Capitanich anunció hoy que cinco mil agentes de la Policía Federal se retirarán de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires donde se encuentra la Policía Metropolitana. Esto generó una polémica, aunque tanto el gobierno nacional como el de la Ciudad coinciden en criminalizar la pobreza en el marco de la crisis económica, como se vio en el desalojo de Lugano hecho de forma conjunta por ambos gobiernos.
Viernes 5 de septiembre de 2014 08:31
"No es una decisión unilateral, sino que responde a un común acuerdo de los distintos responsables de la seguridad", aseguró el Jefe de Gabinete Jorge Capitaniche en su habitual conferencia de prensa matutina. En tanto Sergio Berrni, secretaro de Seguridad, confirmó que esos efectivos serán traspasados a otras comisarías porteñas para reforzar los "lugares más críticos".
En medio de numerosos casos con amplia cobertura mediática sobre el tema "seguridad" y con la sensibilización social que eso genera, Berni pidió -en declaraciones radiales- que "no creemos pánico a la sociedad" y dijo que "estaríamos reforzando los lugares más críticos y haciendo una justa distribución de los recursos". Asimismo agregó que "hace seis meses que estamos insistiendo en este traspaso. Es una cuestión de hacerse cargo de las responsabilidades", sentenció, en clara alusión al jefe de gobierno de la Ciudad Mauricio Macri.
El anuncio no fue bien recibido por los medios de comunicación donde se cuestionó la medida y se la atribuyó a los vaivenes "amorosos" de Macri y la presidenta Cristina Fernández, a quien desde algún canal de televisión se le preguntó por qué si le exigía a las empresas automotrices no encanutar los autos, no le pedía a Berni "que no encanute a la policía".