Mientras la policía reprimía las protestas convocadas por el magisterio oaxaqueño, el presidente Enrique Peña Nieto presumía el crecimiento que ha tenido México en cuanto a exportaciones. Imagen con la que intenta justificar una boyante relación comercial, subordinada a EE. UU., en medio de las negociaciones del TLCAN.

Jesús Pegueros Estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM | @DemoPegueros
Viernes 8 de septiembre de 2017
Muchas fueron las imágenes de la represión brutal que sufrieron los maestros oaxaqueños junto con cientos de habitantes de la zona, mientras se llevaba a cabo el XXIV Congreso del Comercio Exterior Mexicano.
En la sesión de cierre de dicho evento, Peña Nieto habló de un crecimiento en las exportaciones mexicanas calculadas en 217 mil millones de dólares tan solo en los primeros siete meses de este año, añadiendo que desde 2012 (año de su toma de posesión) las exportaciones han crecido en un 36%, aunque en el caso de los sectores industriales y manufactureros los resultados concentran un claro incremento principalmente en la rama automotriz, la cual acumula hasta el mes de agosto 2.5 millones de autos fabricados y 2.1 millones de exportados.
En el marco de que México, Canadá y EE. UU. están renegociando el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), Peña Nieto quiso “amagar” un poco a sus amos yanquis, diciendo que México “no puede tener todos los huevos en una misma canasta” ya que el 80% de sus exportaciones se van a Estados Unidos, por lo que debe diversificar y “democratizar” sus mercados.
De esta manera el régimen priista intenta mostrar fortaleza pese al enorme descrédito que tiene ante enormes sectores de la población y superar los episodios de crisis al interior del mismo PRI que comparte con sus partidos subalternos, el PAN y PRD, producto de los escándalos de corrupción de gobernadores y funcionarios, con quien jamás ha fallado y la contienda electoral del 2018 que en los hechos ya ha comenzado.
Por eso posa con los miembros del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología(COMCE) para quienes el acto del día de ayer fue una entrega de cuentas, así como la presunción de las enormes ganancias de los negocios de las burguesías locales y trasnacionales que contrastan con la situación de miseria a la cuales someten a millones de trabajadores, que festejan sus ganancias en medio de la tragedia que en estos momentos se desarrolla por los desastres naturales.
Sin embargo, este desarrollo del cual presume Peña Nieto se da en un contexto de cambios en la política internacional que se traduce en las relaciones concretas comerciales entre las naciones, lo que ha llevado a la renegociación del TLCAN, para reorientar el nudo que concentra los proyectos de la débil burguesía nacional por el lado mexicano, y las grandes trasnacionales imperialistas, que buscan incrementar sus ganancias e incluir las demandas de los sectores “perdedores de la globalización” al decir de Trump.
Muchos de los asistentes al Congreso del COMCE, integran no solo las filas de la OMC, sino que participan en las relaciones comerciales con EE.UU. No es casual que el presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Valentín Diez Morodo, hiciera hincapié que “a pesar de los momentos de incertidumbre por la renegociación del TLCAN y enfrenta cambios en la administración estadounidense, México mantiene un gran dinamismo y mejora su panorama económico”.
Todo esto como una señal de “buena salud” ante la administración de Donald Trump, quien tiene la intención de aplastarlos económicamente pero se encuentra relativamente limitado por los desacuerdos no solo al interior de sus administración y los principales partidos, sino por las enormes movilizaciones y agitación que son igual de constantes que sus declaraciones xenófobas. Racistas, misóginos y “nacionalistas”.
Los trabajadores mexicanos no tienen nada en común con los “éxitos” que presenta el gobierno de Peña Nieto, ya que dichos logros son a costa de su miseria y explotación cotidiana, a costa de la precarización salarial que perciben millones de ellos y otros tantos del otro lado del río Bravo. Aquí y allá la situación es similar: jornadas extenuantes en condiciones precarias, sumadas a la persecución y discriminación de millones de migrantes.
Los empresarios consiguen sus “metas” de la misma forma en suelo mexicano como estadounidense,explotando brutalmente a blancos, negros y morenos. Por lo tanto, la unidad de éstos es la única salida para enfrentar esta situación y terminar con sus “festejos” de nuestra pobreza.

Jesús Pegueros
Estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM