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Red Internacional
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Educación. ¿Por qué dicen que el Banco Mundial está detrás del cierre de profesorados?

Análisis del documento del Banco Mundial que Cambiemos sigue paso a paso para reformar la formación y carrera docente a nivel nacional. No es revolución educativa, sino neoliberalismo en estado puro.

Hernán Cortiñas

Hernán Cortiñas Docente delegado de UTE-CTERA

Miércoles 18 de abril de 2018 10:42

A lo largo y ancho del país, desde Jujuy a Ciudad de Buenos Aires, de Santa Fe a Mendoza, crece la movilización de los estudiantes de profesorados en respuesta a un plan brutal de intervención y ajuste.

Este tipo de reformas vienen siendo impulsadas y aplicadas desde hace más de 10 años en gran parte de América Latina. El Banco Mundial es su principal impulsor e ideólogo. Esto se puede apreciar claramente en la publicación que hicieron hace tres años titulada Profesores excelentes, cómo mejorar el aprendizaje en América Latina. Allí el Banco Mundial analiza la implementación de reformas educativas durante la primera década de este siglo y saca conclusiones para imponerlas con la “menor resistencia posible”.

La docencia, culpable de todos los males

El documento arranca con una serie de definiciones importantes. La afirmación más tajante es “La baja calidad promedio de los profesores es la principal limitación que impide el avance educativo en la región y, en consecuencia, restringe la contribución del gasto nacional en educación a la reducción de la pobreza y la prosperidad compartida”. Es decir, que no sólo la docencia por su “mala formación” es culpable de “bajos resultados educativos”, sino que además es responsable de desperdiciar recursos educativos que podrían mejorar los niveles de “pobreza y prosperidad” ¡Toda una declaración de guerra!

A la hora de describir las “falencias” de la docencia señalan “un pobre manejo de los contenidos académicos”, “prácticas ineficaces en el aula”, “un uso limitado de la tecnología” y “no lograr mantener la atención y la participación de los estudiantes”. Un diagnóstico completamente ajeno a lo que pasa en la mayoría de las aulas, pero, vaya casualidad, son los mismos argumentos que el Gobierno utiliza para justificar la intervención y cierre de 29 profesorados en la Ciudad de Buenos Aires.

Los docentes que “sobran” y la “selectividad” de los docentes

En la Ciudad más rica de Latinoamérica cada día quedan cientos de cargos docentes sin cubrir, sin embargo, el Banco Mundial define que existiría “un considerable exceso de graduados docentes con un nivel académico generalmente bajo”. En su visión esto se profundizaría porque “durante los próximos 10 años, se reducirá la población en edad escolar, especialmente del cono sur (…) Dado que se prevé que para 2025 el cuerpo docente se reducirá un 20 % o más en algunos casos, es crucial gestionar tanto las salidas de la profesión como el reclutamiento selectivo”. El problema entonces sería que al estar “la educación de los profesores subsidiada por el sector público, genera un número excesivo de graduados docentes que implica desviar recursos”. En otras palabras, esta reforma de la formación docente busca ajustar el presupuesto e introducir mecanismos meritocráticos de selectividad. El derecho a la educación, bien gracias.

Receta del Banco Mundial para reformas educativas neoliberales

El primer desafío que este organismo internacional propone a los Gobiernos latinoamericanos es vulnerar la autonomía: “el principio de la autonomía vigente en América Latina impide legalmente a la mayoría de los ministerios de educación controlar de manera directa las normas de ingreso a los programas de formación docente previos al servicio”. Y luego se explaya: “la autonomía impide ordenar directamente la modificación de los contenidos de los programas de educación docente”. Luego se explaya con una receta, que en la ciudad de Buenos Aires parecen estar siguiendo paso a paso:

“Para abordar estas cuestiones, los ministerios de educación de la región aplican cuatro estrategias principales: a) cerrar las instituciones de baja calidad que están bajo el control directo del ministerio (por lo general, institutos de formación docente no universitarios); b) establecer una universidad nacional de educación controlada directamente por el ministerio, como el Instituto Nacional para la Educación de Singapur; c) crear becas especiales para los mejores estudiantes, y d) elevar los requerimientos de acreditación de las instituciones de educación superior autónomas, de modo de forzar su cierre o su adaptación”.

No es casual entonces que el proyecto de ley que Larreta impulsa en la Ciudad de Buenos Aires cierre los 29 profesorados para crear una universidad con un interventor y se guarde el derecho de aprobar los estatutos y de volver a intervenir la formación docente a capricho de las mayorías circunstanciales en la Legislatura porteña.

Otros mecanismos de ajuste y disciplinamiento que están planteados para una etapa posterior son “los exámenes obligatorios de certificación (de egreso) constituyen el instrumento más eficaz para elevar la calidad de los profesores” y “contratar profesores que se hayan formado en otras disciplinas, práctica que se conoce como “certificación alternativa” (Teach for America).

El Banco Mundial y el Gobierno tienen su plan de lucha

El primer paso es construir “datos” para justificar la reforma, como intentaron hacer con el operativo enseñar:

“Contar con datos duros sobre los resultados del sistema educativo es una herramienta política clave. La información sobre los resultados del aprendizaje de los estudiantes es muy valiosa, especialmente los resultados con comparativos a nivel internacional y los datos sobre el desempeño docente en pruebas de competencia. El uso de estos datos por parte de los líderes políticos para justificar las reformas ha sido un factor clave de todas las estrategias que han tenido éxito hasta la fecha”.

El segundo paso es largar una campaña comunicacional en donde se gane la opinión pública a favor de la necesidad de una reforma, como hicieron con la tendenciosa pregunta si tenia que transformarse la formación docente en universitaria:

“En una era en que los medios de comunicación masiva ofrecen a los líderes políticos un canal de comunicación directo, una de las fuentes históricas de poder de los sindicatos —la capacidad para movilizar a sus miembros para campañas políticas en gran escala— puede llegar a perder utilidad”.

“Los líderes políticos pueden establecer alianzas eficaces a favor de la reforma entre directivos de empresas y la sociedad civil mediante campañas de comunicación que muestren de manera convincente las falencias actuales del sistema educativo y la importancia de contar con una mejor educación para acceder a la competitividad económica”.

El tercer paso es, a partir de esa relación de fuerzas conquistada, negociar con las conducciones sindicales la pérdida de derechos educativos y laborales.

“Si se unen adecuadamente dos lados del triángulo de partes interesadas (sociedad civil y Gobierno) en diálogo con la tercera parte (las organizaciones docentes), se puede crear el espacio político para la adopción de reformas, incluidas tres que desafían los intereses de los sindicatos (evaluación del desempeño individual de los profesores, pago diferenciado por desempeño y pérdida de la estabilidad laboral)”.

Un plan de lucha de docentes, estudiantes y graduados (docentes en actividad) para ganar la opinión pública en defensa de la educación pública

La masiva movilización del jueves dejó en evidencia que son miles los estudiantes y docentes dispuestos a salir a luchar para tirar abajo la intervención y cierre de los profesorados. El contundente paro del 6 de abril en CABA demostró además que, a pesar de los descuentos y el mes de tregua, la docencia porteña tiene una fuerte bronca frente al ajuste y los ataques del gobierno.

El Gobierno está manejando la agenda mediática en temas educativos a su antojo, pero ¿qué pasaría si la fuerza la docencia en actividad que se formaron en los profesorados y hoy pelean por sus condiciones laborales y de enseñanza se uniera a la fuerza de los jóvenes futuros docentes que hoy toman las calles y se organizan por la defensa de sus profesorados? Si se coordina entre los diferentes sectores en lucha, es posible profundizar y radicalizar las medidas de acción, romper el cerco mediático y pararle la mano a este Gobierno.

Para ello necesitamos la más amplia democracia, debatiendo todos estos problemas en cada escuela, en cada curso, con la perspectiva construir un plenario unificado con mandatos (al que también convoque la conducción de UTE, como sindicato mayoritario) que defina una medida contundente que muestre todas nuestras fuerzas en las calles. Por eso desde la 9 de Abril – Lista Marrón proponemos confluir con todos nuestros reclamos el día 24 de Abril en el marco de un gran paro educativo y que se desarrollen clases públicas en el Obelisco con un corte de la 9 de Julio que sea imposible para los medios invisibilizar. Llenemos de guardapolvos, pupitres, pizarrones, banderas el centro de la Ciudad, llamando a toda la comunidad educativa y al conjunto de los trabajadores a defender la educación pública contra el ajuste y los ataques del Gobierno de Larreta.