Este martes en el Parlament de Catalunya tiene lugar una sesión que puede ser histórica. Puigdemont tomará la palabra para explicar la situación post-1O y desde la CUP, la ANC y Omnium se exige que realice una declaración unilateral de independencia, siguiendo así con la hoja de ruta del bloque soberanista.
Martes 10 de octubre de 2017
La suspensión por el Tribunal Constitucional de la sesión del lunes, las amenazas del Rey y Rajoy, la ocupación policial de policías nacionales y guardias civiles y toda la escalada represiva de las últimas semanas, plantean el riesgo de que el Estado español pueda responder a esta declaración con la aplicación del 155 o hasta el 116 (estados de excepción y sitio).
Contra esta amenaza represiva desde las agrupaciones No Pasarán y Pan y Rosas llamamos a participar en la concentración que tendrá lugar desde las 18h en el Parlament. Pero nuestra presencia allí no es en respaldo o en exigencia al govern para que apruebe una DUI.
No porque consideremos que la voluntad del pueblo catalán “no ha quedado expresada” con el 1O y el 3O, como plantean desde Podemos, ICV y los comunes. Sino porque somos partidarios de una hoja de ruta independiente para hacer efectivo el resultado del 1O, una hoja de ruta que haga realmente posible la independencia y que permita a la clase obrera, la juventud y las mujeres decidir qué república queremos.
La vía de la DUI y la Ley de Transitoriedad consideramos que es impotente para derrotar la ofensiva del Estado y además abre las puertas a una república capitalista de la que nada bueno tenemos que esperar. La propia CUP denuncia que una declaración simbólica de independencia sería inaceptable, pero Junts pel Sí no pretende poner en marcha las fuerzas sociales necesarias para que pase de ser una declaración institucional simbólica.
Para lograr la salida de las tropas de ocupación, para controlar las infraestructuras esenciales (autopistas, aeropuertos, puerto...), para derrotar la guerra económica declarada por las grandes empresas catalanas... para poder vencer por tanto al Régimen del 78, la independencia debe ser impuesta desde una gran movilización de la clase trabajadora y los sectores populares.
La CUP, junto a la izquierda sindical y aquellos sectores de CCOO y UGT que no comparten la política traidora de sus direcciones, deben impulsar la huelga general en sectores como la banca, el control obrero de los movimientos de capitales, de todas las empresas que amenacen con irse, extender la autoorganización a barrios, centros de estudio y trabajo...
Solo así podremos abrir un proceso constituyente verdaderamente libre y soberano, y no con agenda limitada y por arriba como plantea la Ley de Transitoriedad. Solo así podremos conseguir una república catalana, que no sea un calco del modelo social y económico del Régimen del 78, sino una república catalana socialista de los trabajadores, las mujeres y la juventud