Este 31 de enero en Perú inició el segundo paro agrario nacional frente a los elevados niveles de importación y caída en los precios de la papa. Los y las productores movilizados enfrentaron la brutal represión policial que dejó un saldo de dos muertos.
Jueves 1ro de febrero de 2018
Con una brutal represión policial a los manifestantes en ciudades de la sierra central del Perú, que dejó dos muertos, se desarrolló el primer día del paro agrario acatado por los productores de papa. Los representantes agrarios de la región de Ayacucho anunciaron que ellos solo apoyaran la medida de fuerza los días 31 de enero y el 1 de febrero. Mientras que los representantes de Huánuco, Huancavelica, Junín y Apurímac se declararon en huelga indefinida. La razón de fondo de esta medida tiene que ver con la importación de papa desde Bélgica, Holanda, Canadá y Estados Unidos, promovida por el Estado peruano, la cual ha llevado al abaratamiento de los precios, afectando así la economía de los paperos.
Cabe mencionar que este sector viene de realizar una medida de fuerza similar los días 9,10 y 11 de enero (72 horas) y que se vieron obligados a suspender, con la promesa de organizar un paro indefinido si el gobierno no atendía sus demandas.
En esa oportunidad, el Gobierno central presidido por Pedro Pablo Kuczynski, se comprometió a incrementar el fondo inicial para los gobiernos regionales a fin de que estos puedan comprar la papa excedente a los productores agrarios. Así mismo, el ministerio de Agricultura se comprometió a gestionar que la papa sea considerada como producto bandera y a crear el Fondo Nacional de la Papa. Por otro lado, el ejecutivo se comprometió a declarar en emergencia al agro, entre otros puntos. Sin embargo, ninguno de estos fueron cumplidos en su cabalidad, por eso el pasado 31 de enero los agricultores retomaron las medidas de lucha.
Como ya se dijo, la razón principal que motiva este segundo paro nacional agrario, tiene que ver con el descenso abrumador del precio del kilo de papa, el cual a la fecha bordea la ínfima suma de 0.20 centavos de sol. Esto se da, debido a que el Estado peruano, fiel a los mandatos del gran capital monopólico que promueve la liberalización del mercado, abrió las puertas a la importación de este producto creando con ello una “competencia desleal” que terminó por afectar a los agricultores peruanos. Este hecho ha sido refrendado por la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria SUNAT, la cual en un informe técnico aparecido hace poco, da cuenta que en el Perú: “en el 2015 se importaron 27 mil 960 toneladas de papa y en el 2017 la cifra creció a casi 32 mil toneladas”.
El gobierno de Kuczynski y quienes lo antecedieron en la administración del aparato público, sostienen su política de promoción de las importaciones de productos de consumo básico en el carácter semicolonial del estado peruano, el cual se encuentra normado por la constitución de 1993, y tiene por objetivo facilitar el ingreso de capitales monopólicos como también viene ocurriendo ahora con el monopolio del mercado de productos farmacéuticos que está controlado - en un 95% - por una sola empresa.
Los productores agrarios piden, como condición para levantar su medida de fuerza, que el gobierno declare en emergencia al agro, que asigne mayor presupuesto para la compra de papa a los productores pero con fondos del tesoro público y no de los gobiernos regionales. También piden la subvención o reparación económica a los agricultores que perdieron dinero por el bajo precio de este producto y la renegociación del TLC. Estas medidas, sin embargo, resultan insuficientes si vemos que el problema tiene raíces estructurales estrechamente relacionadas al carácter semi colonial y capitalista de la economía peruana. Por esa razón, si queremos ir a la raíz del problema, tendríamos que poner en agenda la necesidad de acabar con el régimen político en el cual se sostienen los grandes monopolios, y para ello, el papel de la clase trabajadora es fundamental, ya que solamente con su lucha - aunada a la lucha del pueblo - podremos imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que nos permita empezar a discutirlo todo.
Resistencia Sur de Perú es una organización con quiénes, desde la Fracción Trotkista Cuarta Internacional (FT-CI), venimos explorando posibles convergencias programáticas y estratégicas.