×
×
Red Internacional
lid bot

Reforma Energética. Pemex: decenas de miles de despidos en Tabasco y Campeche

Sólo en Tabasco, 12,000 despedidos en los últimos dos años. Para los próximos meses, se esperan 9,000 despidos más en la paraestatal. Miles de familias obreras a la calle por la aplicación de la reforma energética. Romero Deschamps, líder charro del sindicato petrolero, cómplice del gobierno.

Sábado 29 de octubre de 2016

Hasta septiembre de este año, Tabasco encabezaba la tasa de desempleo del país, con 8% según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Es por el avance en el desmantelamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) con el fin de entregar la infraestructura petrolera y los hidrocarburos al capital privado. Esto en el contexto de la caída mundial de los precios del petróleo. Al final, no le salieron tan bien las cuentas al gobierno.

Los 12,000 despidos en Pemex no vinieron solos. Provocaron otros 30,000 despidos en la industria petrolera tabasqueña. Los directivos de Pemex niegan la realidad: alega que la mayoría de los despidos en realidad son jubilaciones.

Las consecuencias: decenas de miles de familias trabajadoras a la calle, sin fuentes de ingresos. Luego aparecen las “oportunidades laborales”: con salarios mínimos, sin prestaciones.

Pero eso no es todo. El gobierno recorta el presupuesto para Pemex, el destinado a operación y mantenimiento, en 100 mil millones de pesos para 2017. La seguridad industrial en las refinerías y las plataformas se degrada cada vez más. Despiden a trabajadores calificados, que dominan los procedimientos de seguridad. Una bomba que estalló en abril de este año en el complejo Pajaritos, en la planta Clorados III. Una bomba que puede volver a estallar.

Sueldos millonarios para directivos, contratos millonarios para empresas fantasmas, como salió a la luz con los Panamá Papers. Por décadas, las ganancias producidas por la labor de los trabajadores y las trabajadoras de Pemex fueron empleadas a discreción por los distintos gobiernos para financiar el gasto público. Y entre el gasto, los millones en salarios y prestaciones para funcionarios de los distintos niveles de gobierno.

Según el reporte entregado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) las pérdidas netas de Pemex fueron por 113,840 millones de pesos en el tercer trimestre del año, esto es 29.6% menos que el año anterior, cuando las pérdidas llegaron a 161,732 millones pesos. Alegan crisis, alegan pérdidas, mientras apresuran negociaciones y rondas de licitaciones para apurar la entrega. Y la variable de ajuste es la clase trabajadora.

En este escenario, el líder charro Carlos Romero Deschamps avaló la reforma energética y ahora avala los despidos.

El camino para frenar los despidos y la entrega de recursos

No se puede permitir que los trabajadores paguen la crisis. El camino es correr del sindicato a los traidores que negocian los despidos a cambio de incrementar sus fortunas personales, como Deschamps y sus socios. Organizados desde las bases, en forma democrática, por centro de trabajo y unidos, pueden recuperar su sindicato para la lucha, enfrentar los despidos y parar la reforma energética.

Los petroleros, que manejan los hilos de una industria estratégica para la producción capitalista, tienen el poder potencial de hacer cimbrar el país. Con sus métodos: como el paro, la huelga, la toma. Ante los despidos y la entrega, la toma de refinerías e instalaciones es la vía para impedirlos. Uniéndose por encima de las divisiones que han impuesto los directivos y el gobierno pueden parar este ataque. Todos son explotados: de nómina, de confianza, de las contratistas, transitorios.

Juntos pueden luchar por la renacionalización de todos los campos petroleros y complejos entregados hasta ahora a la inversión privada. Sólo la clase trabajadora del sector puede hacer racional la explotación y producción de los hidrocarburos, y frenar los daños ambientales que genera esta actividad. Y son también los petroleros quienes pueden garantizar que los ingresos de la paraestatal se utilicen para financiar el gasto público según las necesidades del pueblo trabajador: para educación, salud, vivienda.

Si los trabajadores y las trabajadoras tienden la mano a otros sectores de la clase obrera, como a las maestras y los maestros que por meses enfrentaron la reforma educativa, y las trabajadoras y los trabajadores de las maquilas del norte, que salieron a luchar por el derecho a la libre sindicalización, aumento de salarios y contra el acoso laboral serían más fuertes. Pueden sumar a otros sectores agraviados por el Estado, como los familiares de los desaparecidos, los pueblos originarios que sufren la expoliación y las mujeres hartas de la violencia machista. Juntos serían imparables: podrían organizar la lucha contra los planes de Peña Nieto y el imperialismo estadounidense.

Te puede interesar: En Pemex quieren que nosotros paguemos la crisis: más de 9 mil familias a la calle