Venimos participando en la lucha por el derecho a decidir en Catalunya, contra la represión y en el 8M. Ahora también salimos a la calle junto a los pensionistas.
Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo
Viernes 16 de marzo de 2018

En las últimas semanas los pensionistas vienen protagonizando manifestaciones multitudinarias expresando así un claro rechazo al mísero aumento del 0,25% anunciado por el PP. Una aumento que frente a la subida del 1,4% del IPC se convierte en ridículo.
El ataque al sistema de pensiones viene de lejos. En 2011 ya el PSOE se encargó de alargar la edad de jubilación hasta los 67 años y de aumentar los años de cotización mínimos para acceder a la pensión y también la cantidad de años para calcular lo cotizado. Esto se tradujo en una pérdida brutal de poder adquisitivo de los pensionistas. Dos años más tarde, en 2013, el PP avanzó en el ataque al sistema de pensiones desvinculando el aumento de estas al IPC. Lo que permite que -como este año- las pensiones aumenten de manera ridícula.
Ante este escándalo que genera indignación entre los pensionistas y entre los demás sectores empobrecidos de la población, la marea de pensionistas viene desplegando todo un plan de movilizaciones. El sábado 17 nuevamente están convocadas manifestaciones y concentraciones en más de 100 ciudades del Estado español de las cuales algunas como la de Madrid y las principales ciudades se prevén masivas.
La marea de pensionistas ha lanzado un llamamiento a todos los sectores sociales y en lucha para que se sumen a esta gran pelea contra el Gobierno y sus ataques. El movimiento de mujeres ya ha anunciado que se suma a esta movilización, un hecho importante que puede sumar la enorme fuerza que demostraron las mujeres el pasado 8M con la marea pensionista que viene demostrando un coraje ejemplar.
Además, el llamamiento de la marea pensionista coincide con manifestaciones convocadas contra la Ley Mordaza y la represión a nivel estatal -otro de los temas calientes que el Gobierno quiere acallar- cuyos organizadores han decidido en algunos lugares como Madrid unificar incluso ambas manifestaciones. Un hecho importante que hace que se unifiquen dos de las principales peleas actuales contra el Gobierno y el Régimen.
Del mismo modo la marea pensionista ha hecho un llamamiento directo a la juventud: “Se buscan jóvenes solidarios, comprometidos con su madres, padres, abuelas y abuelos. Que tengan el valor de defender su presente y su futuro. Se ofrece dignidad. Si estás interesado preséntate el 17 de marzo del 2018.”
A la rebeldía de los jubilados se suma la de la lucha contra la represión y la de las mujeres, sectores que vienen peleando en las calles y que junto con el movimiento democrático catalán vienen poniendo en cuestión aspectos principales del Régimen político. De este modo comienza a romperse con la lógica reaccionaria que desde el Gobierno junto con todo el polo monárquico trataban de imponer a golpe de Ley Mordaza y 155. Un Régimen que venía buscando una salida en clave reaccionaria tras la lucha del pueblo catalán.
En cambio, estamos comenzando a vivir un incremento de las movilizaciones sociales en las cuales ya venimos participando desde la juventud. Los jóvenes no podemos quedarnos fuera de esta gran pelea contra el Gobierno, y por un sistema de pensiones digno, tenemos que dar la batalla y hay motivos para ello.
Reforzar y consolidar las luchas
La juventud venimos participando en todas estas grandes peleas que vienen cuestionando y quebrando la restauración reaccionaria del PP.. En Cataluña la juventud se movilizó en contra de la represión y encarcelamiento de algunos dirigentes políticos catalanes por parte del Régimen del 78 y contra el 155, a favor del derecho de autodeterminación del pueblo catalán, para poder decidirlo todo, no solamente si monarquía o república, que constituye un derecho democrático básico, sino también para poner sobre la mesa otras cuestiones sociales importantes para la población catalana.
Donde también fuimos protagonistas las mujeres y la juventud fue el 8 de marzo, como parte de una gran movilización en todos los lugares del Estado español e internacionalmente, que mostró no sólo el hastío por parte de las mujeres contra la violencia machista, los feminicidios o la brecha salarial, sino que también expresó el descontento social generalizado de los más afectados por la última década de crisis y recortes: las mujeres, la juventud y la clase trabajadora. La huelga general de mujeres fue apoyada masivamente por trabajadoras que luchan contra la precariedad laboral fruto de la sociedad capitalista y patriarcal en la que vivimos, mujeres trabajadoras autoorganizadas superando en algunos de los casos a las burocracias sindicales y con independencia de las instituciones del Estado, como pueden ser las Kellys o las trabajadoras del trabajo doméstico, a las que se unieron los y las jóvenes precarias.
El descontento también se expresó en el movimiento estudiantil. La consigna "obreras y estudiantes, unidas y adelante" fue una de las más escuchadas este 8M. A su vez, los bloques combativos impulsados por la izquierda sindical en las distintas manifestaciones expresaron la necesidad de unificar la lucha de los y las jóvenes por una universidad pública, gratuita y universal, libre de violencias machistas y racistas, con la lucha por una sociedad libre de toda explotación capitalista. Porque no le debemos nada a un sistema que se cobra miles de vidas en todo el mundo por las pésimas condiciones laborales a las que jóvenes y trabajadoras se ven sometidas.
Desde las universidades, semanas previas al 8M, peleamos por la autoorganización de las mujeres en conjunto con la juventud y la clase trabajadora, para movilizar y agitar las aulas empolvadas de machismo, para llamar a la huelga a todas y a todos las estudiantes con el objetivo de parar centros de estudios por los reclamos de las mujeres, frente a la inmovilidad de las instituciones que se negaban a realizar un paro institucional para que de esta forma las mujeres más precarias, como son las mujeres de la limpieza, pudieran hacer efectivo su derecho a la huelga.
La jornada del 8M es significativa porque pone sobre la mesa la necesidad de un feminismo anticapitalista, revolucionario y de clase con las mujeres a la cabeza, pero uniéndose con todos los sectores de oprimidos y explotados, para dar una batalla efectiva contra el sistema capitalista y patriarcal.
Los jóvenes también venimos impulsando desde nuestros barrios, colectivos, agrupaciones y universidades la lucha contra la represión. Los casos más recientes demuestran la brutalidad con la que el Estado pretende “disciplinarnos”. Raperos, tuiteros, activistas y periodistas de izquierda vienen sufriendo una persecución que lleva en algunos casos a condenas de prisión. Los jóvenes que estudiamos, los precarios, los parados, lo sentimos como un ataque directo. Nosotros también sentimos un acoso constante en nuestros barrios y en nuestros espacios de ocio. Nos quieren convertir en una juventud sin futuro que además es reprimida brutalmente.
Esta represión no es solo hacia la libertad de expresión: es algo constante y brutal hacia los sectores más oprimidos de la sociedad. Los inmigrantes sufren la persecución y hostigamiento continuo por parte de la policía y el Estado. El pasado día 15 de marzo Mmame Mbage, inmigrante senegalés, falleció a causa de una parada cardiorrespiratoria tras una persecución policial. Después de estos hechos miles de inmigrantes y jóvenes hemos salido a las calles para decir basta de persecución policial y basta de racismo.
Desde la juventud vamos a reforzar la lucha por las pensiones, contra la monarquía, la represión, la precariedad, el patriarcado y el racismo de Estado
Por eso, la juventud y las mujeres tenemos la tarea de reforzar y consolidar las luchas de todos los sectores de oprimidos y explotados y movilizarnos; empezando por marchar el día 17 de marzo junto a la marea de pensionistas. Nuestros abuelos han sido los que han ayudado a subsistir a miles de familias empobrecidas por la crisis en las que los nietos hemos sido precarizados y ultraexplotados. Las reformas laborales junto a las del sistema de pensiones han llevado a miles de familias a situaciones dramáticas. Los sucesivos gobiernos han sido los causantes de esta situación y ahora intentan, a golpe de represión, mantenernos callados.
Del mismo modo desde la juventud estaremos peleando contra la Ley Mordaza, que criminaliza a todos los movimientos sociales. Estamos viendo que reprimen y detienen a compañeras el día 8M, pegan a mujeres catalanas, o asesinan a compañeros inmigrantes como Mmame Mbage.
También vamos a apoyar y sumarnos a la lucha de todos los trabajadores y trabajadoras que se vienen organizando contra la ultraexplotación en las que los jóvenes estamos sobrerrepresentados. Los trabajadores de Amazon preparan una huelga para los próximos días 21 y 22 y los jóvenes estaremos ahí apoyando.
Pero nos son los únicos, la situación comienza a despertar a más sectores de trabajadores que en a pesar de las burocracias sindicales comienzan a organizarse: retomemos la tradición del mayo francés y la unidad con ellos. Las jóvenes y los jóvenes vamos a ser una palanca en todas estas luchas contra el gobierno y las patronales.
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