La medida fue sancionada por el Senado provincial. Afecta a los cargos de intendentes, legisladores, concejales y consejeros escolares. Más demagogia que efectividad.
Jueves 18 de agosto de 2016
La medida amenaza con generar más de un cimbronazo a futuro. El senado provincial de Buenos Aires sancionó ayer una norma que pone límites a la reelección indefinida en gran cantidad de cargos políticos.
La propuesta fue lanzada por el Frente Renovador y encontró eco rápidamente en Cambiemos. Así, la cámara alta provincial encontró ayer la posibilidad de aprobar el cambio mediante los votos de las bancadas Cambiemos, Frente Renovador y Bloque Peronista. El rechazo a la propuesta vino por parte del Frente para la Victoria. Esta norma ya había tenido su media sanción el pasado 16 de junio en la cámara baja.
La ley sancionada establece que los intendentes, concejales, diputados, senadores y consejeros escolares serán “elegidos directamente por el pueblo, durarán en sus funciones cuatro años y podrán ser reelectos por un nuevo período”. Al mismo tiempo agrega que “si han sido reelectos no podrán ser elegidos en el mismo cargo, sino con intervalo de un período”. Es decir, establece plazo de “espera” para que un candidato pueda volver a presentarse a un cargo de este tipo.
Si bien Sergio Massa (FR) lo presentó como el “el final de los eternos” en relación a las figuras que se reeligen de manera permanente, la norma está muy lejos de significar un golpe real a los intereses de casta política que tiene estos funcionarios.
El mismo artículo 7 del proyecto indica que “el período actual de los Intendentes, Concejales, Consejeros Escolares, Diputados y Senadores a la entrada en vigencia de la presente ley, será considerado como primer período”. Esto implica que, por ejemplo, funcionarios que ya están hace décadas en funciones, como ocurre con muchos intendentes actuales, podrán tener el “beneficio” de una nueva oportunidad.
Los números de algunos funcionarios causan escozor. Aníbal Loubet, intendente de General Guido, lleva 25 años en el cargo; Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alejandro Granados (Ezeiza) alcanzan los 24 años en la gestión; Alberto Descalzo (Ituzaingó) llegó hace 21 años al poder. No hay banderías políticas a la hora de eternizarse en el poder. Por ejemplo, el macrista Gustavo Posse conduce San Isidro hace 17 años.
Gracias a la norma acordada entre Cambiemos y el Frente Renovador, estos funcionarios podrán extender su continuidad cuatro años más al frente de sus municipios.
Es evidente que la norma no afecta ni parcialmente el carácter de casta privilegiada de quienes revisten en estos cargos. Se trata, en última instancia, de una medida que busca mejorar parcialmente la imagen de "la política" en una provincia donde el entramado entre fuerzas represivas, aparatos políticos y todo tipo de mafias puso en cuestión a muchas figuras. Como ya se ha señalado, el triunfo de Cambiemos sería impensable sin ese elemento.
La nueva norma apunta a mejorar un poco esa imagen. Pero no alcanza ni a rasgar la superficie de esos problemas, estrechamente ligados al carácter capitalista del Estado.