En el marco de las X Jornadas Provinciales de Trabajo Social, se desarrollo un importante debate sobre cómo encarar la formación profesional y que trabajadores sociales necesitamos. ¿Formación profesional al servicio de quién? Un debate necesario para los estudiantes de Trabajo Social.
Viernes 22 de mayo de 2015
A partir de las ponencias realizadas por Pilar Fuentes, Indiana Vallejos y Carolina Mamblona en la mesa sobre formación profesional, se desprendió un debate necesario para los estudiantes de trabajo social.
En esta mesa se dejó en claro que existen dos posturas contrapuestas a la hora de entender los procesos de formación profesional.
Por un lado, Pilar Fuentes planteó que existen diferencias en la formación, una heterogeneidad, que no debe confundirse con diversidad en términos positivos. Si bien esta afirmación es cierta, es replicada en las unidades académicas sin ser problematizada, vista como un derecho democrático o una pluralidad de ideas. Lo que la Magister no planteo a lo largo de su ponencia es que, en lo que respecta a la formación, esta postura deja la puerta abierta a las corrientes políticas e ideológicas conservadoras para fragmentar y precarizar la formación profesional.
Con una postura crítica, Carolina Mamblona, Magister Trabajadora Social y Docente de la UNLP, desarrolló un fuerte discurso, pronunciándose en contra de que en las universidades o unidades académicas se elaboren planes de estudio bajados por organismos que intentan privatizar la educación, como la CONEAU, que responden a una lógica neoliberal, con carreras más cortas y títulos o tecnicaturas intermedios.
Mamblona entiende que una educación más acotada genera un círculo vicioso en el que la formación por menor tiempo deja a los profesionales en mayores condiciones de precarización laboral. Plantea que es necesario asumir y esclarecer esto en términos de proyectos profesionales que están en puja, en disputa del horizonte hacia donde se quiere que el trabajo social vaya. Afirma que “debemos buscar una formación sólida, teórica, solvente y critica, distinta de los que pretenden una formación más terminalista, finalista, técnica acotada”.
Además, denunció el caso de la Universidad Nacional de Lanús, donde se produjo la reforma de los planes de estudio a través del Consejo Superior de manera ilegítima, a espaldas de la comunidad educativa.
Esta reforma se votó en diciembre del 2014, habiendo finalizado las clases, rechazando el pedido de los estudiantes de postergarla para poder ser parte de la elaboración del nuevo plan de estudios. El Consejo impuso un plan de 5 años que incorpora una tecnicatura o título intermedio de “Gestor en planificación de investigaciones”. Estos planes de estudio no sólo responden a la necesidad neoliberal de formar profesionales que en el ámbito laboral sean una nueva fuerza de trabajo precaria, sino también de que no se cuestione el rol social que cumple esta profesión, ni la direccionalidad política de los ámbitos en los que se interviene.
Dentro de la reforma, una de las recomendaciones de la Secretaria Académica de la universidad fue quitar de los fundamentos del perfil profesional el extracto “El trabajo social es transformador”, argumentando que esta afirmación niega los “avances” en las políticas sociales de esta última década.
Este es el problema de pensar la formación en función de las necesidades de los que gobiernan, tanto en las universidades como en el Estado con el Gobierno kirchnerista.
Como Trabajadores Sociales, el Estado es nuestro principal empleador. Un Estado que contrata de forma precaria al 80% del colectivo profesional y que subsidia a los empresarios o acuerda negocios millonarios con las empresas inmobiliarias, como con el plan ProCreAr, mientras desaloja familias como en el barrio Abasto en La Plata.
Como estudiantes de trabajo social y militantes de la Juventud del PTS en el Frente de Izquierda, creemos que los estudiantes debemos cumplir un rol fundamental en el proceso de formación profesional. No sólo por el aspecto cuantitativo, siendo mayoría en la universidad (más cantidad de estudiantes por docentes y directivos), sino porque generamos un conocimiento crítico, que no responde a los intereses de la CONEAU y de la gestión kirchnerista, en este caso.
Desde el marxismo queremos romper con el pensamiento único que impone la gestión y que estos conocimientos sean parte de nuestra formación.
En el Departamento de Salud Comunitaria de la UNLa hemos avanzado sobre nuestras organizaciones estudiantiles, recuperando el Centro de Estudiantes, que se hallaba en manos de las agrupaciones kirchneristas.
Con esta perspectiva llamamos a organizarnos para pelear por una universidad pública y gratuita, con enseñanza de calidad, donde se fomente el pensamiento crítico y donde pongamos nuestros conocimientos al servicio de las necesidades de los trabajadores, las mujeres y el pueblo.