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Red Internacional
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Universidad de Buenos Aires. Por arquitectos de otra clase: Alex es del Barrio 31 y quiere fortalecer a la izquierda en FADU

Es un estudiante que estudia y milita por una arquitectura al servicio de resolver las problemáticas sociales de las grandes mayorías y no para fomentar una ciudad para ricos.

Jueves 25 de octubre de 2018 16:05

La orientación que tiene la carrera de arquitectura en la UBA apunta a formar desarrolladores inmobiliarios. Pero para la mayoría de los estudiantes, que además trabajan, se hace muy difícil siquiera pensar en llegar a una vivienda propia.

La Ciudad de Buenos Aires la construyen colectivamente arquitectos y trabajadores de la construcción, que hacen posible la realización material de dichos proyectos que tanto tiempo se requiere para diseñar.

Sin embargo, en el barrio Padre Mugica, la villa 31 nunca fue proyectada. Los planes de urbanización que salieron de de la universidad no fueron consultados con los vecinos del barrio. El gobierno fue con topadoras, realizando desalojos forzosos que son completamente ilegales.

La mayoría de las villas de Buenos Aires están colmadas, en lo que les gusta llamar "la ciudad informal". El mercado de trabajo e inmobiliario es cada vez más expulsivo para quienes habitan y se trasladan por una ciudad en la que todo aumenta a diario.

A pesar de eso, muchos estudiantes llegan a la carrera de arquitectura pensando en formarse para tener herramientas con las cuales transformar esa realidad. Pensando en cómo diseñar y proyectar para pensar soluciones habitacionales, de infraestructura y urbanísticas para derribar esas trabas.

Pero en la academia se encuentran con otra cosa. Diseñan torres y casas para una ínfima minoría que las pueden pagar. Mientras tanto, la realidad de la mayoría es que no puede acceder a una vivienda propia. Alquilan en la "Ciudad formal" o "informal", viven hacinados en viviendas que se proyectan cada vez más chicas.

Así lo propone el Nuevo Código Urbano de la CABA, diseñado a la medida de los especuladores, donde la unidad mínima de vivienda pasaría de 28m2 a 20m2. Esto fue rechazado por los legisladores del Frente de Izquierda Myriam Bregman y Patricio del Corro.

La universidad pública también tiene esa contradicción: son muy pocos los que llegan a recibirse y las tasas de deserción actuales dicen que solo uno de cada cuatro lo logra. Con la crisis esos números van a empeorar.

Ahora las autoridades están planteando la reforma del plan de estudios dictado por la CoNEAU, de la que hasta el día de hoy los estudiantes de arquitectura no vieron un solo borrador. El ejemplo de Alex, que vive en el Barrio 31, trabaja y estudia, grafica esta situación. Es un estudiante jóven que quiere discutir los contenidos de su carrera para que la FADU sea una herramienta de resolución de los problemas de las grandes mayorías y no una usina de negocios inmobiliarios para unos pocos millonarios.