NO LA TENÍAS. ¿Por qué los socialistas defendieron a Oscar Wilde?

“Soy uno de los que están hechos para excepciones, no para las leyes” . Oscar Wilde

Oscar y Alfred se encontraron por primera vez en Londres durante una reunión de intelectuales durante un verano del año 1891. Wilde tenía 38 años y Douglas 22, así fue que empezó el amor entre ellos. John Sholto Douglas, conocido por haber inventado las reglas del boxeo moderno– exigió a su hijo que terminara su relación con el dramaturgo irlandés, de lo contrario le retiraría su apoyo económico, pero “Bosie” no le hizo caso.

No contento con ello, el padre Douglas quiso interrumpir en el St. James Theatre, en Londres, durante la noche del estreno de La importancia de llamarse Ernesto, y así obligar a Oscar Wilde que asuma públicamente su homosexualidad. ¿Muy piola, no?

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Pero Oscar Wilde zafó. Llamó a su amigo Robert Ross, periodista y crítico de arte canadiense y se asesoró legalmente. El abogado Edward Clarke llevó el caso. George Bernard Shaw y Frank Harris, conocidos de Oscar, trataron de convencerlo de no seguir adelante con la demanda por “difamación” contra John Sholto Douglas y le sugirieron que siguiera escribiendo en el extranjero. El irlandés, quiso defenderse aunque la ley no estuviera a su favor. El 2 de marzo la policía arrestó al marqués de Queensberry, acusado de difamación. Sin embargo recuperó su libertad y fue el comienzo del fin para la carrera del escritor.

El 27 de mayo de 1895 Oscar Wilde fue condenado a dos años de trabajos forzados en el penal de Reading a 65 kilómetros de Londres. Se vino abajo, su esposa dejó de hablarle y sus amigos se alejaron. Al salir de prisión Wilde tuvo que exiliarse en París y tras el juicio, su esposa Constance se fue a vivir a Suiza junto a sus hijos y cambió sus apellidos por el de Holland. Oscar Wilde murió solo a los 46 años, su legado es su pluma.

¿Quiénes fueron los socialistas que lo defendieron?

El Partido Socialdemócrata de Alemania tuvo a dos referentes que hicieron una defensa pública tomando los argumentos que los propios homosexuales tenían en esa época para defenderse de los castigos que los llevaban a la cárcel. La defensa no era en un sentido de avalar una plena libertad sexual sino contra el ataque penal del régimen.

Eduard Berstein, nació en Berlín en enero de 1850. A propósito del juicio hacia el dramaturgo Oscar Wilde escribió dos artículos “Con ocasión de un juicio sensacional”, publicado en Londres en el mes de abril de 1895 y “A modo de juzgar la relación sexual anormal”, publicado en mayo del mismo año. En el primero citado dice que "el amor masculino, como tantas otras anormalidades de la conducta sexual en general, se ha dado entre los pueblos más variados y en los más distintos niveles de desarrollo cultural, y no puede sacarse conclusiones sobre la viabilidad de la suciedad en su conjunto de la ocurrencia aislada", refiriéndose al inicio del juicio de Oscar Wilde.

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August Bebel en la 16va sesión del Reichtaig de Enero de 1898 se pronunció contra el artículo 175 del código penal alemán que estuvo vigente en Alemania desde el 1 de enero de 1872 hasta el 11 de junio de 1994, cuyo contenido penaba las relaciones homosexuales entre personas de sexo masculino. De hecho, desde 1935 (párrafo 175b) hasta 1969 abarcaba incluso los «actos contra natura con animales». Allí afirmó que quisiera atreverse "en este período de sesiones –quizás alguno de los caballeros no han tomado nota de esto- a decir que tenemos ante nosotros una petición impresa firma da por mí personalmente, entre otros, y por un número de colegas de otros partidos, además de gente de círculos literarios y académicos, por juristas del más ilustrado pensamiento, por psicólogos y patólogos y por expertos del más alto rango en este campo. La petición, que por razones entendibles no deseo explayarme enteramente en este momento, pide por una revisión del Código Penal así como por la derogación de las disposiciones más relevantes del Párrafo 175".

Es importante dar cuenta de esta larga tradición ocultada ya que al interior del socialismo se dio desde muy temprano los primeros pasos decisivos en la lucha contra los prejuicios morales y reaccionarios de las clases dirigentes, que apoyadas en el peso de instituciones como la Iglesia, se imponía en los rincones más profundo de la vida privada de las personas, incluso pensando que la homosexualidad. Yendo más adelante la Unión Soviética en 1918 fue el primer Estado en el mundo que despenalizó el delito de la sodomía. Luego se retrocedió por el advenimiento del stalinismo y su penalización en 1933.

La homofobia del estalinismo sirvió para reforzar una idea al interior del movimiento obrero alejada de cualquier pretensión de hegemonía sobre parte de los oprimidos. Lo cierto es que la experiencia rusa adelantó muchas de las batallas que más adelante enarbolarían los movimientos de liberación sexual: la pelea contra el poder disciplinador del Estado, contra la institución eclesiástica y contra los efectos normativizantes de la medicina y otras disciplinas.