#GenocidioEnGaza. ¿Por qué los sindicatos y la clase trabajadora debemos abrazar la causa palestina?

Desde principios de octubre a la fecha, el Estado sionista de Israel ha asesinado a más de 10 mil palestinos en la Franja de Gaza, de los cuales más de 4 mil son infancias, casi 3 mil mujeres y más de 600 ancianos asesinados. A estas cifras se suman más de 24 mil heridos, decenas de periodistas, asi como sus familias y personal de salud asesinado, pero también 2 millones de personas desplazadas forzadamente por la nueva ofensiva israelí, en lo que ya es denominada mundialmente como una nueva Nakba o catástrofe palestina.

El gobierno del ultraderechista Bejamin Netanhyaju, apoyando incondicionalmente por Joe Biden y el parlamento de Estados Unidos, ordenó también la suspensión de agua, combustible, electricidad y comida a las y los pobladores que aún resisten en Gaza, así como el cierre de las fronteras a todo apoyo humanitario y bombardeos selectivos a cientos de hospitales, escuelas, refugios, carreteras y ambulancias. Un genocidio en marcha transmitido desde redes sociales, acompañado de crímenes de guerra y una política limpieza étnica contra el pueblo palestino que comenzó hace más de 75 años, el cual hoy escala con la amenaza de usar bombas atómicas para su total exterminio.

Nace un movimiento internacional en solidaridad con Palestina

Este crimen se desarrolla con el silencio cómplice de la mayoría de los gobiernos del mundo, y si bien ya son ocho los países que han retirado a sus embajadores de Israel y cientos han votado a favor de un cese al fuego humanitario en la ONU, lo que prima en la política internacional es la subordinación económica, diplomática y militar hacia las potencias imperialistas de EEUU y Europa, que tienen en el Estado de Israel al gerdarme y guardián de sus intereses en Medio Oriente.

En contraste con el fracaso de los organismos internacionales y de derechos humanos para detener la masacre en Gaza, en las últimas semanas hemos sido testigos del nacimiento de un enorme movimiento democrático en solidaridad con el pueblo de Palestina, que recorre cientos de ciudades en todo el mundo y evoca a la lucha contra la Guerra imperialista en Vientnam y Argelia.

Millones de personas han tomado las calles en Yakarta, Estambul y Medio Oriente ondeando la bandera palestina, mientras que cientos de miles más hacen lo mismo en el corazón de Europa, Estados Unidos, Australia y Latinoamérica.

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La clase obrera y la causa palestina

Entre las movilizaciones masivas que recorren el mundo para denunciar el genocidio en Palestina, participan también sectores de la clase trabajadora y sus sindicatos indignados por la masacre de más de niños, mujeres y personas de la tercera edad. En Gaza, la Federación General Palestina de Sindicatos publicó un llamamiento a los sindicatos y trabajadores del mundo para negarse a fabricar y trasportar armas para el Estado de Israel y tomar acciones en contra las empresas que sean cómplices de los sionistas.

En Bélgica, trabajadores del frente sindical integrado por las Centrales Generales (AC-ABVV), la Asociación de Empleados, Técnicos y Directivos (BBTK-ABVV), el sector ACV para empleados (ACV-Puls) y el sector ACV para empleados en el Sector de Transportes y Comunicaciones (ACV-Transcom), declararon:

"Nosotros, varios sindicatos activos en la logística terrestre, hacemos un llamamiento a nuestros miembros para que no manipulen ningún vuelo que envíe material militar a Palestina/Israel, como hubo acuerdos y normas claras al comienzo del conflicto con Rusia y Ucrania".

En Nueva York, Argentina y el Estado Español cientos de médicos, médicas, enfermeras, enfermeros y trabadores de la salud impulsan declaraciones de apoyo a Palestina, y denuncian al Estado genocida de Israel.

En Barcelona, la organización de Estibadores Portuarios de Barcelona (OEPB) decidió en asamblea el bloqueo de toda actividad relacionada con el transporte de material bélico a Israel y Palestina. En Madrid, trabajadores aeronáuticos protestaron contra las empresas que apoyan el genocidio, bajo el lema “Israel asesina y Airbus patrocina”. También trabajadores de Amazón denunciaron que la empresa suministra servicios tecnológicos y de inteligencia artificial al Estado de Israel.

En México también hay sectores de trabajadores y trabajadoras que se han sumando a las marchas de solidaridad con Palestina y para exigir alto al genocidio. En la Ciudad de México, los últimos fines de semana se han realizado movilizaciones pro-palestinas en las que participaron trabajadores y trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para Adultos (SNTEA), docentes de la agrupación Nuestra Clase, el Sindicato Mexicano de Electricistas, BDS México y otros tantos sectores de la clase trabajadora, así como también organizaciones sociales, entre ellas el Movimiento de los Trabajadores Socialistas y Pan y Rosas- México.

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El surgimiento del movimiento internacional en contra de la guerra y el genocidio en Palestina, está impactando y movilizando también a los batallones de la clase trabajadora internacional, pues más allá de la nacionalidad, etnia o raza, el crimen contra el pueblo palestino es el crimen contra los pueblos oprimidos del mundo en manos del imperialismo y sus aliados. Si hoy avanzan en la masacre del pueblo y trabajadores en Palestina, mañana querrán hacer lo mismo en cualquier país y region.

Ante el fracaso de organismos como la ONU y la complicidad de los gobiernos del mundo ante el genocidio de Israel, las manifestaciones masivas y el movimiento internacional de solidaridad se presentan como la opción más viable y efectiva para detener el genocidio. L@s socialistas consideramos que, sólo la unidad y solidaridad entre las clases trabajadoras y los pueblos oprimidos del mundo, hermanados en la lucha antiimperialista y anticapitalista, podremos ponerle fin a la barbarie que estamos viendo en Gaza.

La lucha por el derecho a la autodefensa y a la autodeterminación del pueblo palestino, así como la extinción del Estado colonial de Israel, son tareas que solamente pueden ser llevadas hasta el final con la clase trabajadora del mundo entero al frente y bajo la perspectiva de un Estado Palestino laico, obrero y socialista, en donde puedan convivir pacíficamente árabes, judíos y musulmanes.

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