tiene que ver con la explotación capitalista, es decir, si a una persona de piel morena se le hace menos, es justo porque es una forma de perpetuar un sistema de explotación que viene desde la colonia, en que los peninsulares blancos eran los que acaparaban la riqueza y los mejores puestos de trabajo, aunque en alianza con la aristocracia indígena y que el “México independiente” mantiene hasta nuestros días.
Entonces, lo que el actor reclama es igualdad de oportunidades para las personas morenas, romper de alguna forma el techo de cristal, no obstante, cuando los mexicanos de rasgos indígenas logran posiciones de poder y acumulación de capital esto no se traduce en redistribución de la riqueza o mayor democracia, porque la estructura de clases sociales sigue intacta.
Una historia, dos lenguajes
Primero que nada, debemos recordar que Pedro Páramo no es una mera ficción, sino que recurre a elementos fantásticos para retratar las glorias y contradicciones de un México postrevolucionario que intentaba, según las políticas gubernamentales, dejar atrás el dominio de lo rural para entrar a un acelerado proceso de modernización capitalista.
Así, una de las virtudes de Rulfo fue captar en un lenguaje coloquial pero profundo el ser del mexicano y la mexicana en una narración no lineal y que originó la sensación de que todos somos hijos e hijas de Pedro Páramo.
Ahora, la literatura es una forma de lenguaje que por medio de la palabra escrita tiene sus técnicas para contar una historia, en la que la palabra del autor debe embonarse con los intereses y sensibilidades del que lee para que sea una actividad gozosa y que atrape al lector. Por ende, el que escribe coloca una base delineada y el leyente debe colorear como guste la historia que va dibujando en su cabeza.
Por otra parte, el cine es una experiencia distinta a la lectura, pues tiene su propio ritmo y códigos al momento de narrar los acontecimientos. Al igual que la literatura, el guionista y director ofrecen su interpretación que puede o no coincidir con la del espectador. Por eso, el cine, al ser una actividad que tiende a ser más inmersiva, involucra casi todos los sentidos del espectador, lo que complejiza la relación y por tanto, puede encontrar mayores disimilitudes entre obra escrita y audiovisual, lo que no implica que una sea inferior o superior a la otra, sino, simplemente diferentes.
Por tanto, desde la humilde opinión de quien escribe, lo primero que deberíamos entender es que, al ser dos lenguajes distintos, no podemos poner los mismos estándares para juzgarlos, aunque no se anula la posibilidad de hacer comparaciones. Se pueden indicar sí se sigue el argumento del libro o no, si la fotografía es de calidad o no, y un largo etcétera, pero, por lo pronto, lo que nos queda a los amantes de Pedro Páramo es esperar a su estreno, que está programada para 2024, y como dicen por ahí “en gustos se rompen géneros”.