A modo de alzar más voces contra los ataques de la derecha y la represión en Bolivia, en esta edición de LIDteratura publicamos a un poeta que se define “pobre, cholo y maricón”. Tiene varios libros publicados y conduce el programa radial “Nación Marica” emitido por Radio Líder 97.0 F.M., en la ciudad de El Alto – Bolivia
Viernes 15 de noviembre de 2019 18:26
Imagen en base a foto de Huascar Pinto Saracho. Intervención del Movimiento Maricas Bolivia, Ciudad de La Paz, mayo 2017.
Camarada / Multitudes vivientes de verano
El verano tiene un estupor en el aire de los cuerpos.
Hechizo nocturno que contiene la herrumbre
de los camaradas que invocan una liturgia,
a merced de las oquedades y los rincones,
para desenvolver lo ulterior de la nostalgia.
¿Algo en el desborde de la noche sabe más que ese deseo?
¿En qué morada hallará calor la desmesura complaciente?
El verano inicia con la anarquía de las pulsiones.
Poéticas amaneradas que tejen su canto hipocondriaco
y envuelven pedrerías en el seno carcomido del amante,
maquinaria que sucumbe a la expansión del desastre,
que suplica el milagro y el palpitar de las callejuelas.
¿Qué de los polizontes escurridizos convertidos en delirio?
¿Qué de esos músculos en cuello que supieron convertirse en verso?
El verano pertenece a las calamidades del deseo.
Camaradas que sofocan sus cuerpos en el secreto,
sobrevivientes de las soledades que abren sus bocas
para celebrar rostros ojerosos y pestañas luminosas,
dilema de Eros y Tánatos en el baile de medianoche.
¿Qué es el dolor cuando la hermosura lumpen aplaude la ciudad?
¿En qué oscuridad, pretexto de pobreza, se desnudaran los amantes?
El verano se exilia en las huellas del verbo encarnado.
Conjura las estaciones proxenetas que aplauden la fiesta
como el fondo del deseo que ilumina los ojos de la noche
y desafía las voluptuosidades de la jornada pasoliniana.
¿Dónde rezan las multitudes su último sueño?
¿Qué vapores alegran la ferocidad de sus existencias?
El verano del viejo Whitman contiene luces de neón,
conglomerado de cuerpos que convergen al unísono.
Oscilación de aguas coitales para salvar la continuidad
de la noche que se derrama mientras la noche misma.
Camaradas desbordando exceso de formas y carnes,
entregados y cantando al placer del vicio contemplativo.
¿Qué camaradas voltean la mirada sabiendo de la sal?
Letanías que expiran en la urdimbre de los amancebados.
Parafernalia el sabor de la boca,
recorrer el cuerpo trémulo
y chorrear por su sexo ágil,
discurrir su postrer lozanía.
Deshacer el gesto impetuoso del alba.
Mudar la premura de los designios
y desalojar la noche.
¿Cuál el decoro de la iniciación?
Babilonia mon amour / Sobre la memoria de las lenguas abyectas
I
.
Simulacro sacrificial.
Cordero de Dios que quitas el pecado.
Santuario perenne de la sangre libada en santo albedrío.
Los hombres de babel deshilan la piel congénere:
Tejen una mirada disoluta en el horizonte que revuelve sus ojos y confunden sus plegarias despertando su bravura perianal en el flujo que los llena conforme van ocupando el lugar de víctima y victimario.
Encienden el fuego inquisidor debajo de la lengua madre, auspician la ceremonia de los signos que persiguen su acoplamiento y redimen la ingratitud bebiendo de ese río que les obliga a olvidar sus vidas pasadas.
Desatan el cuerpo amordazado a su voluntad herética, sujetan el corazón y calzan su propio sexo en la transparencia del deseo peniano.
Un tiempo residual desanda sus voces inconfundibles en la memoria que custodia sus heridas, un halo intrascendente quebranta sus pasiones.
Nada los contiene en su devenir relámpago.
II.
Llueve para todos, incluso para el cuerpo que ha borrado sus contornos
en la prolijidad del fracaso y el hastío del polvo que carcome el barro
con el que han edificado el pretexto del abandono que los habita.
Un médium idólatra descubre el agua que anida sus cavernas
y la tarde despierta en el camino de los siglos inconclusos
donde hacerse cuerpo es acumular aguaceros indulgentes
anegando la geografía de las estaciones dormidas.
Todas las miradas confluyen en la empinadura de la torre,
abriendo fístulas de donde rebalsan cadáveres que exprimen el agua
que les brota a las bocas translucidas que conforman la marea lúbrica.
Dos dedos mueren en el borde del ocaso anal.
Una gota rebalsa la túnica albugínea de los elegidos.
Abluciones que convocan el escarnio de las aguas.
Los hombres de babel lavan sus inmundicias,
beben del ojo que devoran ávidamente.
III.
El cielo falso rebalsa a través de cada hendidura que confunde la piel.
Babel es un conglomerado de cuerpos que conjuran la utopía divina.
El barro de la creación yace en las manos de los hombres (im)puros.
La sangre procrea su propia sangre, renace a borbotones en sus cavernas
y concilia el deseo por el que los hombres crecen al antojo subliminal
mientras van dejando rastros humanos de su confusión errática.
Los hombres de babel
adquieren nuevas formas,
nuevas lenguas, nuevas utopías.
El agua cristalina inunda el cielo,
derrama la tierra y absorbe la savia de los forasteros
que dibujan su propia geografía en las horas menguadas del plenilunio olvidado.
Un hálito de Dios infinito desciende sobre esos cuerpos mermados.
Un silencio sepulcral,
una torre libidinal,
un deseo lingual.
Un estar abandonado entre la finitud del hombre y la inmensidad del cielo.
IV.
Convivio de las formas humanas para desaprender el lenguaje.
Banquete de sonidos para escuchar el murmullo del deseo babilónico.
Empalar el mundo por el ojo de Sodoma y buscar los motivos de la sal.
Despellejar la piel en la oscuridad y dilatar la ausencia que deja la desolación.
Todas las veces la noche.
Buscar el cuarto oscuro del punto G.
Saborear la soledad de los desesperados.
Sobre el autor
Edgar Soliz Guzmán (Oruro - Bolivia) escribe poesía, cuento y crónica de tema homoerótico. Mención XL Concurso Municipal de Literatura “Franz Tamayo”- 2013. Mención II Concurso Municipal de Poesía “Edmundo Camargo”- 2014. Mención XLII Concurso Municipal de Literatura “Franz Tamayo”- 2015. 2do Lugar XLIV Concurso Municipal de Literatura “Franz Tamayo – versión poesía”- 2017 con el poemario Sarcoma. Su libro Eucaristicón ha sido seleccionado entre los 13 libros finalistas del Festival Internacional de la Lira (Cuenca – Ecuador, 2017). 2do Lugar XLV Concurso Municipal de Literatura “Franz Tamayo – versión cuento”- 2018 con el cuento Un jacinto solitario. Ha formado parte de antologías, y revistas de poesía digital, y encuentros poéticos latinoamericanos. Ha publicado Diccionario Marica (Fundación Editorial Q’iwsa - 2014), Eucaristicón (Cascahuesos Editores – 2016), Sarcoma (Editorial 3600 - 2018) y Gay discreto busca heterocurioso: pulsiones homosexuales que habitan la ciudad (Movimiento Maricas Bolivia - 2018). Co-produce y co-conduce el programa radial “Nación Marica” emitido por Radio Líder 97.0 F.M., en la ciudad de El Alto – Bolivia. Pobre, cholo y maricón.