El 11 y 12 de febrero los campesinos de la ciudad de Cusco realizaron un paro contundente en la ciudad de Cusco donde bloquearon importantes vías de acceso como las de Quispicanchis, Paucartambo, Calca, Valle Sagrado, y otras. Reclaman al Estado medidas de apoyo por las pérdidas de sus cultivos debido a las heladas y la derogación de un decreto que propone la privatización del agua de riego.
Viernes 15 de febrero de 2019 00:00
Esta paralización fue hecha mayoritariamente por los pequeños productores agrarios y la junta de Usuarios de Agua con el respaldo de la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, mercados y gremios sindicales, los cuales exigían al Gobierno que no sólo se declare en estado de emergencia la agricultura en esta región, sino que el Estado brinde un apoyo efectivo a los agricultores que perdieron sus cultivos debido a las heladas. Los agricultores también exigen la derogación del DS 018-2018, el cual estaría orientado a la privatización del agua de riego, de tal manera que el recurso hídrico termine siendo priorizando para el uso de la gran minería.
Las heladas que vienen azotando al Cusco, no son un problema que se limite solamente a esta región, éstas afectan a vastas regiones del planeta dañando los sembradíos y la producción de los pequeños agricultores que dependen de dichas actividades para subsistir. Hay una responsabilidad concreta del gobierno de turno y del Estado, ya que estos espacios de poder político no buscan soluciones integrales y sostenibles que favorezcan a los pequeños agricultores que, como lo demuestran los hechos, son los más afectados cuando se dan estos problemas.
Por esa razón, el gobierno de Martín Vizcarra en lo que va de su mandato no ha implementado ninguna política seria que beneficie a los pequeños productores del campo, sino todo lo contrario: se ha mantenido la liberalización comercial que ha permitido el ingreso de productos importados que terminan sustituyendo en los hechos la producción nacional de productos generando con ello la quiebra de miles de campesinos, los cuales al estar excluidos de cualquier posibilidad de créditos bancarios (ya que para los bancos no son sujetos de crédito) se ven obligados, muchas veces, a migrar a las ciudades donde terminan engrosando las filas de los desempleados, los sub empleados y los pobres urbanos.
Nos parece importante y necesario que los campesinos empobrecidos por las consecuencias de las políticas de saqueo se empiecen a organizar y a realizar acciones de lucha como las desarrolladas el pasado 11 y 12 de febrero, ya que solo de esa manera podrán alcanzar sus objetivos trazados, como la reactivación del agro, la cual pasa desde nuestro punto de vista por pelear por la nacionalización de la banca y el monopolio estatal del comercio exterior bajo control de los trabajadores para que de esa manera se pueda satisfacer la demanda de créditos baratos de los pequeños productores del campo y la ciudad.
Así mismo, consideramos que es muy importante que al calor de estas luchas se empiecen a construir instancias de organización y centralización de las iniciativas populares las cuales actúen con independencia de las instituciones del Estado. Por otro lado, también es importante que el campesinado golpeado por la crisis empiece a vincular sus luchas a las luchas de los trabajadores urbanos que también son afectados por las políticas de ajuste que son promovidas por el actual gobierno de Vizcarra quien se ha convertido en el principal agente en el Perú de la política imperialista de los EEUU.