Sin aviso previo de los dueños la noticia tomó por sorpresa a sus 40 trabajadores que al presentarse a cumplir su turno de trabajo encontraron tapiada sus puertas.
Viernes 28 de diciembre de 2018 13:07
La histórica pizzería Roma, en la peatonal Lavalle al 888 de la ciudad porteña, con 60 años de existencia dejó a sus cuarenta trabajadores en la calle. Los dueños tapiaron las puertas para que nadie pueda ingresar. Anoche abrió sus puertas con normalidad y hoy cuando fueron llegando los trabajadores para cumplir su jornada laboral se encontraron con la pizzería con la totalidad del frente cerrado con enormes planchas de madera.
Sus dueños, Fernando y Daniel Sarlenga, no les avisaron nada y hoy comenzaron a mandar telegramas de despidos, citándolos en un estudio jurídico para explicarle las razones del cierre.
El delegado de la pizzería Roma, Rubén Torrez, cuenta a BAE Negocios: “Anoche trabajamos normal hasta la 1 de la mañana y hoy cuando volvimos la encontramos tapiada. Nos habían dicho que iban a cerrar por reformas, pero nos echaron a todos. Quedaron todas nuestras cosas adentro”.
La familia Sarlenga es propietaria también de la pizzería Nápoles de Callao y Rivadavia en Congreso. Ante la desesperación de la pérdida de la fuente de trabajo, los empleados se reunieron en esta pizzería esperando que los dueños se acerquen y hablen con ellos.
Los trabajadores cuentan que les habían adelantado que iba a cerrar por reformas desde el 2 de enero, pero nunca les dijeron que cerraría. Los despidos que vienen sucediéndose como parte de las medidas económicas que toman desde el Gobierno y a la medida de los planes del FMI, las patronales las aplican sobre los trabajadores descargando su crisis y parece haberse hecho costumbre para algunos empresarios el maltrato a la hora de despedir trabajadores. Algunos se encuentran con carteles pegados, otros con su lugar de trabajo tapiado, como el caso de la pizzería Roma.
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Este cierre se suma a la crisis que vive el sector gastronómico que cerrará uno de sus peores años. Íconos como Clo Clo, Hermann, son sólo algunos lugares emblemáticos que cerraron sus puertas. Mientras en Puerto Madero, la mayoría pidió Procedimiento Preventivo de Crisis por las obras y en la calle Corrientes, La Giralda sigue buscando comprador porque no puede sobrevivir a los altos costos y a la caí