A ocho meses de asumir como general director de Carabineros, Hermes Soto es la cara visible de la crisis que atraviesa la institución más cuestionada de los últimos tiempos en el país. ¿A qué se debe? Sin duda a la brutal represión que afecta a estudiantes, trabajadores y al Pueblo Mapuche.

Camila Acuña Trabajadora Social y militante de Pan y Rosas
Lunes 10 de diciembre de 2018
La semana pasada estuvo marcada por las reuniones que llevaron a cabo el Presidente y el General de Carabineros Hermes Soto. Los motivos fueron el video que se filtró en que uno de los ex Gope –imputado por el asesinato del joven Mapuche Camilo Catrillanca- asegurara que la institución “los había hecho mentir”.
Dichas reuniones buscaban “esclarecer” los hechos sucedidos el día 15 de noviembre con el asesinato de Camilo Catrillanca en la región de La Araucanía. En donde Hermes Soto entregó una minuta en la que se relataba la cronología de los hechos vinculados al accionar de Carabineros aquel día. Dicho documento determinó la salida de uno de los generales inspectores: Christian Franzani. Esto tras revelarse los detalles de sus reuniones con los principales imputados por el asesinato, en donde tanto Piñera como Soto aseguraron “no haber estado en conocimiento de dicho procedimiento”.
Pese a que el Gobierno ha querido restarse de responsabilidades en los hechos y desactivar la crisis que atraviesan mediante la destitución de 11 funcionarios de carabineros o hacer renunciar al Intendente de la Araucania, no pueden detener la caída en aprobación de 9 puntos quedando en un 31% según la última encuesta realizada por la consultora Criteria Research, así mismo sucede con la institución de Carabineros que marca tan solo un 39% en su aprobación. Sin duda la desaprobación es al régimen chileno en su conjunto.
Dentro de las resoluciones de las reuniones que llevaron a cabo en La Moneda Hermes Soto y Sebastián Piñera están dos puntos centrales: la creación de la “Unidad de Denuncias de Conductas Indebidas de Carabineros” en donde los policías podrán denunciar anónimamente a sus mismos pares cuando sospechen o tengan conocimiento de que están cometiendo conductas “fuera de la ley”. Y por otra parte, la formación de Carabineros en Derechos Humanos, desplegando una serie de capacitaciones en esta vía.
Sin embargo, todas estas “medidas” no podrán borrar los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad y que de seguro seguirán cometiendo, partiendo del asesinato de Camilo Catrillanca que no dejó a nadie indiferente. La importancia de la lucha contra la impunidad es algo que se debe volver a poner al centro. Los miles de estudiantes, mujeres y trabajadores que se movilizaron contra la línea represiva son una gran preocupación para el gobierno y es ese movimiento que se debe seguir desarrollando.
Una muestra clara de esto es lo que está sucediendo en Francia con los #GiletsJaunes que demostraron que hermanando las luchas entre estudiantes universitarios y secundarios, ferroviarios y trabajadores es posible detener los ajustes que aplican los gobiernos de la derecha.