Se dio por cerrada una y otra vez la crisis Bachelet-Burgos, y una y otra vez volvía a aparecer. Ahora fue el turno de la puja PC- DC en las figuras de la diputada del PC Camila Vallejos, y del Ministro del Interior Jorge Burgos, que obligó a salir a apagar el fuego nuevamente. Una puja de alto impacto, pero de contenido defensivo.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Lunes 11 de enero de 2016
La puja y un tiro por elevación a Bachelet
En una entrevista, Camila Vallejo expresó que ella, "en el lugar de la Presidenta, sí habría aceptado la renuncia del ministro Burgos", o lo hubiera despedido.
El Ministro del Interior, salió a responderle con fuerza, y más allá de la discusión específica, diciendo que “para fortuna del país, de la democracia, las posibilidades de que la diputada esté en condición de ser presidenta del país son casi igual a cero“.
Obligó a dirigentes de la Nueva Mayoría a intentar poner paños fríos. El diputado PC Lautaro Carmona hizo declaraciones destacando el consenso en la Nueva Mayoría para poder gobernar. La vicepresidenta y senadora DC Carolina Goic pidió ser cuidadosos en las declaraciones y repetir que la crisis Bachelet-Burgos estaba cerrada. Lo mismo declaró el presidentd del PC y diputado Guillermo Teillier, además de rechazar lo que consideró una descalificación por parte de Burgos y lo llamó a “empoderarse”.
El Gobierno tuvo que intervenir, y su vocero Marcelo Díaz pidió enfocarse en la agenda legislativa de este mes de enero. Agregó que “la gente debe estar bien aburrida de estos dimes y diretes, de estos tiroteos, de estas permanentes disputas y peleas políticas. No tenemos que gastar ni un segundo más en ello”.
Además de seguir gastando segundos en ello, resultó en un tiro por elevación contra Bachelet que un día antes en una carta al Comité Central del PS llamó a la unidad de la Nueva Mayoría, mostrando nuevamente el debilitamiento de su figura, con llamados que no encuentran eco.
Una puja defensiva
La DC está cuestionada por su lugar en la Nueva Mayoría, por derecha. Se le cuestiona que critica, pero que igual vota las leyes y reformas del Gobierno. Que desaprovechó la oportunidad de hacer camino propio aceptando permanecer Burgos en el Gobierno. Y por izquierda, que impulsa los matices y la cocina del Senado. La sobre-reacción de Burgos presentando su renuncia por un simple viaje de Bachelet, y más todavía respondiendo a una más simple aún declaración de Camila Vallejos, muestra una posición defensiva para afirmar un lugar cada vez más incómodo, un centro tensionado por tironeos a derecha e izquierda.
El PC lo mismo. Defiende lo avanzado el 2015 por el Gobierno, de “logros fundamentales” según califican en su saludo de Año Nuevo titulado “El desafío de seguir avanzando”. No mencionan el asesinato de Nelson Quichillao, a la vez que saludan la reforma laboral, que es cada vez más pro-empresarial. Saludan también el inicio de gratuidad, a pesar de las críticas de los estudiantes por basarse en becas, lo que desde estas páginas llamamos el nuevo “negocio de la gratuidad”. Llamando a enfrentar las posiciones “anti-transformadoras y obtusas de la derecha”, en el editorial de El Siglo del 8 de enero, agregan que lamentan las “posturas conservadoras” en el oficialismo y llaman también a “una ardua batalla de ideas”. ¿Se trata de esto la puja de Camila Vallejos con Burgos?
Inmediatamente apaciguada por Lautaro Carmona y Guillermo Teillier, parece tener otro fin: echar polvo sobre los ojos de trabajadores y estudiantes, sobre el curso del Gobierno, de la Nueva Mayoría, de su programa y sus reformas. Cuando trabajadores de base, y tras la negociación del reajuste del sector público, por ejemplo, gritaban “traidores” con rabia a los parlamentarios de la Nueva Mayoría y del PC, y hoy la directiva nacional de la ANEF no puede entrar a las asambleas de los funcionarios de la DIBAM en paro, la puja del PC contra la DC, sirve para intentar separar aguas entre “conservadores” y “progresistas” de una coalición que más que “reformas estructurales” trajo cocinas y matices.
