El jueves pasado, el presidente del vecino país presentó el segundo proyecto de "modernización laboral", cuyo único objetivo es legalizar la superexplotación de trabajadoras y trabajadores.
Miércoles 8 de mayo de 2019 00:00
Un día después del Día Internacional de las y los Trabajadores, Sebastián Piñera presentó una de sus reformas claves: la reforma laboral. Entre otras medidas miserables, permite al empleador extender la jornada laboral hasta 12 horas diarias -sin pago de horas extra- a cambio de reducirla a cuatro días por semana para quienes trabajen 45 horas semanales. Además, deja abierta la posibilidad de realizar hasta 12 horas extra semanalmente.
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Para nadie es una sorpresa que el objetivo estratégico del gobierno de Piñera es asegurar el enorme aumento de las ganancias de los empresarios nacionales, como los del grupo Luksic, los Matte o la misma familia Piñera, y de los grandes accionistas transnacionales, en el menor tiempo posible.
La juventud: de estudiantes a trabajadores/as y farsa de los tiempos mejores
Esta situación afectará especialmente a la juventud. Con menos experiencia, especialización o capacitación, las opciones más comunes son las cadenas de comida rápida o actualmente en aplicaciones como Rappi o PedidosYa, recibiendo bajos salarios, sin derecho a sindicalización y con horarios flexibles al gusto del empleador.
Como el sueldo familiar no alcanza, las posibilidades de realizar metas y sueños se quedan reducidas a la nada. La educación pública que se cae a pedazos, acceder a la educación superior se vuelve un objetivo casi irrealizable para algunos/as. Incluso ingresar a la educación superior no es nada comparado con los costos mensuales de una carrera universitaria -solamente en arancel se puede llegar a pagar 700 mil pesos mensuales-, lo cual obliga a la gran mayoría de jóvenes de entre 15 y 29 a sumarse al mercado laboral.
En Chile, una de cada cinco personas menores de 30 años que buscan trabajo no lo encuentra. Sebastián Piñera presentó el año pasado un proyecto de ley que creaba un "reglamento" laboral específico para los jóvenes estudiantes menores de 28 años, el cual quitaba más derechos laborales y permitía dar más derechos al empleador para flexibilizar más la jornada laboral con el fin de "incentivar" la contratación de jóvenes. Sin embargo, el gobierno decidió bajar la urgencia del proyecto luego de que se desarrollaran una serie de protestas aisladas a lo largo del país contra la iniciativa, buscando evitar que estalle algo más profundo.
Es una tarea urgente el evitar la aprobación de este verdadero ataque a los trabajadores, que solo sirve para aumentar las ganancias de los dueños del país y los grandes empresarios internacionales. Nada de bueno trae para las y los jóvenes que trabajan, ni tampoco al conjunto de la clase trabajadora.
Hay que enfrentar al gobierno en las calles, sin ningún tipo de confianza en los viejos partidos políticos que han administrado durante tantos años el régimen heredado de la dictadura.