Esta semana, dos representantes de los grandes empresarios en el país, emitieron opiniones y una supuesta “preocupación” por el desarrollo de la Convención Constitucional y qué es lo que se viene discutiendo en dicho organismo. Más allá de que la Convención se muestra cada vez más lejos de las expectativas iniciales, moderándose respecto a las demandas que millones reclamaron durante el 2019, la intromisión de Luksic y Sutil, expresan cuáles son los verdaderos intereses de los capitales nacionales y transnacionales.
Viernes 25 de marzo de 2022
El martes de esta semana, algunos medios publicaron parte de la carta que Andrónico Luksic dirigió a los accionistas de la CCU, mostrando una “preocupación” por el trabajo de la Convención.
Parte de la carta del empresario más millonario del país dice que "Desafortunadamente, el tono del debate y algunas de las propuestas que han logrado avanzar hasta ahora son, en lugar de luces de esperanza y señales de reencuentro, un motivo de profunda preocupación por el futuro de Chile. El país requiere un texto que convoque y represente a todos”.
Además en las líneas busca aconsejar al organismo con cuestiones como "aún es tiempo de cambiar el rumbo y de que la responsabilidad y la racionalidad primen en la Convención Constitucional, mandatada por la ciudadanía para elaborar una propuesta que apunte a construir un mejor país para todos". Y que "Gran parte de esas reformas requieren, además, de un financiamiento muy relevante, que necesita de la contribución de un sector privado activo y entusiasmado con el futuro del país, en lugar de uno inhibido o ahuyentado con la imposición de ideas anacrónicas que han fracasado sistemáticamente en el mundo", esto refiriéndose a las demandas por las que millones estuvimos en las calles durante octubre del 2019.
Por su parte, otro de los mandamases y representantes de los grandes empresarios de la Confederación de la Producción y del Comercio, Juan Sutil, aparte de descaradamente responsabilizar a las personas del problema del agua, sintiéndose dolido por la frase “no es sequía, es saqueo” en el programa Mesa Central de Canal 13, planteó que el problema a largo plazo que tienen los empresarios en el país es la Convención, ya que la Convención se encuentre discutiendo una nueva constitución, las conversaciones que tengan con el gobierno u otros, pueden rápidamente llegar a un punto muerto.
En la misma tónica, Sutil dice que el empresariado que representa está preocupado por las intenciones del gobierno de crear empresas estatales en rubros donde hoy no las hay.
¿Por qué los grandes empresarios buscan meterse en la discusión de la Convención?
Pese a que cada semana, somos testigos de la moderación que hay dentro de la Convención Constitucional, los grandes empresarios más que una “preocupación” por el bien del país, se encuentran preocupados porque mucha de las discusiones del organismo constitucional, quieran o no, tienen relación con las demandas y el cuestionamiento de millones a la herencia de la dictadura durante el año 2019, por ende, están en la obligación de poner en la mesa los temas por las cuales se levantaron millones de personas.
Uno de los temas que abrió octubre en los meses de revuelta, fue el cómo poder financiar las demandas sociales que se exigían como educación, salud, pensiones, vivienda y salarios. Ante la incógnita del financiamiento, del cual Luksic hace mención en su carta, es que para lograr estas demandas, es necesario poner las riquezas y recursos naturales que tiene el país como el cobre y el litio al servicio de las grandes mayorías.
En la misma tónica, Juan Sutil, cuando plantea la incógnita sobre la intención del gobierno actual de crear empresas estatales, expresa que más allá de las moderaciones de la Convención o qué tan real más allá de los símbolos del gobierno de Boric, se creen o estaticen empresas estratégicas para el país, o la discusión de nacionalización, como la de las grandes empresas del cobre, litio y oro, que sólo se aprobó en general en la Comisión de Medio Ambiente y que puede ser cercenada en las instancias que queda hasta su votación particular como iniciativa; lo que le inquieta es que se discutan y qué experiencia pueden hacer sectores de masas que aún ven que la forma de financiar todas las demandas pospuestas sea a través de la nacionalización de los recursos naturales (y es que es la única forma que se cumplan de forma integral), política que afecta directamente las ganancias e intereses capitalistas.
Más allá de que la Convención y sus mecanismo muestran estar cada vez más lejos de las medidas y demandas urgentes de las mayorías, y que Boric no ha pasado más allá de los discursos y simbolismos, los grandes empresarios muestran parte de su resistencia a que le toquen las fortunas que han amasado estos últimos 30 años gracias a la herencia de la dictadura de Pinochet.
Si actualmente la necesidad de poner los recursos naturales a disposición de nuestras necesidades- que sólo ha quedado en lindos discursos-, ha sacado ronchas entre los empresarios, el que esto pase del discurso a los hechos y la acción concreta, tendrá una respuesta y oposición contundente de la burguesía nacional y transnacional.
Es por ello que la única forma de poder conquistar nuestras demandas como educación, vivienda, salud, pensiones y salarios, siendo financiadas por las ganancias que dejan los recursos naturales estratégicos del país, siendo controlados por las y los trabajadores en conjunto con las comunidades, será a través de la organización y alianza entre los sindicatos de los sectores estratégicos como la minería, el puerto, forestales y transportes junto a los sectores golpeados por la avaricia empresarial como las comunidades originarias, la juventud y las mujeres.