Hace 12 días fueron detenidos 15 jóvenes acusados de ser los responsables de la detonación de varias cargas explosivas en Bogotá. 13 de ellos quedaron presos por “pertenecer” al Ejército de Liberación Nacional (ELN). Conversamos y reproducimos la entrevista realizada a uno de los integrantes de la Fundación Colectivo Frente Unido, organización que trabaja en la recuperación de la memoria de Camilo Torres, sobre la persecución del gobierno y la campaña por la liberación de los 13 presos políticos.
Miércoles 22 de julio de 2015
Fotografía: wikimedia
A las persecuciones al Congreso de los Pueblos (varios de los detenidos eran de esta colectividad) les siguieron otras al Movimiento Marcha Patriótica, en lo que representa una evidente causa armada donde el Estado y los medios de comunicación actúan en complicidad mutua para criminalizar la organización social bajo el camuflaje reaccionario del discurso “antiterrorista”.
Algunas de las “pruebas” que ha presentado el ente acusador para demostrar que las personas detenidas pertenecerían al ELN y de su participación en los hechos del 3 de julio, fueron libros relacionados con Camilo Torres Restrepo, en una maniobra escandalosa que busca estigmatizar al movimiento camilista.
¿Cómo se produjeron las detenciones y cuál es la situación actual de las y los detenidos?
El 8 de Julio fueron detenidas y detenidos 15 jóvenes acusados de la detonación de explosivos del pasado 3 de julio en Bogotá y de pertenecer al ELN. Tras la liberación de dos de ellos, a los 13 restantes se les inició el proceso de legalización de la captura y la imputación de cargos.
Sorprende que desde el momento de su captura se estableció una suerte de “condena social y mediática” dando por sentado que las personas detenidas eran las responsables de las explosiones ordenadas por el ELN. Esta “condena” fue impulsada por diversas autoridades, entre ellas el Presidente de la República. Sin embargo, con el trascurrir de los días las acusaciones no pudieron ser probadas y el juicio dio un giro, apareciendo causas y cargos totalmente distintos. Ha sido un procedimiento judicial muy irregular, con violaciones a los derechos de las personas detenidas y con presiones a sus abogados defensores y sus familiares, donde no se dio lugar a los cuestionamientos jurídicos de la defensa. Por estas razones se habla desde el movimiento popular de un “Falso Positivo Judicial”.
En el día viernes [17 de julio] la Fiscalía General de la Nación, en cabeza de la Jueza 72 de control de garantías y el Fiscal Auxiliar 7 de la Unidad Antiterrorismo señalaron su “peligrosidad” y ordenaron su encarcelamiento mientras se adelanta el juicio. El paquete de delitos que les imputaron incluyen: tráfico, fabricación y porte de armas de uso privativo de las fuerzas militares, rebelión, terrorismo, y violencia contra servidor público, que los exponen a penas entre los 22 y los 30 años de prisión. Las y los detenidos se declararon inocentes, señalando que había criminalización de la protesta social y una persecución al pensamiento disidente.
¿Presentaron como “pruebas” los libros de Camilo Torres?
Dentro de las “pruebas” presentadas se hallaban libros referidos al conflicto armado, los actores de la guerra y diversos materiales relacionados con la figura y pensamiento de Camilo Torres Restrepo. ¡Si este es el argumento deberían ir presos los directores de las bibliotecas públicas y hasta los rectores de las Universidades que tengan libros de estos temas! Esto además de absurdo resulta peligroso, porque viene aparejado de una campaña mediática feroz (principalmente de RCN Televisión y del Diario El Tiempo).
Lo que se busca es estigmatizar y perseguir a quienes reivindiquen la figura de Camilo Torres, acusándolos de ser del ELN. ¡Imagínate lo grave! Porque hoy se lanzan contra el Congreso de los Pueblos, mañana será de nuevo contra la Iglesia Popular y las investigadoras e investigadores. Es una forma velada de persecución política y de censura social. El argumento es simple: como Camilo Torres fue del ELN, entonces todo lo que gire a su alrededor es del ELN. Es un entuerto armado por el poder que lleva 50 años; así se le ha negado a Camilo su condición de sacerdote y sociólogo comprometido con las causas populares y de líder sociopolítico del cambio social. Se reduce a Camilo a ser del ELN y de esta manera se le niega su sitio en la historia y a los demás, no sólo se nos negó su lugar de sepultura (su cuerpo sigue desaparecido), también se nos ha querido negar la posibilidad de reivindicarlo. Es un esfuerzo por amputarnos la memoria.
¿Hay una campaña internacional en marcha, cómo se viene desarrollando?
Desde distintos sectores, organizaciones y movimientos convocamos una Campaña de solidaridad nacional e internacional para repudiar estos hechos y advertir que algo peor puede suceder.
Invitamos a personas y organizaciones del mundo académico, de las artes, de la cultura y de la Iglesia Popular del Planeta a que rechacen no sólo la violencia y la guerra, sino también la campaña que se ha iniciado en Colombia de persecución, señalamientos y estigmatizaciones. Lo que hay en medio es un proceso sistemático de condena a las corrientes camilistas y al pensamiento crítico.
En el documento alertamos que este tipo de simplificaciones (Camilo = ELN) no sólo puede acarrear persecución judicial y policial, sino amenazas, atentados y violencia por parte de los grupos paramilitares de extrema derecha que operan en Colombia. Todos estos elementos hay que tenerlos claros de cara a un eventual proceso de paz y reconciliación, y para la construcción de una auténtica democracia.
Ya hay más de un centenar de firmas y respaldos de académicos, periodistas, investigadores, artistas, medios alternativos, organizaciones eclesiales y ecuménicas, sindicatos y movimientos sectoriales y populares, centros de investigación, organizaciones políticas y partidos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, México, Panamá, Perú, Suiza, Uruguay y Venezuela. Entre los firmantes se encuentran figuras destacadas como Atilio Borón (Argentina), François Houtart (Bélgica), Dom Heriberto Hermes, O.S.B. (Obispo Emérito de Cristalândia, Brasil), Franz Hinkelammert (Costa Rica), Gianni Vattimo (Italia) y el amigo y biógrafo de Camilo, Gustavo Pérez Ramírez (Ecuador).