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Politizar el riesgo en la pandemia: marxismo, interseccionalidad y ecocrítica

Leah Muñoz

Politizar el riesgo en la pandemia: marxismo, interseccionalidad y ecocrítica

Leah Muñoz

Ideas de Izquierda

Publicamos este artículo en nuestra sección Tribuna Abierta:
Dada la situación actual de la pandemia del coronavirus es necesario pensar en lo que estamos viviendo mostrando la relevancia de nuestras herramientas teóricas. En función de esto es importante retomar el trabajo del sociólogo alemán Ulrich Beck, precisamente porque el manejo de la pandemia se hace en gran medida a través de epistemologías del riesgo y una concepción del riesgo como algo que estructura la sociedad.

Dada la situación actual de la pandemia del coronavirus es necesario pensar en lo que estamos viviendo mostrando la relevancia de nuestras herramientas teóricas. En función de esto es importante retomar el trabajo del sociólogo alemán Ulrich Beck, precisamente porque el manejo de la pandemia se hace en gran medida a través de epistemologías del riesgo y una concepción del riesgo como algo que estructura la sociedad.

La obra de Ulrich Beck, como pretendo mostrar en este escrito, nos permite afirmar que la pandemia del coronavirus es claramente un problema político. Sin embargo se corre el riesgo de que sea percibido como un asunto puramente biológico y apolítico. La potencialidad de afectación subjetiva y política que impulse a transformar las condiciones actuales en las que vivimos está en plantear nuestro momento histórico como un problema político ligado a los problemas económicos y ecológicos estructurales.

Habiendo dicho esto la pretensión de este texto es mostrar que la pandemia del coronavirus no es un fenómeno que pueda ser tomado como un simple hecho biológico sino que en su comportamiento y definición en cuanto riesgo encontramos la dimensión política y social de lo que se nos presenta como un aparente factum biológico científico. Esto abre paso a la politización de la pandemia en sus causas, su definición como riesgo y su gestión.

Ligado a lo anterior, de igual forma pretendo mostrar que la politización de la pandemia en nuestro momento histórico implica vincular las explicaciones sobre sus causas necesariamente a un pensamiento ecocrítico que relacione la salud a la crisis ecológica por la que actualmente atravesamos.

Sociedad del riesgo en tiempos de pandemia

Ulrich Beck desarrolla la idea de la sociedad del riesgo como un nuevo tipo de sociedad surgida a mediados del siglo XX. Este nuevo tipo de sociedad de la que nos habla Beck vendría a sustituir al paradigma de la sociedad de clases el cual se caracteriza, de acuerdo al autor, por la lógica del reparto de la riqueza. En cambio el paradigma de la sociedad del riesgo está caracterizado por la sistemática producción de riesgos los cuales generan situaciones globales de amenaza. Lo propio de este tipo de sociedades no está en que antes no existieran riesgos sino que los riesgos de hoy en día son de carácter global y son causados por el desarrollo de las fuerzas productivas industriales-científico-tecnológicas.

Estas situaciones de riesgo traen consigo distintas implicaciones como es el hecho de que las sociedades del riesgo son completamente dependientes de los saberes de las ciencias. Es tal la dependencia de las ciencias que la misma idea de riesgo como una cuestión estadística- probabilística-poblacional no es enunciable desde otras tradiciones cognitivas. Estos riesgos al tener las características de ser escenarios futuros en donde participan agentes invisibles, como sería el caso de los tóxicos que contaminan pero también como sucede con un virus que nadie ve, demandan de los aparatos y conocimientos de la ciencia para establecer y prever las situaciones de riesgo en cuanto tales, así como las interpretaciones causales.

Otra de las implicaciones de estas situaciones de riesgo es que sus efectos no se limitan a amenazar la vida sino que tienen la capacidad de amenazar el funcionamiento de otras esferas sociales como la vida económica, social y política, de tal forma que se potencian aún más los escenarios de riesgo. Sin embargo aún a pesar de los daños y riesgos económicos Beck también señala que esta expansión de riesgos no rompe con la lógica del desarrollo capitalista ya que los riesgos que genera el capitalismo los absorbe como posibilidades para la generación de ganancia.

El trabajo de Beck puede ser entendido como parte de las preocupaciones de su contexto a finales de la década de los ochenta en donde luego de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría las preocupaciones por los riesgos de la energía nuclear y la contaminación, tanto radiactiva como química, sobre la salud y los ecosistemas, tomaron relevancia social.

Habiendo dicho esto es posible afirmar que la sociedad de riesgo como la pensó Beck tiene elementos que nos permiten entender la situación actual de la pandemia del coronavirus como una instancia de este tipo de sociedades. Vale la pena recalcar que si bien Beck no está pensando en enfermedades infecciosas que se vuelven epidemias, lo cual ya marca una diferencia entre su contexto y el nuestro, su trabajo aporta elementos para poder caracterizar a las pandemias como uno de los riesgos latentes de nuestras sociedades modernas.

Esto lo podemos ver en la pandemia del coronavirus la cual si adquirió el carácter de amenaza global fue gracias al nivel del desarrollo tecnológico de las comunicaciones que hoy nos permiten una mayor conectividad de tal forma que el virus de un brote zoonótico al otro lado del mundo se convierte en un potencial riesgo al poder viajar de un continente a otros en un periodo de tiempo bastante corto. Cosa que hace dos siglos hubiera sido impensable.

Es posible apreciar también que ante este riesgo epidémico las ciencias adquieren un lugar central en la sociedad para enfrentarlo. Sin la ciencia de la epidemiología y la biología molecular no habría sido posible darnos cuenta que estábamos ante un riesgo y de qué naturaleza era tal riesgo. Miles de laboratorios y saberes en estas ciencias y otras como la virología, genética, bioinformática, biomatemáticas y estadística se han puesto en marcha en la pandemia. Estas disciplinas científicas nos han permitido conocer sobre la biología del virus y sus formas de propagación de tal forma que se han podido generar modelos matemáticos que han establecido los escenarios de riesgo a enfrentar. Como señala Beck, la sociedad del riesgo es una sociedad de la ciencia y la información.

Sin embargo estos escenarios de riesgo no se han circunscrito exclusivamente a la salud sino que han afectado a otras esferas sociales, que de por sí ya estaban en crisis, como la economía. Tal es el caso que estamos viviendo en donde la incertidumbre científica y sanitaria sobre los efectos del coronavirus ha generado incertidumbre en las bolsas del mundo ya que enfrentar la pandemia ha implicado el costo económico de frenar la producción. Este temor empresarial por perder ganancias durante la crisis se ha traducido en mayor especulación financiera y en que millones de personas han perdido su empleo por todo el mundo. La crisis sanitaria ha aumentado los riesgos preexistentes de la crisis económica con consecuencias sociales aún incalculables.

No obstante estos escenarios de afectación económica, el riesgo que ha traído la misma pandemia se ha vuelto una fuente de posibilidad económica para empresas del área farmacéutica y de la salud que buscan sacarle beneficio a la situación. Estamos ante el big business de la salud en donde las empresas ven posibilidad de ganancia capitalista en la creación de alguna vacuna, en la producción de insumos para combatir la pandemia y en brindar servicios médicos. De acuerdo al virólogo español Francisco Salmerón, en entrevista por El Confidencial, la posibilidad de creación de una vacuna que combata al coronavirus no pasa solamente por un aspecto de capacidad tecnocientífica sino también por si a las empresas les parece una inversión redituable la cual depende del número de personas que no hayan adquirido aún la inmunidad por exposición al virus.

Lo político en la sociedad de riesgo

Habiendo caracterizado la actual situación de la pandemia como un fenómeno que se entiende como parte de las modernas sociedades del riesgo es hora de explorar de qué forma lo que a simple vista puede parecer un fenómeno meramente biológico es un fenómeno biosocial. Para esto es importante prestar atención a lo que nos dice Beck sobre lo político de las sociedades del riesgo.

Beck señala que este nuevo tipo de sociedades del riesgo no sólo tendrían su carácter novedoso en el surgimiento de riesgos globales que hacen que nuestras sociedades afiancen su dependencia a los saberes científicos. Lo novedoso también estaría en que las situaciones de riesgo se construyen como terrenos de conflicto político.

En la sociedad de riesgo el conflicto político emerge por el carácter social de los riesgos no sólo en su definición respecto a lo que es una situación de riesgo sino en la forma correcta de enfrentarlos. De esta forma la ciencia se politiza y se hace evidente su carácter social, por lo que la distinción ciencia-sociedad se vuelve cada vez más insostenible. Los riesgos no podrían ser sustraídos a una supuesta ciencia ajena a los valores sociales sino que es de hecho la preocupación científica cargada de valores sociales la que permite determinar que una situación es de riesgo.

Esta definición social del riesgo se vuelve un terreno de disputa política por la pluralidad de definiciones que surgen. De acuerdo a Beck lo que en un momento se había considerado apolítico, como los tóxicos y los bosques, se vuelve un asunto político, como podríamos decir ahora con los virus y la salud humana. Es esta politización del riesgo lo que le da potencialidades de acción y transformación a la situaciones de riesgo.

No obstante aunque la propuesta de Beck nos aporta elementos para pensar la dimensión social del riesgo ésta tiene sus propios límites. Estos límites están en que Beck asume que la sociedad del riesgo ha desplazado a la sociedad de clases a consecuencia de que las situaciones globales de riesgo ponen en riesgo a toda la humanidad en su conjunto anulando las diferencias de clase.

Politizar la pandemia: marxismo, interseccionalidad y ecocrítica

Finalmente quisiera apuntar a cómo un mejor entendimiento de la pandemia como fenómeno biosocial y político en la sociedad del riesgo requiere de las herramientas del marxismo, la interseccionalidad y el pensamiento ecocrítico.

La larga tradición marxista ha sido incisiva en señalar la pertinencia de un análisis de clase de la realidad social. Por su parte la teoría de la interseccionalidad de Kimberlé Crenshaw ha mostrado lo fructífera que puede ser para complejizar los análisis sociales al mostrar cómo múltiples causas, sean de género, raza o clase, se traducen en experiencias colectivas diferenciadas.

De acuerdo a una nota del 8 de abril de este año del portal electrónico de la BBC en Estados Unidos la población afroamericana está siendo significativamente afectada por el coronavirus en comparación con la población blanca. Por poner un ejemplo, en la ciudad de Chicago la mitad de los infectados por el virus eran de personas afroamericanas. En esa misma ciudad la población afro representaba el 72% de las muertes aunque sólo son el 30% de la población total. Este mismo escenario se ve en otras ciudades como Michigan en donde siendo el 14% de la población total representan el 33% de los casos infectados por covid y el 41% de las muertes. Este patrón se repite en todo Estados Unidos.

Otra nota del 24 de marzo de este año del portal de noticias Reporte Índigo señala que 31 millones de mexicanos, el 56% de los trabajadores del país, pertenecen a la economía informal lo cual dificulta el cumplimiento de una cuarentena estricta por no contar con sueldos fijos y contratos laborales. Una nota más del 17 de abril de este año del diario La Jornada anuncia que obreros de seis empresas maquiladoras en Ciudad Juárez, Chihuahua pararon la producción debido a que varios de sus compañeros han contraído el coronavirus y el resto corre riesgo de infectarse y morir. Denuncian que las empresas sin ser de producción esencial no han parado las actividades.

Lo que estas notas nos permiten ver es que aunque podamos decir que el riesgo del coronavirus lo tomamos de forma poblacional no es cierto que no esté atravesado por una estructura de clases y de raza. Esto lo podemos ver en el hecho de que las poblaciones afroamericanas tienen mayor riesgo que las personas blancas a ser afectadas por el coronavirus, pero también lo vemos en el hecho de que hay una gran franja de trabajadores informales que tienen riesgos aumentados de ver su salud afectada por el riesgo que les representa el dejar de trabajar para vivir al día. Y en el caso de quienes son trabajadores con salarios vemos que están sujetos a los intereses económicos de los patrones que se resisten a parar las empresas aumentando los riesgos a la salud de sus trabajadores.

Podríamos decir que Beck se equivocó al apresurarse a decir que los riesgos se viven de la misma forma en toda la humanidad ya que, como vemos, los riesgos están distribuidos socialmente de acuerdo a la estructura de clases y de raza de tal forma que éstos ni igualan a la humanidad ni eliminan las diferencias sociales. Cobra relevancia política un análisis marxista e interseccional de la sociedad de riesgo a fin de evitar la fantasía del cuerpo biológico, despojado de sus categorías sociales, como sustrato universal y punto de unidad de la humanidad.

En contra de Beck podríamos decir que la sociedad del riesgo no elimina la sociedad de clases sino que más bien descansa sobre ésta. La sociedad del riesgo es una nueva fase del desarrollo capitalista a raíz del desarrollo industrial-militar-científico-tecnológico luego de la Segunda Guerra Mundial.

Estas mismas estructuras sociales se hacen evidentes en lo que refiere a los procesos de definición del riesgo en los cuales es posible ver los intereses de quien define lo que es un riesgo. Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil, con sus llamados a terminar con la cuarentena antes de tiempo y volver al trabajo, están más interesados en las ganancias de los empresarios de tal forma que el riesgo del coronavirus es definido a la baja. Es también el caso en México del empresario Salinas Pliego quien a través de su televisora nacional ha proyectado el riesgo del coronavirus como algo muy pequeño de forma que la cuarentena es anunciada como una exageración que no debería ser acatada.

Con esto podemos ver cómo el carácter social del riesgo más que traer unidad ha sido un lugar para que afloren los antagonismos de clase y sociales. Tal es el caso de los trabajadores que en todo el mundo han decidido desobedecer a los patrones y han parado por su propia mano las empresas.

Por último la ecocrítica, como una crítica que se ha construido de la mano de las ciencias ambientales y las humanidades, resulta importante para las sociedades de riesgo en el establecimiento de causas y responsabilidades. Vemos una vez más cómo las ciencias se politizan y se vuelven fundamentales en la sociedad de riesgo. En el caso de la pandemia la ecocrítica nos permite indagar en sus causas estructurales de tal forma que sea posible vincular la salud humana a las prácticas industriales-científico-tecnológicas en el sistema capitalista. La ecocrítica (Adame, 2014) ha señalado la importancia política de reconocer que nuestra salud no puede verse como un fenómeno meramente dependiente de los fármacos y la tecnología desvinculada de lo que le pasa a los ecosistemas. Resulta importante replantear la salud humana como profundamente interconectada con los ecosistemas y las otras especies, de tal forma que nuestra interacción con los otros animales, las plantas, los hongos y los microbios repercute en nuestra salud.

La filósofa Vandana Shiva (2020) ha escrito un sugerente texto a propósito de la pandemia en el cual cita distintas investigaciones que van en este sentido. Ella señala que a medida que se destruyen hábitats se aumentan los riesgos de eventos de zoonosis. Nos dice que, de acuerdo a distintas investigaciones, en los últimos cincuenta años han surgido 300 nuevos patógenos en la medida en que se destruyen hábitats, y que estas modificaciones en sistemas ecológicos lleva a que animales busquen otros lugares donde vivir, como es el caso de murciélagos que al perder sus bosques se establecen en los árboles de los patios y granjas.

Sin lugar a dudas el coronavirus se volvió una amenaza global por el desarrollo de las comunicaciones y la interconectividad y en ese sentido la propagación del virus está mediada por estas tecnologías. Sin embargo sería un error detener ahí el análisis y no ver que la ecocrítica nos puede mostrar que las prácticas industriales-científico-tecnológicas en el capitalismo sobre los ecosistemas son una fuente de riesgos para la salud humana. En vez de frenar las comunicaciones o aumentar el control mediante el Big Data tenemos que frenar la lógica capitalista que ha cosificado los ecosistemas y los ha subsumido a la lógica de la mercancía.

Apuntes finales

El objetivo de este texto ha sido señalar que la pandemia del coronavirus puede ser politizada utilizando como recursos conceptuales el trabajo de Ulrich Beck sobre las sociedades de riesgo, el marxismo, la interseccionalidad y la ecocrítica. Esta politización de la pandemia, la cual tiene de fondo la preocupación de que ésta sea percibida como un fenómeno meramente biológico y apolítico, está ligada a la comprensión de que las situaciones de riesgo son situaciones dadas por las estructuras sociales del sistema capitalista en el que vivimos y la relación que éste establece con el mundo vivo y no vivo.

Desde una perspectiva marxista, interseccional y ecocrítica la politización de la pandemia permite ligar las luchas y preocupaciones ecológicas con la pandemia que hoy amenaza nuestra salud, de tal forma que sea posible pensar alianzas enfocadas a la transformación de este sistema. Sin lugar a dudas el virus no traerá la revolución pero quizá sí motive en esa dirección sobre lo que el virus se diga.

Referencias:

Adame, C. (2014). Ébola y mundialización epidémica. Ecorporeidad, geopolítica y biomedicina dominante. México, D.F. Ediciones Navarra.

Beck, U. (2006). La sociedad del riesgo. Barcelona. Paidós.

La Jornada Online (17 de abril 2020). Paran obreros de Ciudad Juárez por contagios. Lugar de publicación: La Jornada. https://www.jornada.com.mx/ultimas/estados/2020/04/17/paran-obreros-en-maquiladoras-de-ciudad-juarez-por-contagios-4689.html

Olmo, J. (10 abril 2020). El coronavirus ha llegado para quedarse y no demos por seguro que habrá vacuna. Lugar de publicación: El Confidencial. https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-10/entrevista-francisco-salmeron-experto-vacunas-coronavirus_2542783/?fbclid=IwAR19ft8IZ-8nm2IujCS_jARVHK1uZn5lhQg8m-zv8YCpUqpB4OHXvO6spwo

Sánchez, M. & Martínez, D. (24 marzo 2020). Trabajadores del sector informal: vulnerables e imparables. Lugar de publicación: Reporte Índigo. https://www.reporteindigo.com/reporte/trabajar-en-la-informalidad-vulnerables-e-imparables-cuarentena/

Serrano, C. (8 abril 2020). El devastador efecto del coronavirus entre los afroamericanos. Lugar de publicación: BBC. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52219474

Shiva, V. (18 marzo 2020). One planet, one health- Connected through Biodiversity: from the forests, to our farms, to our gut microbiome. Lugar de publicación: Jivad- The Vandana Shiva Blog. https://www.navdanya.org/bija-refelections/2020/03/18/ecological-reflections-on-the-corona-virus/


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