Tras la ola de críticas por una entrevista en la que aseguraba que los videos en los que se muestra represión de Carabineros eran fake news, Piñera dijo que se lo había malinterpretado.
Viernes 27 de diciembre de 2019 12:13
El cuestionado presidente chileno emitió un video donde se refiere a las duras críticas que se generaron contra él, tras sus dichos sobre las violaciones a los Derechos Humanos. Piñera afirma que "no me expresé en forma suficientemente precisa".
Piñera había generado una ola de repudio, incluso entre miembros de la coalición gubernamental, al decir en una entrevista a CNN que detrás de las protestas en Chile había manos extranjeras (en sintonía con lo que había sugerido Trump), y que "muchos videos" que muestran violaciones de derechos humanos durante la represión a las protestas eran fake news. Según sus propias palabras, videos "falsos, que fueron filmados fuera o tergiversados".
Esto significaba descalificar el trabajo de decenas de organizaciones de DDHH locales e internacionales, como el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Amnistía Internacional, o el propio informe de la ONU. A Piñera no le quedó otra que retroceder y modificar sus argumentos.
"Al referirme a ciertas fake news en entrevista a CNN, no me expresé en forma suficientemente precisa, provocando interpretaciones que no representan mi pensamiento. Las violaciones a DDHH deben ser condenadas siempre, por todos y en toda circunstancia y nunca tolerar la impunidad", escribió en su cuenta de Twitter.
En el video de más de dos minutos, Piñera afirma que la defensa de todos los Derechos Humanos "ha sido un principio rector que me ha guiado toda mi vida (...) nuestro gobierno comparte el valor supremo del cuidado y resguardo de los Derechos Humanos".
Al referirme a ciertas fake news en entrevista a CNN, no me expresé en forma suficientemente precisa, provocando interpretaciones q no representan mi pensamiento. Las violaciones a DDHH deben ser condenadas siempre, por todos y en toda circunstancia y nunca tolerar la impunidad. pic.twitter.com/jxFKam6cvQ
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) December 27, 2019
Cínicamente, Piñera afirma que en estas últimas dos semanas "han tomado todas las providencias y precauciones para resguardar los Derechos Humanos", cuando hace solo siete días por poco muere atropellado por dos carros policiales el joven manifestante Óscar Pérez, de tan solo 20 años, tras el impulso de la política "tolerancia 0", liderada por el intendente de Santiago Felipe Guevara.
Es más, tras este hecho diversas personalidades públicas, parlamentarios, dirigentes, y organizaciones sociales y políticas vienen impulsando la exigencia de la renuncia del intendente de la región Metropolitana, bajo el hashtag #RenunciaGuevara.
Piñera "se lamenta" de las diversas violaciones a los Derechos Humanos, de las cuales él es el principal responsable político, y asegura que todos los vejámenes cometidos contra miles de manifestantes "serán investigados por la Fiscalía", lo que se sabe queda en una completa impunidad. Basta con el ejemplo del carabinero responsable de la agresión contra Pérez hace una semana, que solo debe presentarse ante la fiscalía cada 30 días, para saber que el Gobierno de Piñera y este podrido régimen político, junto a sus instituciones, asegurarán el resguardo para los policías y militares responsables de muertes, torturas, agresiones, abusos sexuales, golpizas, entre otras graves situaciones.
Mientras ensaya este hipócrita discurso de defensa de los derechos humanos, el Gobierno de Piñera ha venido fortaleciendo el papel de las fuerzas de represión y aumentando las penas para aquellos que salen a las calles, arman barricadas y bloqueos o se defienden del ataque de Carabineros. Bajo esa política Piñera ya es responsable de 26 muertes, más de 350 mutilaciones a personas, más de 2.000 detenciones, torturas, golpizas, violaciones y desapariciones.
Otro de los fallidos de Piñera tuvo lugar la semana pasada cuando su Gobierno anunció los resultados de una supuesta investigación en base a Big Data (recopilación masiva de datos de usuarios de redes sociales e internet) por la cual "determinaron" que detrás del estallido social estarían la cantante Mon Laferte, algunos futbolistas y hasta los seguidores del género musical de Pop Coreano (k-Pop). Esto último no solo desató una oleada de burlas en las redes sociales, sino que también varios cuestionamientos sobre el uso del dinero público y de la agencia de inteligencia para estos supuestos informes que eran un verdadero papelón. El Gobierno tuvo que salir nuevamente a desdecirse y asegurar que no era un informe oficial y que no había sido pagado por el Estado.
Si a esta altura Piñera se mantiene en el poder, habiendo llegado a los niveles de popularidad más bajos, es por lo que se llama la "cocina parlamentaria", es decir el acuerdo entre los distintos partidos parlamentarios (desde la derecha, la exconertación hasta el neoreformista Frente Amplio), para avanzar en un proceso constituyente completamente amañado, a lo que se suma la tregua ofrecida por las direcciones sindicales de la CUT y la Mesa de Unidad Social, ligadas al Partido Comunista.
Esto provocó la caída en el nivel de movilización permanente, sobre todo la falta de acciones unificadas de los trabajadores como se había dado en los primeros llamados a huelga general, lo que es aprovechado por Piñera para desatar la represión sobre los sectores que permanecen movilizados.
Sin embargo, el proceso está lejos de haber terminado. La rebelión en Chile que acaba de cumplir dos meses, estremeció los cimientos del país haciendo que se cuestionen las bases del sistema neoliberal heredado del pinochetismo. Así jóvenes precarizados del sector comercio se rebelaron y paralizaron la actividad en medio de las compras navideñas de los shoppings más exclusivos de Santiago. Es el caso de los cajeros del supermercado Jumbo, de trabajadores de comercio, o de las cadenas de fast food, como McDonalds y Burger King, cuyos trabajadores acaban de fundar un sindicato unificado en un hecho histórico. Junto con este clima general, las movilizaciones siguen. Y este viernes está convocada una nueva marcha hacia la Plaza de la Dignidad. Sus principales demandas serán enfrentar la agenda represiva de Piñera y pedir la renuncia del intendente Guevara, principal responsable político de los graves hechos de violencia ocurridos en Santiago, en los últimos días.
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