Sergio Pascual, Secretario de Organización de Podemos y Candidato por Sevilla asegura en una entrevista concedida a ElPais que en caso de gobernar, la formación no movería una coma de los tratos firmados con la OTAN y que no eliminaría la concesión a escuelas religiosas.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Martes 3 de noviembre de 2015
Pablo Iglesias en la Moncloa tras reunirse con Mariano Rajoy. Foto: EFE
Sergio Pascual ocupará el primer puesto de la lista de su partido por Sevilla. El que fuera funcionario de la Junta de Andalucía y delegado del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) ha concedido una entrevista al diario ElPais en la que ha mostrado la cara más amable de la formación reformista con dos poderes sumamente reaccionarios: la reaccionaria alianza imperialista atlántica, la OTAN, y la Iglesia católica.
El candidato por la capital andaluza se ha referido a los tratados de colaboración que el Estado español tiene con la OTAN como “compromisos adquiridos por nuestro país” y que por lo tanto “vamos a respetar hasta la última coma”. De este modo, Podemos lanza un mensaje, de nuevo tranquilizador, a los sectores más conservadores de la sociedad. La voluntad de cualquier tipo de reforma que cuestione algún cimiento del Régimen del ’78 es una cuestión fuera de la hoja de ruta del partido de Pablo Iglesias.
Esta afirmación, que el candidato por Sevilla esconde en una retórica de pragmatismo político, no sólo profundiza el viraje de la formación morada hacía el "centro político", sino que la muestra dispuesta a derribar todas las barreras. Tras ese velo de “altura política” y “partido de Estado” que intenta promover Podemos con declaraciones como las de Sergio Pascual, se esconden más y más retrocesos respecto al programa inicial que además suponen claudicaciones inconcebibles.
No cuestionar los tratados de colaboración de España con la OTAN supone no cuestionar los más de 9.666 millones de euros que según la propia OTAN destinará España al ejercito imperialista. Además, el convenio entre los Estados miembros establece que en los próximos años el gasto militar deberá aumentar hasta el 2% del PIB (estando en torno al 0,9% actualmente). Del mismo modo que tampoco supone cuestionarse el uso de las bases militares para traslados ilegales de presos, como el caso que salpicó al Gobierno español en 2008.
La entrevista aún dejó margen para otra declaración de intenciones en favor de uno de los sectores más retrogrados que conforman "la casta" del Régimen del ’78, la Iglesia católica. En la misma entrevista, el Secretario de Organización aseguraba que “hay que priorizar el gasto en educación pública, pero sin cercenar la educación concertada”, a lo que añadía que “mantendremos también nuestro compromiso con la educación concertada”. Un cambio de 180 grados en relación a lo que decia Pablo Iglesias hace poco en una entrevista con Ana Pastor en El Objetivo, cuando el lider de Podemos sostenía que "había que reducir la educación concertada a situaciones experimentales"
La defensa de un modelo educativo con una red de escuelas concertadas es, ya sobre el papel, un modelo que aboga por la diferenciación educativa según la clase social del alumno. Ofrece al alumno con posibilidades económicas la opción de asistir a escuelas con mayores prestaciones, debido a la cantidad del público recibido que se suma a las cuotas propias del centro educativo. Sin extendernos en este artículo, además, sobre otras consecuencias de este modelo como la segregación étnica que practican estos centros educativos, sí que se debe destacar que en un amplio porcentaje de estos dependen directamente de congregaciones religiosas.
El Estado español es hoy en día es el segundo país de la UE, detrás de Bélgica, con más alumnos en escuelas concertadas. Pero tras estos números se esconde uno de los grandes negocios de la Iglesia católica española. Del total de las escuelas concertadas, el 63% responden directamente a congregaciones religiosas. Esto significa el control por parte de la orden religiosa del profesorado, el temario, los libros de texto, etc.
Respetar y mantener este modelo educativo, como apunta Sergio Pascual, significa respetar que la retrógrada Iglesia católica, esa que clama contra la homosexualidad, minimiza el feminicidio y ataca de forma racista a los inmigrantes, mantenga sus tentáculos en la educación e imponga su visión del mundo sobre la conciencia de miles de jóvenes, y además se beneficie económicamente de ello. Nada más y nada menos se esconde tras las palabras del candidato de Podemos por Sevilla.
Habrá que ver qué malabarismo discursivo practicarán para encajar en el mismo paquete sus intenciones con su borrador del programa, que ya está disponible para la votación online. En él apuntan que promoverán la “educación pública, gratuita, laica y de calidad como eje vertebrador del sistema educativo”. Mantener una lógica de mercado en el sistema educativo (los colegios concertados forman parte de la privatización del modelo educativo) resulta una completa contradicción con este punto, además de ser un freno objetivo. En una situación de crisis económica como la actual y con la Troika como impulsora y garante de los recortes, parece utópico pensar en un aumento de las partidas presupuestarias para gastos sociales sin tocar los privilegios de los grandes capitalistas y las principales instituciones del regimen político; una línea roja para Podemos.
Parece que de cara al 20D, la estrategia de Podemos va a seguir profundizando el camino del llamado "centralismo político" para no perder fuelle en la competencia con Ciudadanos y el PSOE. Una orientación que conlleva dejar en el tintero cualquier atisbo de medida que incomode a los poderes fácticos del régimen y el capitalismo españoles.