Desde el 18O el gobierno de Piñera pende de un hilo, tras esa noche cuando declaró estado de emergencia y, al día siguiente, toque de queda en varias regiones, su aprobación (que ya era baja, de 15,5%) bajaba cada vez más. La gente empezó a exigir su renuncia con carteles, gritos, escritos en las paredes y el ya común #RENUNCIAPIÑERA en redes sociales. Pero ya a casi 5 meses de la revuelta, ¿es posible que Piñera se vaya voluntariamente?
Sábado 14 de marzo de 2020
Hace 3 días atrás se cumplían ya 2 años el mandato de Piñera, un mandato que llegaba con la promesa de tiempos mejores, pero que de a poco chocaba con la realidad y el día a día de trabajadores, trabajadoras, adultos mayores y estudiantes. Mientras que los precios para acceder a los recursos básicos, como el agua, la luz, el pan, el transporte publico, etc. estaban en aumento, al igual que la bencina y el gas, el sueldo mínimo solamente había tenido un alza de $13.000 en marzo, llegando $301.000, Piñera hablaba de que Chile era un oasis.
Pero el "oasis" no duraría tanto, el lunes 14 de octubre despertamos con evasiones masivas por parte de estudiante secundarios y secundarias, en el metro de Santiago, tras el aumento de $30 pesos en el pasaje, llegando al $830 en hora punta, el gobierno y los empresarios negaban de que esto fuera un malestar popular, negación que quedaba plasmada en las palabras del ex presidente de metro diciéndole a los y las secundarias "Cabros, esto no prendió". El viernes 18 de octubre quedó claro ante todos y todas, que esto ya habría prendido y el viernes 25 del mismo mes, nos dejó claro que esto no se iba a apagar fácilmente, ya que al fin nacía una unidad en las demandas que han existido durante los 30 años de "democracia", que aún arrastraba con gusto el legado de la dictadura de Pinochet, esto quedaba plasmado en las consignas como; "no son 30 pesos, son 30 años" o "Chile despertó".
El gobierno se encontraba en una crisis, Piñera sacaba a los militares tras declarar estado de emergencia y fortalecía a las Fuerzas Especiales de carabineros, todo esto nos dejó con un terrible balance de 31 muertos desde inicio de la revuelta, más de 5000 denuncias por violaciones a los Derechos Humanos y enero las cifras superaban los 400 heridos oculares por perdigones (esto sin contar los últimos casos de heridas oculares debido a lacrimógenas lanzadas por Fuerzas Especiales).
La presión hacia el gobierno aumentaban cada vez más, la gente seguía en las calles y exigía con más fuerzas la renuncia de Piñera y una asamblea constituyente. El 26 de octubre Piñera le pide a su gabinete que presenten la renuncia, la que más destaca es la renuncia al ministerio del interior, de Chadwick, el cual también era y sigue siendo responsable político de todas las muertes, violaciones a derechos humanos y heridas oculares, al igual que su reemplazo Gonzalo Blumel. La gran mayoría de los cambios en el gabinete, solo eran un enroque en los ministerios, que no cambiaba nada y no respondía a las demandas de la gente. Tras eso han sido las ministras más polémicas las que han ido renunciando durante la revuelta, como Cubillos, ex ministra de educación que su renuncia se venía pidiendo desde el paro de profesores y profesoras en 2019, que duró 7 semanas y, ayer, se sumó la renuncia de Isabel Plá, ministra de la mujer, la cual también se exigía desde el movimiento de mujeres su renuncia, esto dejándolo claro en el pasado 8M que se repletó de mujeres con consignas contras carabineras, Plá y Piñera, #quemuerapiñeraynomicompañera, por ejemplo.
¿Entonces Piñera terminaría su gobierno antes de los 4 años de forma voluntaria?
Piñera sigue viviendo la presión de la revuelta en las calles y ha estado al borde de caer constantemente, un punto de inflexión fue la masiva movilización y paro productivo del 12 de Noviembre, cuando Piñera mostró su momento más débil en una conferencia de prensa que se esperaba llamara nuevamente a los militares a la calle. Sin embargo, a los dos días es salvado por el pacto constituyente, con firmas del Frente Amplio y la Ex Nueva Mayoría, junto a Renovación Nacional y la UDI, que le entregaban oxígeno a un gobierno agonizante, al plantear un acuerdo por la paz.
Mientras Piñera siga manteniendo este apoyo a su oficialidad por parte de la derecha y los empresarios, no va a renunciar. Entonces si resolvemos que Piñera voluntariamente no renunciaría y que las salidas institucionales no funcionan, tenemos que buscar otra salida. Esta salida, es que la movilización logre sacarlo, como casi se logra con el paro nacional del 12 de noviembre, es decir, necesitamos que las organizaciones grandes como la CUT, el Colegio de Profesores, CONFECH y la ACES, llamen a un paro nacional, exigiendo el fuera Piñera, que se han exigido en las calles durante toda la revuelta, junto a la exigencia de una asamblea constituyente 100% libre y soberana, sin las trabas del gobierno y la derecha, para conseguir nuestras demandas.
Víctor Ibañez De la Hoz
Joven trabajador militante del PTR y militante de Vencer