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Red Internacional
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Juventud. ¿Por qué la juventud debe impulsar la construcción de una organización socialista?

El sábado 24 de octubre decenas de jóvenes se dieron cita para discutir las perspectivas de la juventud y sus tareas en la construcción de una gran organización revolucionaria en México.

Yara Villaseñor

Yara Villaseñor Socióloga y latinoamericanista - Integrante del MTS - @konvulsa

Sábado 31 de octubre de 2015

Lecciones de Ayotzinapa para la juventud

El momento actual que enfrenta la juventud está signado, por un lado, por las remembranzas de un enorme movimiento democrático que cimbró hace más de un año todas las ciudades del país, repudiando la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Este recuerdo es atravesado por la pregunta de por qué, a pesar de haber señalado la responsabilidad del Estado, el régimen de Enrique Peña Nieto no cayó.

Sucede que no hubo una participación masiva de la clase trabajadora organizada con sus métodos de lucha, como el paro y la huelga, pues las direcciones sindicales charras y aliadas al régimen político hicieron todo lo posible para que este descontento no se expresara activamente en las calles, ni que se movilizaran los potentes batallones de la clase obrera mexicana. Tampoco desarrollaron las incipientes pero importantes acciones de repudio que realizaron sectores de trabajadores como el paro de los telefonistas en el pico más alto del movimiento, el 20 de noviembre,

El descontento no fue suficiente para superar estas debilidades. Gracias a la acción de estas direcciones y a los golpes recibidos, el movimiento obrero está aún por detrás, después de décadas de subordinación al imperialismo, de reformas y tratados que atacan las condiciones de trabajo, los sindicatos y el nivel de vida.

Otro elemento de debilidad del movimiento por los 43 fue que ninguna de las direcciones que estuvieron a su frente levantó una política revolucionaria durante el conflicto, ni buscó ligar el descontento que aglutinaba las movilizaciones por Ayotzinapa con una estrategia para que la clase trabajadora, acaudillando a otros sectores populares, se pusiera al frente de la movilización, y fuera un actor central en la lucha para derribar al régimen político y el gobierno de Peña Nieto.

La profundidad de la crisis política abierta por Ayotzinapa generó incluso que figuras ligadas a partidos del régimen, como Cuautehmoc Cárdenas, convocaran a conformar una nueva constituyente, y su política -como la de Lopez Obrador- repitió una estrategia de reforma y “democratización” de las instituciones.

Frente a esto, y considerando el enorme fenómeno de movilización y repudio que había al conjunto de las instituciones del Estado, desde el MTS planteamos que era necesario que el movimiento obrero, con sus métodos de lucha, adoptase la perspectiva de una huelga general política. Este escenario hubiera implicado un cambio radical en la correlación de fuerzas entre el régimen y las masas, abriendo el camino a la lucha por un gobierno de organizaciones obreras y populares en lucha, que sobre las ruinas de este régimen político asesino convocara a una Asamblea Constituyente libre y soberana. Alli podría discutirse un programa para resolver las necesidades de la población pobre y trabajadora

Ya sea quienes pugnaban por una salida legal-institucional que depositaba toda la confianza en las posibles recomendaciones que la corte interamericana de derechos humanos y otros organismos internacionales podían emitir hacia el Estado mexicano. Ya sea quienes, adscritos a lo que llamamos el populismo y estalinismo, sostuvieron una política centrada en el impulso de acciones radicales pero que eran contrarios de una estrategia política para que la clase obrera encabezase una gran alianza de las clases oprimidas y explotadas contra el régimen; todos fueron adversarios de una política que permitiese hacer real la demanda de Fuera Peña que impulsó el movimiento.

En ese marco, el Morena se fortaleció, apareciendo como opositores al gobierno y los partidos del régimen, con un proyecto centrado en la democratización y reforma de las instituciones, en particular despues del pasado 7 de junio. Su política y su programa, aunque pueda despertar simpatias entre los trabajadores y la juventud por algunas de sus medidas, no apunta a atacar al régimen político de conjunto ni plantea como parte de su programa la ruptura con el imperialismo.

La juventud es hoy testigo de los nuevos fenómenos embrionarios de luchas obreras, particularmente industriales, que exigen mejores condiciones laborales, aumento salarial y libertad sindical. Puede que Ayotzinapa haya impreso nuevos bríos y ánimo en las filas del proletariado mexicano. Que el movimiento obrero empiece a dar señales de recomposición es una gran noticia, sobre todo en el marco de la ofensiva del gobierno que busca garantizar la subordinación al imperialismo estadounidense y las trasnacionales, a través de las reformas estructurales contra el pueblo trabajador.

“Nuestro método es la revolución proletaria, nuestro objetivo el comunismo”

En este contexto, los y las jóvenes organizados en el Movimiento de los Trabajadores Socialistas consideramos que es necesario construir una gran juventud que en las escuelas y los centros de trabajo pelee por una perspectiva obrera y socialista para resolver los problemas más acuciantes de la clase trabajadora y los sectores populares en México.

El Movimiento de los Trabajadores Socialistas (Agrupación Política Nacional) es una organización revolucionaria que forma parte de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional (FT-CI), una corriente que tras regresar al legado teórico-político de León Trotsky, supo resistir la ofensiva neoliberal y de reacción conservadora que golpeó profundamente al proletariado internacional, aprovechándose de la caída del muro de Berlín y la desaparición de la ex URSS para afirmar que la clase trabajadora y cualquier idea que se planteara superar al capitalismo –como el comunismo– estaba muerta.

Al contrario de la izquierda que en todo el globo se adaptó a este discurso, abandonando al movimiento obrero y endulzando el discurso revolucionario, a veces incluso negando la posibilidad de la revolución y eliminando de su argot la necesidad de la dictadura del proletariado, la Fracción Trotskista tuvo el acierto de resistir pacientemente e insertarse en un naciente y potente proletariado.

Con secciones en diez países de América Latina y Europa, la FT-CI es una corriente cuya acción fue determinante, en Argentina, para que ante la amenaza de cierres de fábricas y despidos se planteara otra salida a las y los trabajadores: ocupar los centros de trabajo y ponerlos a producir bajo control obrero, exigiendo al Estado la nacionalización sin pago de las fábricas, como fue el caso de Zanon y MadyGraf. Y esta acción, profundamente revulsiva llegó al viejo continente, y en Grecia, la fábrica Vio.Me retomó su ejemplo. Esta es una de las principales contribuciones de la FT-CI a que la clase obrera internacional avance en su conciencia.

Nuestra corriente también ha participado de las jornadas revolucionarias en Argentina 2001, y ha sido parte de importantes fenómenos juveniles como la juventud sin miedo de Chile, y en México el #YoSoy132 y el movimiento por Ayotzinapa. Somos parte de una corriente revolucionaria internacional que comienza a poner un pie fuerte en el movimiento obrero, como en Brasil, en Argentina, en Chile. Que en Argentina impulsa, desde el Partido de los Trabajadores Socialistas, el Frente de Izquierda y los Trabajadores, que tiene 4 diputados nacionales y obtuvó un millon de votos en las recientes elecciones presidenciales, convirtiendose en la cuarta fuerza electoral del pais.
En México, donde obtuvimos nuestra legalidad como APN, ponemos nuestra energía al servicio de luchas como la de las valerosas obreras de Sandak y del magisterio que enfrenta la reforma educativa.

Construir partidos de combate, partidos leninistas para la lucha de clases

Como decían Lenin y Trotsky, pensamos la preparación de la insurrección como un arte y el partido revolucionario como la fusión de los destacamentos más avanzados de nuestra clase con la intelectualidad revolucionaria. Peleamos por desarrollar organismos de democracia directa, a la par que construimos un partido revolucionario que forme militantes de hierro, que construyan fracciones revolucionarias en los sindicatos, en el movimiento de mujeres y en la juventud.

Nuestra estrategia es la revolución proletaria, con centralidad en la clase obrera, para que la misma levante un programa socialista y acaudille al resto de las clases populares. Que en México y en América Latina, construya una alianza revolucionaria con el campesinado y los indígenas pobres. Nuestra estrategia es que la clase trabajadora, nuestra clase, conquiste el poder político. Para eso aprovechamos cada batalla aislada, cada lucha táctica en perspectiva de acercarnos a este objetivo y avanzar en la tarea de construir el socialismo, primer paso para una sociedad comunista sin opresión ni explotación.

Todos a construir la Juventud del Movimiento de los Trabajadores Socialistas

La última parte de esta jornada de organización consistió en acordar las próximas actividades y ejes de orientación de la Juventud del MTS.

En primer lugar, continuar con la campaña contra la antidemocracia en la UNAM, denunciando la imposición del rector y exigiendo voto universal para elegir los puestos directivos y académicos, a la par de explicar la necesidad de luchar por un gobierno tripartito de trabajadores, académicos y mayoría estudiantil. Convocamos a sumarse a la movilización del próximo 18 de noviembre que partirá de la FCPyS a las 14 hrs rumbo a Rectoría y a empapelar masivamente toda la universidad convocando a ésta. También a realizar por escuela grandes figuras de papel maché con los rostros de los candidatos de la terna para poder quemarlos en un aquelarre al finalizar la movilización del 18/11.

En segundo lugar, ya que esta jornada de organización se enmarca en el brutal ataque de Israel a Palestina, convocamos a denunciar en todas las escuelas esta brutal masacre imperialista, a seguir el conflicto a través de La Izquierda Diario México y a discutir la posibilidad de organizar un mitin en solidaridad con el pueblo palestino en la embajada de Israel.

En tercer lugar, nos sumamos a la convocatoria de las mujeres organizadas en Pan y Rosas de impulsar un gran encuentro nacional de Pan y Rosas con mujeres trabajadoras, sindicalistas y precarizadas, sexodisidentes, estudiantes de todo el país y luchadoras contra el feminicidio, este 21 de noviembre en el DF (sede por confirmar) para discutir un plan de lucha y la necesidad de una organización política que levante como bandera la lucha por los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTTTI.

Además, llamamos a levantar en cada escuela y centro de trabajo reuniones de coordinación para la movilización de este 25 de noviembre, día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres.

Por último, nos sumamos al fortalecimiento y solidaridad de la lucha de las valerosas obreras de Sandak, impulsando comités de solidaridad para que esta lucha no sea quebrada por el hambre o el aislamiento.

Para difundir esta y otras luchas del movimiento obrero industrial, convocamos a un gran foro de luchas obreras el próximo 5 de noviembre en la FCPyS de la UNAM y a solidarizarse activa y económicamente con este conflicto.