En un acto de violencia institucional dos oficiales de la villa balnearia de Pehuen Co atacaron a golpes a un menor de edad en la noche del sábado 18 de abril.
Lunes 20 de abril de 2020
Fotos gentileza de La Resistencia Noticias
Dos menores de edad fueron detenidos dentro de una propiedad privada en la que se encontraban. El patrullero entró en el patio de la propiedad y los violentó, tirándolos al piso y luego los trasladaron al destacamento donde uno de ellos fue agredido físicamente.
Los menores estuvieron detenidos durante horas. Sin ser informados sobres sus derechos y sin llamar a sus padres.
Los oficiales les informaron a la familia que los golpes que tenía en el cuerpo se debían a que los jóvenes se habían “caído de la moto”.
Según trascendió los responsables fueron los efectivos Mariano Solís y Natalia (no se difundió su apellido)
Es alarmante que una localidad tan pequeña sucedan hechos de esta magnitud con semejante impunidad. Recordemos que éste verano los 10 policías de Pehuen Co, incluído el jefe del destacamento fueron removidos de sus cargos tras los reclamos de vecinos de la villa balnearia por hechos de inseguridad de los que se sospechaba la implicación del personal policial.
En esta misma temporada estival, un vendedor ambulante de 29 años fue falsamente denunciado por robo. La policía haciendo abuso de autoridad y discriminándolo por ser una persona con discapacidad, agredieron física y psicológicamente a Gonzalo Bayer, intimidándolo para que se vaya del balneario.
Y no es un detalle menor que en Pehuen-co también, desde hace más de 4 años, hay una mujer desaparecida.
Soprende que una localidad donde apenas viven 500 personas de manera permanente, donde en éste contexto de emergencia sanitaria, los lazos de solidaridad son muy fuertes, la policía se maneje con éste grado de violencia.
Es un secreto a voces que los policías castigados por mala conducta de Bahía Blanca o Punta Alta son movidos con destino a esta localidad.
Estos hechos se suman a la violencia policial que venimos viviendo y denunciando de manera recurrente, y que en estos momentos de crisis, con la decisión política del gobierno de darle un rol preponderante a las fuerzas represivas para hacer respetar el Aislamiento Social, solo han aumentado.
Ejemplos sobran. Como el de la joven madre puntaltense que fue detenida cuando estaba yendo a una farmacia a comprar un remedio para su hija y estuvo en el calabozo esposada durante tres horas; o los casos vividos en la ciudad vecina de Bahía Blanca donde la policía reprimió a una familia que estaba en el patio de su casa reventando la puerta a patadas, entrando a los tiros y dejando al propietario con la mandíbula rota; o el de la semana pasada donde también molieron a golpes a un trabajador que había sacado a pasear a su perro.
Los casos de brutalidad policial se multiplican al calor de la extensión de la cuarentena; así buscan un disciplinamiento y amedrentamiento social.
Pero para enfrentar una pandemia se necesitan médicos, no policías. No necesitamos más control policial necesitamos que todas las familias tenga comida y salud.