Las leonas y sus compañeros hicieron cortes, una caravana desde el Ministerio de Trabajo al Congreso, dejando claro que su lucha por la reincorporación sigue firme.
Jueves 3 de agosto de 2017 20:34
A las 7 de la mañana de este jueves, cuando todavía no habían asomado las primeras luces de la mañana, arrancaba la nueva jornada de lucha de los trabajadores de PepsiCo.
Las leonas y sus compañeros, junto a otras organizaciones, iniciaron caravanas desde distintos puntos del conurbano. De a poco, se fueron transformando en cortes sorpresivos en los principales accesos a la Ciudad. En la autopista Panamericana, el Acceso Oeste, Puente Pueyrredon y la Autopista Buenos Aires - La Plata.
“Basta de despidos y suspensiones”. “En PepsiCo reincorporación”. “Todos somos PepsiCo”. Los carteles eran sostenidos por los obreros en lucha, y trabajadores de otros gremios que los acompañaban. Desde los autos y camiones llegaban algunos bocinazos saludando a quienes ya todos consideran un símbolo de la lucha contra el ajuste.
Ya en esas primeras imágenes los delegados dejaban claro los objetivos de la jornada: “vamos a hacer una caravana hasta el Congreso de la Nación para presentar el proyecto para que la empresa sea declarada de utilidad pública y pueda ser expropiada. Si PepsiCo no la quiere abrir, entonces que los trabajadores la podamos utilizar para producir alimentos para millones de personas en todo el país”.
El planteo era todo un símbolo de la situación que vive el país. Mientras todos los días hay 5 mil nuevos pobres, los trabajadores despedidos por una multinacional exigen su reincorporación, y plantean que si PepsiCo no la quiere abrir, sea expropiada para que los trabajadores puedan producir alimentos.
La jornada tendría como segundo punto el Ministerio de Trabajo, en calle Alem. Allí los esperaban los medios, la guardia de infantería, pero también cientos de trabajadores y jóvenes que ya son parte de su lucha. Estaban, entre otros, una importante delegación de ATE Capital (CTA de los Trabajadores), dirigentes de los SUTEBA opositores y delegaciones docentes, agrupaciones clasistas de distintos gremios, entre ellas la Bordó del STIA, la Marrón Clasista de ATE y la Corriente Sindical Clasista.
Como aclaran en el comunicado que sacaron más tarde, “en el Ministerio de Trabajo no fuimos recibidos y, pese a que hemos presentado propuestas para darle una solución al conflicto, no hemos recibido ninguna respuesta por parte del gobierno. Mientras nuestras familias continúan en la calle y la empresa no cumple con la sentencia de reinstalación de la Cámara laboral, por lo cual nos vemos obligados a continuar con medidas”.
Desde allí los trabajadores, encabezados por sus tradicionales banderas, comenzaron a remontar desde el bajo porteño por las calles del microcentro. En ese momento, en un lugar poco acostumbrado a manifestaciones así, se empezaban a sumar nuevas muestras de simpatía, con fotos y aplausos.
La columna ganaba minutos más tarde la Avenida de Mayo. Ahí, la policía que custodiaba celosamente la marcha provocaba con empujones. La actitud incluía a un subcomisario que portaba su arma 9 mm a pesar de estar prohibido en estas manifestaciones. Pero la columna lograba desplegarse en toda la avenida. Con los bombos, las trompetas y el grito de “unidad de los trabajadores”, encaraba la recta hacia el Congreso.
A esa altura, la jornada tenía una gran repercusión mediática. Diversos medios de televisión y radio transmitían en vivo las alternativas de la marcha, y todos los portales tenían que dar cuenta de la persistente lucha por la reincorporación.
Allí la columna realizaría un abrazo simbólico. Como explicaron a los medios, “en los próximos días presentarán allí un proyecto de ley para declarar de utilidad pública la planta de Florida para que podamos volver a producir alimentos a bajo costo para la población. Dicho proyecto consiguió la adhesión de prácticamente todos los bloques parlamentarios, menos el de Cambiemos, y continua sumando adhesiones de diputados y senadores”.
Los acompañaban dirigentes sindicales, como Marcelo Frondizi (ATE-CTA), Romina del Pla (SUTEBA La Matanza), Ana Laura Lastra (JI Indec) y referentes de la izquierda de gremios aeronáuticos, estatales, docentes, del neumático, entre otros. También diputadas nacionales, como Nathalia González Seligra (PTS-FIT), Lucila De Ponti (Movimiento Evita) y Juan Carlos Giordano (IS-FIT), y referentes como Nicolás del Caño, Andrea D’ Atri, Patricio del Corro y Myriam Bregman.
La jornada terminaría con un acto frente a la carpa. Allí tomaría la palabra, en nombre de los trabajadores, Alejandro Medina. Allí destacaría la repercusión de la jornada, la decisión de los trabajadores de seguir peleando por sus puestos, que incluye la presentación del proyecto de expropiación. “En este país, donde hay organizaciones que están reclamando alimentos para los comedores escolares, para los comedores barriales, en esa planta podrían producirse alimentos para la comunidad”. Momentos más tarde le daría la palabra a Daniel Menéndez, coordinador nacional de Barrios de Pie, organización que realizaba ollas populares en toda la ciudad por la aprobación de la emergencia alimentaria. También tomaría la palabra Marcelo “Nono” Frondizi, que reafirmaría el compromiso de su organización en el apoyo a la lucha de PepsiCo, y Pablo Busch, delegado de Unilever.
Al finalizar, Luis Medina reiteró la exigencia a la CGT de un paro nacional contra los despidos y el ajuste, e invitó al festival que realizarán este domingo.
Con otra nueva jornada, combativa y con gran repercusión, las leonas y sus compañeros confirmaron que no bajarán los brazos y por eso siguen siendo un símbolo de todos los que quieren enfrentar los ataques al pueblo trabajador.