Ese domingo por la noche Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, le otorgó el "derecho de asilo" al dimitido Evo Morales, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador detalló que "respalda la decisión del presidente de Bolivia para no exponer a su pueblo".
Martes 12 de noviembre de 2019
Evo Morales este domingo 10 de noviembre renunció como presidente del estado plurinacional de Bolivia. Esta decisión consumó una avalancha golpista de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Iglesia, los barones de la agroindustria y los grupos de derecha.
El mismo día, por la noche, Marcelo Ebrard, titular de Relaciones Exteriores del gobierno ofreció "derecho de asilo" y el presidente Andrés Manuel López Obrador detalló que "respaldaba la decisión del presidente de Bolivia para no exponer a su pueblo".
El lunes por la mañana Donald Trump emitió en conferencia de prensa que la caída de Evo Morales era un mensaje a Venezuela y Nicaragua, lo que fue una abierta declaración a favor de los golpistas que con Biblia en mano irrumpieron en el Palacio Quemado y quemaron la Wiphala, símbolo de resistencia indígena aymara.
Durante la época de Lázaro Cárdenas del Río México se convirtió en país de refugio: aquí se otorgó el derecho de asilo a León Trotsky, Benjamin Peret, a los republicanos españoles luego de la Guerra Civil como José Gaos, Ortega y Gasset y Adolfo Sánchez Vázquez, así como a los alemanes Otto Ruhle y pintores como Remedios Varo.
Cárdenas, en una valiente decisión, otorgó el asilo a Trotsky, quien había abandonado la URSS solo después de una brutal derrota, para manifestar su relativa independencia frente a los Estados Unidos, defendiendo la llamada "soberanía nacional". Ahora bien, en la política de Cárdenas también estaba la intención de distanciarse de la URSS y la idea del comunismo.
Evo Morales decidió exiliarse de Bolivia, renunciando en los hechos a enfrentar el golpe cívico militar, en el marco de que tiene una importante base social en el pueblo boliviano. Aceptó las decisiones y las declaraciones de la OEA sobre el resultado de las elecciones, ante lo cual accedió a convocar nuevos comicios.
Al perder el apoyo del ejército, dio un paso atrás y decidió renunciar. Declaró "que la solución debía realizarse con el diálogo" para evitar un "baño de sangre". Sin embargo, en el fondo ésta es una política que busca abonar a la "pacificación" de Bolivia, justo cuando empieza la resistencia popular al golpe.
No son pocas las comparaciones de Morales con Juan Domingo Perón en Argentina, quien aceptó un golpe de Estado sin ofrecer resistencia. Hoy Morales dejó el poder de Bolivia sin ofrecer resistencia alguna a la derecha mientras en el Alto organizaciones vecinales desde el primer día Wiphala en mano ofrecieron batalla a los golpistas.
El gobierno de México decidió otorgar el derecho de asilo a Morales para enviar un mensaje al mundo de que aparentemente el país es soberano y defiende los derechos de los pueblos cuando en la realidad Andrés Manuel López Obrador ha firmado acuerdos y llevado a cabo fielmente la política de Washington en nuestro país.
México diplomáticamente ha sido humillado por Estados Unidos de un modo escandaloso con la complicidad de Andrés Manuel López Obrador. El mandatario, lejos de contradecir las propuestas de Trump en materia migratoria, hoy es cómplice de agenda del magnate con el uso de la Gendarmería Nacional en la frontera sur.
En los hechos el gobierno mexicano fue obligado a poner en muro no en el norte fronterizo de Juárez y Tijuana sino en el Suchiate para detener a los hermanos migrantes de todo América Central. En los hechos la Guardia Nacional es una extensión de la Border Patrol y defiende los intereses de los neoconservadores y de la Alt Right de los Estados Unidos.
Si México fuera verdaderamente un país refugio permitiría el derecho de tránsito de todos los migrantes de América Central huyendo de la pobreza, la miseria y la violencia generada por los gobiernos aliados a Washington en el mediterráneo americano: en realidad en México se sigue a pie juntillas la política de Trump en materia migratoria.
Con el asilo a Evo Morales, López Obrador busca aparecer como la expresión del progresismo latinoamericano, ocultando que su política ha implicado despidos de trabajadores, la militarización con la guardia nacional y la subordinación a la política migratoria de EEUU.