Reproducimos a continuación un perfil de nuestra compañera Elsa Marcel, abogada y militante de Révolution Permanente, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario, aparecido en el diario Libération, una de las publicaciones más importantes de Francia, editado en París y fundado en 1973 por el filósofo Jean-Paul Sartre.
Martes 4 de junio de 2024 14:31
El artículo original, publicado bajo el título Elsa Marcel, elle voit rouge se puede leer aquí
A la vez locuaz y prudente, la joven es abogada de Revolución Permanente, un movimiento nacido de la escisión del Nuevo Partido Anticapitalista.
Apenas abre la puerta, tiende la mano con determinación. Resulta simpática. Luego, vemos rojo, un rojo brillante, que el pelo negro resalta: rojo en los labios, rojo en la camisa de flores atada a la altura del ombligo. En las orejas lleva unos imponentes aros dorados. Tiene ojos grandes y maquillados, hay vivacidad y al mismo tiempo reserva y prudencia. Además, volverá a leer sus comentarios antes de que publiquemos la nota.
Recientemente, Elsa Marcel instaló su oficina en un edificio de Saint-Denis, la ciudad donde vive. Es un departamento de dos habitaciones ubicado a diez metros de una estación de subte. La abogada militante, de 31 años, se destaca actualmente en los estudios de televisión donde defiende las causas de Revolución Permanente, una “organización política revolucionaria” nacida oficialmente en 2022, tras una escisión con el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). El NPA es la escisión permanente.
Sus representados son jóvenes detenidos por la policía tras las protestas que siguieron a la muerte de Nahel en junio de 2023; Mohamed Makni, un consejero municipal de una localidad cercana a los Alpes acusado de apología al terrorismo después del 7 de octubre (condenado, apeló la sentencia) o trabajadores petroleros en huelga. Cuando habla ante las cámaras, Elsa Marcel no se muestra agresiva pero no deja de hablar: “Tres editorialistas de BFM [programa de televisión francés, NdT] me pueden gritar, eso no me asusta”.
Con el diario Libération tampoco, no se detiene y, cuando la interrumpen, sonríe, como si la agarraran por sorpresa. El 30 de mayo, Elsa Marcel defenderá a Anasse Kazib, perseguido por haber organizado una manifestación no declarada al gobierno hace dos años. Representante sindical ferroviario de "SUD Rail", se destacó durante la huelga de los ferroviarios de 2018 y durante la manifestación contra la islamofobia de noviembre de 2019. El pasado mes de abril fue citado por apología del terrorismo. En 2022 quiso postularse a la presidencia por Revolución Permanente, pero los 160 patrocinios recolectados no fueron suficientes. “No está nada mal”, señala Elsa Marcel, que votó por Lutte Ouvrière (Lucha Obrera) a falta de algo mejor y que sin duda votará de nuevo a Nathalie Arthaud en las elecciones europeas.
La abogada no separa la elección de su profesión de su militancia. El Derecho se le impuso “como una herramienta militante. Lo estudié en un momento en que se estaba descomponiendo cada vez más. Pertenezco a la generación que vivió la prohibición de manifestarse por Gaza en 2014, la muerte de Rémi Fraisse, el estado de emergencia... Mi promoción en la Escuela de Abogados se llamó “Bernard Cazeneuve” [ex primer ministro de Francia, NdT], lo que me pareció irónico". Para ella el socialismo no es algo meramente emocional. En 2014 adhiere al NPA. Para algunos, el momento decisivo, el punto de inflexión, son los asesinatos contra Charlie Hebdo y Hyper Cacher, y los del 13 de noviembre de 2015. Para Elsa Marcel, es la Ley de Trabajo de 2016 la que sacude “estos años de pasividad del gobierno de Hollande”. Comienza la época de los piquetes ferroviarios, de las ollas populares en las estaciones, "del colapso del Partido Socialista y del bipartidismo, y de tomar conciencia de que hay que moverse". Es una revelación: “Antes de eso, no me consideraba interesante. No tenía una imagen positiva de mí misma. Reafirmarse políticamente cuando sos mujer es complicado. Militar, conocer gente de sectores sociales muy diferentes pero con quienes comparto ideas, eso me ayudó. Soy portavoz de un proyecto más grande que yo”.
Nacida en Memphis, Tennessee, donde su padre era un alto ejecutivo en ese momento, Elsa Marcel disfruta de la doble ciudadanía. Cuando tenía dos años, sus padres, “no particularmente politizados”, regresaron a Francia y se instalaron en los suburbios de París. Su madre es maestra, una tradición que pasa de generación en generación en su familia. ¿Los padres de la abogada son de derecha? ¿Son socialistas? No parecen contentos con el compromiso actual de su hija. Cuando era niña, la abogada tenía problemas de disciplina, era turbulenta. En la primaria, asistió a la escuela donde enseñaba su madre. Cuando su maestra la echaba del aula, Elsa Marcel recibía miradas de reproche de su madre que la observaba desde su salón de clases. ¿La severidad de los padres fomenta el activismo y la rebeldía? ¿Es este el secreto del origen de los militantes? Cuando era adolescente en la década de 2000, escuchó que el comunismo era sangriento y que no había alternativa al capitalismo. Según ella, esto es falso.
Se recibió recién a los 29 años: la militancia la absorbió tanto que dejó de lado sus estudios por un tiempo. Sus padres la ayudaban, hacía “todo tipo de trabajos” y vivía en un piso compartido con amigas. Ahora comparte departamento con su pareja, que vive de changas y también es militante del mismo partido. Savine Bernard, la abogada parisina con quien empezó como pasante la contrató. Savine Bernard, partidaria de Revolución Permanente, se muestra elogiosa: “La militancia le otorga un pensamiento político sobre la acción legal. Tiene constantemente en mente el arma que es el derecho. Es vivaz y divertida. ¿Han asistido alguna vez a una reunión de Revolución Permanente? Tienen que ir."
Elsa Marcel se especializó en derecho laboral: “El sufrimiento que se vive en el trabajo me hizo querer ponerme del lado de los asalariados y ejercer el derecho penal de forma militante, ocuparme de casos vinculados a la actualidad política”. En ese sentido, vinculado al conflicto palestino-israelí: “Revolución Permanente ha señalado desde hace tiempo la opresión colonial que dura desde hace setenta y cinco años en Palestina y el estado de apartheid, denunciado por organizaciones internacionales, empezando por Amnistía Internacional”. El partido “condenó muy rápidamente la masacre de civiles del 7 de octubre, pero estábamos seguros de que habría una respuesta y que llevaría a la situación de genocidio en la que nos encontramos hoy”. Los militantes defienden el alto al fuego “pero sobre todo el fin de la colonización. Y la posibilidad de un Estado obrero y laico donde judíos y palestinos vivan en paz”.
Aunque su tiempo libre está ocupado por sus compromisos militantes y sus ingresos son bajos, recibe ayuda del Estado para pagar los gastos procesales, a Elsa Marcel le gusta leer (Annie Ernaux, Nicolas Bouvier, Eric Vuillard) e ir al cine. No tiene anteojeras: “Algunas películas militantes son películas de mierda”. Le encantó Dune, una gran producción: “No tengo una visión reduccionista de las superproducciones. Evidentemente hay producciones magníficas. En una sociedad comunista, no habría más explotación ni opresión y un mayor número de personas podrían expresarse artísticamente, produciendo obras magníficas". ¿De dónde vendría el dinero? “Habría un reparto de la riqueza. Discutiríamos democráticamente las películas que querríamos ver y cómo podríamos financiarlas. Plata hay, miles de millones”. No tuvimos tiempo de discutir la producción de esta riqueza.
20 de diciembre de 1992: Nace en Memphis (Tennessee).
2016: Manifestaciones contra la ley laboral.
2021: Se recibe y presta juramento.
30 de mayo de 2024: Defiende a Anasse Kazib.