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Red Internacional
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Quilmes. Petronas: de Malasia a la explotación argentina

Petronas lubricantes se suma al tendal de empresas que cierra en el conurbano de Vidal. Ahora en terreno de Martiniano Molina la historia de la impunidad de las multinacionales se repite.

Domingo 22 de septiembre de 2019 23:32

Petronas es un gigante del petróleo (Malaysian National Oil Company), la compañía de petróleo y gas de Malasia. Está en 90 países de todo el mundo. El valor de la marca, en el mercado de valores, es de un poco mas de 13.3 mil millones de dolares. Para comparar, la petrolera Shell vale 17.7 millones de dolares.

En conjunto con las operaciones de la filial argentina, PLI (Petronas Lubricante Internacional) suministra a los mercados locales y exporta a más de 15 países de América latina. En la Argentina, PLI produce y comercializa actualmente unos 15 millones de litros por año y se sitúa como la sexta empresa en el mercado de lubricantes. Desde mayo de 2015 Petronas mantiene una sociedad del 50% con YPF en Vaca Muerta. Actualmente YPF y Petronas construyen una planta para tratar crudo en Vaca Muerta en la Amarga Chica.

De las promesas a las malas prácticas argentinas

En el 2016 se anunció, con ceremonia incluida, una inversión de 22 millones de dólares para ampliar su producción de lubricantes, con el objetivo de duplicarla. La presentación estuvo a cargo de Airif Mahmood, vicepresidente y CEO de Petronas downstream, junto a funcionarios locales. Allí aseguraba que la Argentina tenía la seguridad jurídica y financiera para negocios. Algo que demostró en concreto, cuando decidió mover todos sus recursos a la sociedad que tiene con YPF en Vaca Muerta, abandonado el proyecto de lubricantes sin que ningún funcionario argentino le cuestionara nada, y mucho menos el intervenido Sindicato de Petroquímicos. Esto les permitió dejar en la calle a 15 familias sin ningún inconveniente ni cuestionamiento de las autoridades.

En el predio de Petronas ubicado en el partido de Martiniano Molina, Quilmes, trabajaban 20 personas produciendo los lubricantes. En el 2018, los trabajadores habían realizado, vía el gremio, una denuncia de posible vaciamiento, algo que cayó en saco roto. En mayo, el predio cerro, y solo unos pocos de supervisión laboratorio fueron trasladados al predio de Dapsa ubicado en el Polo Petroquímico de Avellaneda, bajo la orbita de Sindicato Petróleo Gas y Biocombustibles Privado de Avellaneda. El resto se encontró con la puerta cerrada.

La maniobra del sindicato y el silencio de las autoridades locales

Los trabajadores que quedaron fueron víctimas de maniobras de abogados del Sindicato para evitar que estos puedan recuperar su puesto de trabajo, buscando que solo pidan un porcentaje de sus indemnizaciones, no solo ilegal sino canallesco. A pesar de que el predio es del municipio, este nunca intervino en ver el estado de situación de la empresa, hasta las recientes medidas que viene tomando los trabajadores en el marco de la Coordinadora de zona sur, que junto con Ansabo, despedidos de Coca Cola, choferes de colectivos y los trabajadores de RanBat, pusieron en foco la problemática de las fabricas de la zona. Recién ahora el municipio comenzó a intervenir.

La impunidad y garantías con las que actúan las multinacionales no son de nuestro desconocimiento. Esta es una muestra más, que busca flexibilizar, como el convenio de Vaca Muerta, o simplemente descartar, como en el caso de Petronas. Son empresas de ganancias millonarias, donde la devaluación que afecta el bolsillo de los trabajadores, las beneficia exponencialmente.

Hoy los trabajadores han reafirmado su camino de pelear por sus fuentes de trabajo, y demostraron la determinación de ello siendo parte de la Coordinadora de zona sur y en las contundentes medidas que se llevan adelante. Las puertas comienzan a ceder, pero todavía el gobierno provincial de Vidal y el local de Molina, deben dar explicación de porque estas empresas se manejan con tanta impunidad.

La prioridad es recuperar la fuente de trabajo, y que los responsables políticos y empresariales den respuesta. La determinación de los trabajadores está más fuerte que nunca.