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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Perú: el porqué los ricos deben pagar esta crisis

En plena crisis por el Covid-19 una familia peruana adquiere 8 departamentos valorizados en 27 millones de dólares en Nueva York. Ese mismo día, decenas de familias recolectaban comida de un contenedor de basura que descargaba alimentos vencidos en el distrito de Maynas (Iquitos) para poder subsistir.

Diana Solis Directora de arte y militante de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores "CST"

Domingo 19 de abril de 2020

Fotos: La República

El miércoles 15 de abril, el medio The Wall Street Journal publicó una noticia sobre la adquisición que había hecho una familia peruana a la empresa GID Development Group, encargada de desarrollar el proyecto inmobiliario Waterline Square ubicado en el Upper West Side en Nueva York. Cada departamento adquirido tiene un valor aproximado de 5.117.500 dólares americanos. La agente inmobiliaria de la familia informó que habían decidido invertir en los departamentos porque sentían que su dinero estaba más seguro en bienes raíces que en un banco.

Y mientras eso ocurría en los EE.UU, un gran grupo de personas, retando el estado de emergencia, retornaba a pie a sus lugares de origen en la sierra central, pues en Lima no estaban recibiendo la ayuda necesaria para capear las consecuencias de la cuarentena y el aislamiento social obligatorio, ya que no recibieron bonos, canastas, ni el dinero de su aportación a sus AFPs, ni su Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) y ya no podían seguir costeando su alojamiento ni su alimentación diaria. Por otro lado, en Maynas (Iquitos), un camión de basura del municipio descargó comida vencida en una parcela y decenas de personas se acercaron con desesperación a recoger lo que podían para poder llevar algo de comida a sus hogares ya que se encontraban completamente desabastecidos.

Esto pone en evidencia, una vez más, los grandes contrastes que se dan en los países capitalistas. En el Perú, por ejemplo, existen 17 familias cuyo patrimonio supera los 300 millones de dólares. Frente a eso el Estado permite la desigualdad y conlleva a que en ésta crisis generada por la propagación del COVID-19, los patrimonios de sectores pudientes como los que mencionamos no tengan cargas impositivas, esto evita el financiamiento adecuado a sectores tan importantes como la salud, la vivienda, la educación y servicios básicos como agua, desagüe y luz.

Todo ello podría empezar a revertirse si se grava con un impuesto extraordinario y progresivo el patrimonio de los ricos, lo cual ayudaría sustancialmente a combatir la pandemia y a mejorar la calidad de vida del pueblo trabajador a través de bonos universales de cuarentena, implementos de bioseguridad e implementación adecuada de los hospitales.

Sin embargo, a través de los grandes medios de comunicación nos tratan de hacer creer todos los días, que esto es imposible y que estas desigualdades sociales son normales. Nos pretenden hacer creer que las personas pobres no merecen un plato de comida digno en su mesa, una cama cómoda con abrigo para pasar las noches y que el Estado debe salvaguardar los intereses de las grandes empresas y los patrimonios de los millonarios ya que, supuestamente, ellos generan crecimiento económico.

Pero eso debe cambiar y está empezando a cambiar. Por eso, desde distintos gremios de trabajadoras y trabajadores, corrientes políticas, así como colectivas, se está empezando a discutir sobre la importancia de gravar con impuestos a las grandes fortunas y que se otorgue una asignación universal sin discriminación que cubra el valor de la canasta básica familiar y que se entregue a todos los sectores populares golpeados por la crisis. Esto ayudaría significativamente a todas las y los trabajadores que han sido suspendidos de sus labores sin pagos por diferentes empresas y a las y los que no pueden salir diariamente a trabajar.

Que esta vez la crisis no la paguemos los de siempre, sino #QuePaguenLosRicos.

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