En un terreno municipal, ubicado en Zanni al 50, donde habitan una señora mayor con su hijo, comenzó una demolición de la construcción que se encuentra atrás de la vivienda de estas dos personas. Dicha demolición estuvo a cargo de la Secretaría de Obras Públicas, a cargo del Ing. Luis Fanti, quien los intimó con una orden de desalojo.
Viernes 22 de octubre de 2021 13:43
Desde La Izquierda Diario nos acercamos, por la tarde, a conversar con los afectados por esta situación. Nos recibió una señora de 83 años, jubilada, con su hijo, que es docente. Ambos son muy conocidos en el barrio, la mujer trabaja a muy pocas cuadras de allí, acompañando por la noche a una persona mayor. Nunca hubo quejas de vecinos, con los cuales tienen buena relación. A su vez, en los 30 años que viven ahí se encargaron siempre del mantenimiento del terreno, limpiando o cortando el pasto.
En septiembre de este año les llegó una orden de desalojo intimándoles a abandonar el lugar en el plazo de un mes. Se asesoraron por un abogado que les dijo que esperaran, que tal vez se aplazaría el desalojo y, a su vez, desde la Municipalidad insistían en que buscaran una vivienda para alquilar, lo cual no es nada accesible en términos de precio, garantías y requerimientos. Hace una semana, desde Desarrollo Social, secretaría a cargo de Natalia Abanz, les comunicaron que podrían quedarse pero que la demolición iba a llevarse a cabo de todas formas.
El día miércoles les avisaron que demolerían parte de la construcción y que dejarían un pasillo conectando la calle con la pequeña casa donde viven, separándolos del resto del terreno con un tapial. Sobre lo que van a construir en el lugar hay varias versiones: Fanti dijo en una entrevista que sería una dependencia de Desarrollo Social, mientras que ellos nos comentaron que sería un depósito municipal al que concurrirían camiones, maquinarias y donde se guardarían elementos del sector de Servicio, encargado de la limpieza y mantenimiento, con las molestias que todo eso genera.
No es novedad el amedrentamiento y la falta de soluciones hacia las y los vecinos que no tienen una vivienda propia y recurren a habitar terrenos o construcciones abandonadas, como lo comentamos por este mismo medio el año pasado, cuando un grupo de familias que fueron estafadas, compraron terrenos que no pertenecían a quien decía ser su dueño. La respuesta del Intendente Pablo Javier Zurro fue enviar primero a la policía junto al GAD, y luego retroexcavadoras a levantar el suelo para que nadie más pudiera instalarse allí, con intimaciones de por medio.
Mientras tanto, la problemática habitacional sigue sin tener una solución estructural. Una encuesta realizada por Inquilinos Agrupados arroja que siete de cada diez inquilinos destina entre un tercio y la mitad de sus ingresos al pago del alquiler, mientras que los valores van, en Provincia de Buenos Aires, desde $13.500 para un monoambiente y $32.000 para una casa de tres ambientes.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que las necesidades de las mayorías que no pueden acceder a una vivienda, a trabajo, a educación, queden relegadas por el pago de una deuda fraudulenta, usuraria y ociosa? Deuda que tanto Juntos, el Frente de Todos, los liberales y Randazzo no dudan en pagar, y continúan con políticas represivas hacia las familias que luchan por Tierra para Vivir, como sucedió en Guernica, en la Villa 31 o en el Barrio El Carmen de Berisso.
Desde el PTS en el Frente de Izquierda y Trabajadores – Unidad reclamamos un plan nacional de vivienda para dar una solución inmediata al déficit habitacional, el cual podría ser llevado a cabo afectando las ganancias de los fugadores seriales y desconociendo el pago de la deuda externa, y que este plan sea accesible para toda la población. A su vez, recordamos que La Izquierda Diario está a disposición para que se escuche la voz de las y los de abajo para realizar denuncias y que se viralicen este tipo de problemáticas, y estamos a disposición para pelear contra este gobierno que no atiende verdaderamente las necesidades de las grandes mayorías.
No más represión ni amenazas a las familias sin techo. No más especulación inmobiliaria.