El senador del FPV, Miguel Ángel Pichetto manifestó ayer en el recinto su “preocupación” por la reciente llegada de refugiados Sirios a la Argentina. “No nos compremos un problema”, sentenció.
Jueves 4 de agosto de 2016 17:56
Pichetto ya había cuestionado en su momento el ingreso de lo que él llama “personajes del delito”: bolivianos, peruanos, colombianos, paraguayos, asegurando que Argentina necesita una “policía migratoria” para controlar las fronteras. Este conjunto de declaraciones que parecían provenir de cualquier funcionario macrista que se precie de serlo, esta vez provienen del propio corazón justicialista, el mismo que tantas veces amparó la política xenófoba de Sergio Berni.
¿Qué es lo que tanto le molesta a Pichetto?
El pasado mes de julio el gobierno de Cambiemos anunció que recibiría a 3000 refugiados sirios como parte de los acuerdos alcanzados con la Unión Europea, medida que no significa un verdadero plan de recepción para las víctimas de un brutal proceso de desplazamiento forzoso. No se contempla un plan de acceso al trabajo en igualdad de condiciones, de inclusión social o de reconocimiento de estudios. La UE está buscando “reacomodar” los efectos de una catástrofe humanitaria de la que tienen absoluta responsabilidad al igual que EEUU.
Por su parte, el mismo Macri que presenta hoy esta medida como “humanitaria”, no ha tenido ningún problema en expresar su opinión acerca de los inmigrantes de los países latinoamericanos, ya en su momento habló de la “infestación” de extranjeros, y del problema de la “inmigración descontrolada” en las fronteras. Su esposa Juliana Awada está señalada por usar mano de obra esclava en talleres clandestinos de su marca Cheeky, muchos de ellos por supuesto, inmigrantes.
Xenofobia selectiva
No toda la inmigración es fuente de rechazo para los políticos patronales, los buitres fueron muy bien atendidos cuando el FPV Y el PRO junto a otras fuerzas votaron el pago de la deuda. Tampoco les molestan las grandes multinacionales que saquean la economía nacional. CAMBIEMOS directamente hace honores a su neocolonialismo junto al Rey de España y el presidente Obama.
Los que les molestan son los inmigrantes que son su sola presencia expresan las condiciones de precarización que viven la mayoría de trabajadores en el mundo. No hay ninguna ingenuidad por parte del poder político a la hora de alentar el imaginario del otro: “el inmigrante”, trabajador, pobre, refugiado, como un enemigo interno, peligroso, indeseable, y alentar divisiones entre los propios trabajadores, mucho más en tiempos de crisis y ajuste.