En medio de la pandemia y una profunda crisis económica, el Sistema de Transporte Colectivo Metro, anuncia la presencia de más policías y perros en sus instalaciones, una clara política de criminalización a la juventud y a los trabajadores informales.
Viernes 11 de septiembre de 2020
Esta semana el Sistema de Transporte Colectivo dio a conocer una serie de operativos por parte de elementos de la Policía Bancaria e industrial que junto con perros buscarían drogas y sustancias ilícitas entre los usuarios.
Esta reaccionaria medida en seguida tuvo la desaprobación de miles de personas que no podían creer que hay perros adiestrados y más policías en las instalaciones del metro. En seguida comenzaron a virilizarse denuncias de revisiones al azar, detenciones de comerciantes y prepotencia por parte de la policía.
Tras esta situación el STC publicó un comunicado dónde aseguraba que no estaban prohibidas las entregas o intercambios en el metro e invitaba a la población a denunciar todo abuso de autoridad.
Para nadie es una novedad la prepotencia de la PBI, cientos de videos se han viralizado mostrando la brutalidad policiaca en la detención de comerciantes, jóvenes y mujeres en el metro. Pero en medio de una crisis económica que dejó a 15 millones de personas sin trabajo, resulta escandalosa esta medida, más cuando los trabajadores informales no han tenido la posibilidad de sostener ingresos de manera fluida en medio de la pandemia.
Esta situación nos recuerda los mejores años del gobierno de Miguel Ángel Mancera, quien tras decretar el aumento del precio del boleto de 3 pesos a 5 pesos, se anunció el aumento de la presencia policiaca, todo en medio de las protestas del magisterio y el inicio de las protestas de la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, medida que fue profundamente repudiada. La sombra de Mancera pareciera posarse sobre el STC con perros y más PBI.
Hoy bajo el gobierno de Clauida Sheinbaum, es necesario replicar este repudio a una medida que profundiza la presencia policiaca ahora con el uso de perros en las instalaciones del metro y policías vestidos de civil, ya que esta medida apunta a la criminalización de la juventud y los trabajadores informales, con el velo del combate a la delincuencia, la misma receta que el gobierno anterior.