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Red Internacional
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Pandemia en México. Pese a altas cifras de contagios y decesos, Estado de México pasa a semáforo naranja

Sábado 4 de julio de 2020

A partir de este 6 de julio, el semáforo de riesgo epidemiológico en el Estado de México cambiará a naranja. Así lo anunció el gobernador de la entidad, Alfredo del Mazo, a través de redes sociales. Entre los factores que permiten esto a pesar de que la entidad sigue en segundo lugar a nivel nacional en contagios y decesos por covid, se encuentra la disminución en ocupación hospitalaria y la "estabilización" del ritmo de contagios. 

Estos criterios administrativos, mucho más centrados en un aspecto económico y la administración de la crisis en el sector salud que en la preservación de las vidas de las y los trabajadores, implicarán la apertura de pequeños comercios y talleres, así como de hoteles, restaurantes, centros comerciales y de la industria manufacturera.

El gobernador mexiquense destacó la coordinación de su administración con Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México. Ambas entidades encabezan a nivel nacional las cifras de decesos y contagios, correspondientes con su gran densidad poblacional. 

Este cambio en el semáforo en el Estado de México ocurre también en Guerrero, Hidalgo, Morelos y Oaxaca. Así, para este lunes serán 17 entidades en color naranja y 15 en rojo, que señala el riesgo más alto.

Estados como Baja California, Colima, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Sinaloa, Sonora y Tabasco son algunas de las entidades que continúan en rojo.

 

Esta "vuelta a la normalidad", a pesar de realizarse en medio de "medidas de distanciamiento social" que son letra muerta cuando miramos el transporte público o las condiciones laborales de millones de trabajadores informales o sin prestaciones que laboran en los sectores rehabilitados, ha mostrado su verdadero rostro en entidades como Chiapas, Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz, que tuvieron que ser reclasificados a rojo.

Los rebrotes que han sido anunciados por López-Gatell, mientras son sólo cifras en la estadística gubernamental, se traducen en vidas obreras que tanto gobernadores como empresarios han decidido que son descartables.