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Red Internacional
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Mundo Obrero. Por qué Lear es un conflicto histórico y testigo

En el día de ayer La Izquierda Diario publicó un artículo de Edgardo Moyano, abogado de los trabajadores de Lear, que explica la gravedad y la magnitud del ataque a los derechos legales de los trabajadores que implican los despidos masivos en Lear, y la inacción del Ministerio de Trabajo, que frente a esta situación se negó hasta ahora a hacer cumplir con lo que marca la ley: intimar a una empresa que despidió sin realizar el Procedimiento Preventivo de Crisis, para que reincorpore a los despedidos. La lucha de Lear, que ya es histórica, redobla frente a esto su importancia como lucha testigo contra un grave precedente frente a futuros despidos masivos. El CELS de Horacio Verbitsky hizo una importante presentación legal cuestionando que se han vulnerado derechos fundamentales de los trabajadores despedidos.

Fernando Scolnik

Fernando Scolnik @FernandoScolnik

Sábado 29 de noviembre de 2014

Fotografía: Esteban Peralta // Enfoque Rojo

Más que nunca la lucha de Lear es una causa de todos los trabajadores y la juventud

En su fin de ciclo, el kirchnerismo va liquidando una a una las banderas que levantó para poder gobernar después de la crisis de 2001. Los aspectos que aún mantiene de su “relato” no hacen más que encubrir un giro a derecha en distintos terrenos. Si la bandera de los derechos humanos ya fue duramente pisoteada con el nombramiento de César Milani al frente del Ejército o con Sergio Berni en Seguridad, y la creciente represión a la protesta social, o si las banderas de los derechos civiles quedaron tapadas por la sotana del nuevo amigo de Cristina, el Papa Francisco, hoy nos ocuparemos de un aspecto central en el que el kirchnerismo quiere hacer girar la política argentina hacia la derecha, prestando un gran servicio a las clases dominantes y sus futuros gobiernos: el tema del empleo. Contra esta política, el conflicto de Lear, que ya lleva 6 meses, es una lucha testigo que ya se ha convertido en histórica, y cuya importancia crece para que no pasen graves precedentes contra los trabajadores. Veamos.

Edgardo Moyano, abogado de los trabajadores de Lear, señalaba ayer en La Izquierda Diario que el Ministerio de Trabajo de la Nación, dejando correr los despidos ilegales en Lear sin Procedimiento Preventivo de Crisis, está “dinamitando uno de los principales ’diques de contención’ legal frente a despidos masivos, con las consecuencias que ello implica, lo que convierte al ’caso Lear’ en un conflicto testigo”.

Nada más, ni nada menos, es lo que está en juego: avanzar sobre uno de los pilares del derecho laboral en favor de los empresarios, contra los trabajadores, facilitando que las multinacionales buitres como Lear Corporation traten a sus empleados como material descartable. Por eso la lucha de Lear es más que nunca una causa de todos los trabajadores y la juventud, y los despedidos, junto a las organizaciones solidarias, están dispuestos a pelearla hasta el final, luchando no sólo por la reincorporación de los obreros sino también, y al mismo tiempo, contra lo que, de consolidarse, sería un peligroso antecedente.

Moyano explicaba en su nota de ayer que “tres son los pilares fundamentales de la estabilidad del empleo en el derecho laboral argentino. Uno de ellos es el caso de los delegados sindicales, a quienes se inviste de una tutela que impide al empleador despedir sin la tramitación de un procedimiento previo, en ese caso judicial. Otro es el caso de los empleados administrativos, por el tipo de estabilidad que gozan. Y otro sustancial es el Procedimiento Preventivo de Crisis, que busca evitar que las empresas realicen despidos masivos discrecionalmente. En estas tres situaciones, la solución que establece la ley ante casos de incumplimiento es la invalidez de las suspensiones o despidos, su nulidad”.

Los despidos en Lear son ilegales porque violan uno de estos pilares. La ley 24.013 prohíbe a las empresas suspender o despedir masivamente sin realizar previamente el Procedimiento Preventivo de Crisis. Esto es lo que Lear Corporation violó abiertamente en el actual conflicto, con la total inacción del Ministerio de Trabajo. El CELS de Horacio Verbitsky hizo también una importante presentación legal, cuestionando que se están vulnerando derechos fundamentales de los trabajadores despedidos

Derrotar esta connivencia ilegal entre el Gobierno nacional y los poderes fácticos de la multinacional y el SMATA se vuelve entonces una causa testigo para todos los trabajadores y la juventud, ya que de consolidarse la situación sentaría un peligroso antecedente que permitiría a las empresas realizar despidos masivos sin respetar el Procedimiento Preventivo de Crisis, sin mayores consecuencias que el pago de una indemnización un poco más alta.

La lucha de clases y el derecho laboral

Los marxistas consideramos que el derecho laboral cristaliza la relación de fuerzas entre las clases. De alguna forma, las leyes contemplan algunas conquistas históricas que el movimiento obrero ha conseguido mediante la lucha de clases, así como también los límites que impone la clase dominante, empezando porque son “sus” jueces los que resuelven los litigios judiciales. Aunque es utilizado por las patronales para despedir masivamente con indemnizaciones más bajas o bajar salarios chantajeando a los trabajadores cuando cuentan con la colaboración de las direcciones burocráticas de los sindicatos, el llamado Procedimiento Preventivo de Crisis pone algún límite a la posibilidad de despedir masivamente de forma discrecional por parte de las empresas.

El intento de arrasar con un pilar del derecho laboral implica entonces un intento de cambiar la relación de fuerzas entre las clases y abrir paso a la facilidad para despedir masivamente.

Los marxistas sabemos, por supuesto, que las conquistas de los trabajadores se obtienen mediante la lucha y organización de la clase trabajadora, de forma independiente de las clases dominantes y con sus métodos históricos de lucha, como las huelgas, los piquetes y las manifestaciones, y que, en última instancia, sólo se puede dar salida a los padecimientos del pueblo trabajador bajo un gobierno de los trabajadores que avance hacia una sociedad sin explotadores ni explotados.

Al mismo tiempo, defendemos todas y cada una de las conquistas que la clase trabajadora obtiene con su lucha dentro del sistema capitalista, como pueden ser sus organizaciones o, en este caso, protecciones plasmadas en el derecho laboral, por limitadas que sean. Sabemos que si las clases dominantes las quitan del medio, será un punto de apoyo menos para las luchas obreras.

Ejemplos de esto pueden ser trabajadores que, como subproducto de luchas históricas y actuales de la clase obrera, han sido reincorporados a sus trabajos por vía judicial luego de ser despedidos y después de grandes campañas para recuperar sus fuentes laborales. Es el caso, por ejemplo, de trabajadores de la Shell en la zona sur del Gran Buenos Aires, o de Kraft-Terrabusi, que habían sido despedidos en la histórica lucha de 2009. Cada punto de apoyo judicial que vaya a favor de los trabajadores, buscamos aprovecharlo para fortalecer las luchas, mientras que cuando las clases dominantes, sus jueces y sus funcionarios pisotean hasta sus propias leyes, queda al desnudo el carácter clasista del sistema judicial ante los trabajadores y la juventud.

De una forma o de otra la conclusión debe ser la confianza que los trabajadores deben tener en sus métodos de lucha y organización, a la vez que se aprovechan con inteligencia y desconfianza al mismo tiempo los mecanismos del régimen que circunstancialmente puedan ser usados a favor.

En el caso de Lear, van seis meses de lucha en todos los terrenos, de los cuales los centrales han sido la fábrica y la ruta, pero también aprovechando las denuncias judiciales e incluso la voz en el Congreso Nacional del diputado del PTS-FIT Nicolás del Caño, para potenciar a los primeros. Es un conflicto que ya es histórico para el movimiento obrero argentino y anticipa la resistencia que tendrán que enfrentar los planes patronales que quieran seguir descargando la crisis sobre los trabajadores.

El conflicto de Lear ya es histórico y ahora va por la derrota de un grave precedente

Cientos de personalidades y organizaciones rodean de solidaridad a los trabajadores, como el ya mencionado CELS, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Madres de Plaza de Mayo como Elia Espen, Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, la nieta restituida María Victoria Moyano, diputados tanto del oficialismo como de la oposición, figuras como Osvaldo Bayer o Norman Briski, periodistas como Alejandro Bercovich, intelectuales como Eduardo Grüner, músicos, artistas, deportistas y decenas y decenas de organizaciones obreras y estudiantiles, por mencionar sólo una pequeña parte de quienes se han pronunciado en apoyo a los obreros.

Con su lucha y rodeados por esta fuerza, los trabajadores enfrentan a los poderosos enemigos que están del otro lado: la multinacional estadounidense, la burocracia sindical de un poderoso gremio como el SMATA y el gobierno nacional.

Contra ellos se desarrolla un conflicto histórico que en seis meses de lucha realizó 13 jornadas nacionales contra los despidos, enfrentó una y otra vez la represión de la Gendarmería, la Policía Bonaerense y la Federal, con decenas de heridos y detenidos. Realizó marchas junto a obreros y estudiantes, bloqueos de fábrica, festivales, encuentros obreros y recaudó más de un millón de pesos para el fondo de lucha, entre algunas de las muchas formas que viene adoptando la lucha y que dan cuenta de la magnitud del conflicto.

Con toda esta fuerza ya se consiguió transformar al de Lear en un conflicto emblemático conocido en todo el país. Su consigna “Familias en la calle nunca más”, levantada junto a los obreros de Donnelley, ganó la simpatía de millones. Las denuncias a la Gendarmería por la represión lograron resonantes triunfos, como la separación del agente de civil Galeano y de López Torales tras la infiltración y el bochorno del “Gendarme carancho”, y la separación de la Gendarmería de la Panamericana tras el fallo de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Son importantes triunfos políticos de un conflicto que ya es histórico. “Ganamos el derecho a protestar, queremos trabajar”, decían hace poco los obreros, aunque saben que, separada la Gendarmería, tarde o temprano puede actuar otra de las fuerzas represivas.

La enorme intensidad de la lucha tiene que ver con lo que está en juego, un conflicto testigo contra los despidos, contra los planes patronales, de la burocracia sindical, y contra el aparato represivo del Estado. Por eso la lucha lleva seis meses y continúa.

Junto con enfrentar los despidos, hoy también está en juego derrotar un peligroso antecedente que quiere imponer el gobierno de Cristina contra los trabajadores, tirando abajo uno de los pilares del derecho laboral. Un motivo más por el cual este conflicto ya es parte de la historia del movimiento obrero argentino y debe triunfar.


Fernando Scolnik

Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.

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