La empresa petrolera símbolo de Brasil es la más grande del país y sus inmensas inversiones para desarrollar la extracción de crudo en el mar (en el área conocida como presal) se estiman alrededor del 13% del PBI brasilero. Su importancia simbólica y económica la ubica en el centro del debate político.
Martes 16 de septiembre de 2014
Fotografía: WIKIPEDIA
Diariamente la oposición y los grandes medios denuncian un gigantesco esquema de corrupción alrededor de la empresa. Por su parte, el PT y el sindicalismo oficial ignoran estas denuncias, acusando a los medios y a los candidatos Marina (PSB) y Aécio (PSDB) de querer privatizar la empresa.
A favor de Marina y Aécio juegan las denuncias que el ex-director de la empresa Paulo Costa está haciendo desde la cárcel. Este ex-director relacionado a poderosos políticos del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece el vicepresidente del país, arregló con la justicia un acuerdo de “delación premiada”, donde a cambio de información sería reducida parte de su condena. Al momento no hay noticias públicas de sus declaraciones pues permanece bajo secreto judicial. Según informes, él y otros políticos exigían el 3% de todos los contractos de Petrobrás, alcanzando cifras multimillonarias. Ese dinero se distribuía entre más de 30 políticos, entre ellos el actual presidente del Senado y el presidente de la Cámara de Diputados (los dos del PMDB), el fallecido Eduardo Campos (quien encabezaba la fórmula presidencial con Marina Silva), el ex-gobernador de Río, Eduardo Cabral y ministros de Dilma, entre otras importantes figuras.
El Partido de la Socialdemocracia Brasilera (PSDB) le dice “Mensalão 2” a este nuevo esquema de corrupción, en alusión al escándalo de coimas que explotó en 2005 e involucró a los principales referentes del PT. Además hace propaganda por la “re-estatización” de Petrobrás, argumentando que fue privatizada bajo un modelo de corrupción.
Por su parte, Marina afirma que el PT (del que fue parte hasta 2009) ubicaba personal propio en la empresa con la finalidad de robarla. Por esta última declaración el PT la está procesando por calumnias.
Además de los temas políticos, se desarrolla un debate sobre qué hacer con la empresa y cómo operar el petróleo. Tanto Aécio como Marina se han pronunciado a favor de que la prometedora área de presal, cuyas gigantescas reservas podrían convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores de crudo, vuelva al esquema de producción conocido como “concesión”, donde el Estado otorga el área y toda la producción a cambio de royalties y otras tasas.
Dilma y el PT, en cambio, establecieron la modalidad del área de presal bajo el modelo conocido como “partilha” (reparto), donde el ganador de las licitaciones entrega al Estado brasilero al menos el 30% de la producción de crudo, y además obliga a que Petrobrás sea socia del consorcio ganador con al menos 40% y que sea el operador de la esta producción.
Marina anunció su intención de reducir la producción del presal. Una frase que intenta corregir diariamente, pero el sindicalismo oficialista le está haciendo pagar por sus declaraciones, difundiendo entre los petroleros que Marina es una “tucana” (como se conocen a los del PSDB por el símbolo de su bandera) y privatizadora. Es decir, se está instalando un debate sobre qué proporción de la renta petrolera debe quedar en manos privadas. Los tres candidatos defienden que la parte del león quede en manos del imperialismo pero las disidencias comienzan sobre los porcentajes que deberían quedar para el Estado brasilero. Este debate, con intereses políticos y económicos cruzados promete agitar la elección.
Mientras el PSDB y Marina insisten en denunciar los esquemas de corrupción, el PT los ignora e intenta mostrarse con un discurso nacionalista. Esta batalla comienza a ganar las páginas de los periódicos y a generar debates y movilizaciones oficialistas y se inauguró hoy lunes en un acto en Río de Janeiro de la Federación Sindical Petrolera ligada al PT, donde participó Lula (ver abajo). En Río esta disputa es importante por el caudal de votos que representa el Estado, siendo el tercer colegio electoral del país (detrás de San Pablo y Minas Gerais). En Rio, Petrobrás emplea a más 200 mil trabajadores (directamente o tercerizados). Los candidatos saben que para ganar las elecciones tienen que quedar bien con Petrobrás y los petroleros.
Acto oficialista “En defensa del presal, Petrobras y Brasil”
Dos mil activistas, militantes y punteros electorales del PT, del Partido Comunista del Brasil (PCdoB) y del Partido Democrático Laborista (PDT) se reunieron ayer desde las 10 de la mañana en Cinelândia, Rio de Janeiro. El acto “En defensa del pre-sal, Petrobras y del Brasil” fue organizado por la FUP-CUT (Federación Única de los Petroleros) junto con las centrales sindicales Central de Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB), Unión General de los Trabajadores (UGT) y la Central de los Sindicatos Brasileños (CSB).
Bajo un sol agobiante, decenas de oradores con discursos "patrióticos" y contra la candidata Marina Silva “animaron” la convocatoria, en lo que fue un acto en defensa de Dilma, parte del esfuerzo por “desconstruir” la encumbrada figura de la candidata Marina, señalada por todos los oradores como "privatista", "entreguista", con cantos como: "No me engaño, Marina tiene pico de tucano”, en alusión al partido del candidato Aecio Neves y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, cuyos militantes son apodados “tucanos”.
El acto continuó en una marcha con un "abrazo a la sede de la Petrobrás", que se encuentra en el ojo de la tormenta por un escándalo de corrupción que involucra al oficialismo pero también ha salpicado a otras fuerzas políticas, incluido el partido de Marina Silva, el PSB. El acto fue cerrado por el ex presidente “Lula”, quien acompañó la acción como forma de apoyar la campaña de Dilma Rousseff buscando contrapesar el fuerte daño sufrido por el oficialimso con las denuncias de corrupción en la empresa estatal.