Un exlegislador tucumano hizo la presentación ante el juez Daniel Bejas pidiendo que se adjunte documentación que vincula al jefe del Ejército con el asesinato de tres soldados y un suboficial del Ejército durante 1976.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Miércoles 4 de febrero de 2015
Fotografía: DyN
Tras el fin de la feria judicial, el ex legislador Enrique Romero requirió al juez Bejas que se adjunte al expediente del caso Ledo documentación que vincula a Milani con el asesinato de los conscriptos Carlos Alberto Fricker, Juan Ángel Toledo Pimentel y Carlos Cajal, y del sargento Alberto Lai.
Según la denuncia de Romero, los tres soldados y el suboficial fueron ejecutados por oficiales de Inteligencia del Ejército entre 9 y el 17 de mayo de 1976, un mes antes de la desaparición del conscripto Alberto Ledo, ocurrida el 17 de junio. Tanto Ledo como Fricker, Toledo Pimentel, Cajal y Lai formaban parte de Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja, desplegado en la localidad tucumana de Famaillá. Allí también se desempeñaba el entonces subteniente Milani y su superior directo, el capitán Esteban Sanguinetti, quién se encuentra procesado y detenido por la causa Ledo.
La denuncia detalla que Fricker fue asesinado el 9 de mayo de 1976 en Famaillá con “un tiro en la nunca” por personal de Inteligencia del Ejército, tras una orden de Antonio Bussi. Fricker era hijo de Carlos Augusto Fricker, entonces secretario general de la Unión Ferroviaria, con quién Bussi había tenido un fuerte conflicto. Según da cuenta el libro Sangre en el monte de Daniel Gutman, el Ejército primero había dado a los familiares la versión de que Fricker murió en un ataque guerrillero al cuartel. Sin embargo, después la versión se modificó y se sostuvo que el joven se suicidó. Toledo Pimentel había atendido a Fricker, cuando éste fue trasladado a la capital tucumana en la ambulancia de Toledo Pimentel, y le afirmó a la hermana de Fricker que se trataba de un disparo de un fusil FAL y que no se trataba de un suicidio.
El conscripto médico Toledo Pimentel, el soldado enfermero Cajal y el sargento Lai murieron cuando estalló una bomba en la ambulancia en la que se trasladaban tras cruzar un puente, una semana después de la muerte de Fricker. Según la versión del Ejército, se trató de otro ataque guerrillero. La denuncia remarca que “hay dos testimonios dados en juicios que indican que la bomba fue puesta por personal de inteligencia militar”. Uno de los testimonios pertenece Domingo Jerez, por entonces conscripto, quien declaró que él pasó por el puente y vio a varias personas trabajando allí, suponiendo que eran de la Dirección de Vialidad. Luego reconoció a uno de los supuestos obreros de Vialidad en la base en la base militar de Caspinchango y supo que en realidad era un oficial de Inteligencia del Ejército.
Para el dirigente del peronismo disidente, “hay suficiente prueba para pensar que todos estos soldados fueron muertos por personal de inteligencia del Ejército en una sola compañía en el período de dos meses” por lo que solicitó unificar la investigación de las cinco muertes.
La documentación a la que alude Romero ya habían sido presentados a la justicia federal por Eduardo Luis Duhalde, ex secretario de DDHH de la Nación, durante 2010.
En la prueba documental se encuentra también un organigrama, confeccionado por el Ejército en 1975, donde se señala a Ledo como “responsable gremial y reivindicativo” del “Frente Armado Estudiantil”. Además, hay una lista de los oficiales de Inteligencia en donde figuraba Milani, confirmando que el actual jefe del Ejército designado por el kirchnerismo actuó en el Operativo Independencia y en la dictadura bajo las órdenes del genocida Bussi.