Es necesaria una explicación sobre el triunfo de Liberación que permita sacar conclusiones políticas para la izquierda estudiantil en específico y la izquierda del país en general.
Miércoles 7 de abril de 2021
El triunfo de Liberación
Es muy importante comprender qué hizo posible que Liberación Nacional ganara la FEUCR 17 años después de su último triunfo. Liberación había sido, hasta el último gobierno del PAC, el partido más neoliberal en el poder, el que más había atacado a la clase trabajadora. Por ese rol claramente burgués, Liberación no había logrado juntar una mayoría electoral para ganar las elecciones, aunque siempre mantuvo un alto caudal electoral en todas y cada una de sus derrotas electorales universitarias. Las clases medias progresistas y reformistas y los sectores trabajadores reformistas y de izquierda hacían una mayoría más grande que Liberación.
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En las condiciones antidemocráticas en que se realizaron las elecciones federativas, marcadas por modos de votación que afectaron sensiblemente la participación electoral y en un ambiente político universitario marcado por la polarización entre Liberación y el Frente Amplio, generada por la inclusión de las universidades dentro del proyecto de ley de empleo público, política de gobierno y de la mayoría legislativa en la cual Liberación tiene un rol dirigente, se da una elección que parecería normal en cuanto a los porcentajes de votación para cada partido en las diversas áreas de la universidad, con una única excepción: la mesa de Educación, donde Liberación obtiene un porcentaje de votación cercano al 70% y una diferencia de más de 110 votos.
¿Qué significan esos 110 votos? Significan dos cosas al mismo tiempo: el alcance del aparato de Liberación y el uso que las clases sociales le dan a los aparatos que representan sus intereses en momentos concretos. Esos 110 votos de aparato son una manifestación de lucha de clases en el terreno electoral, que le dan un giro brusco a la situación política universitaria, donde Liberación ha conseguido una herramienta para llevar adelante su proyecto de ajuste dentro de la Universidad.
¿Cómo fue posible ese triunfo?
En primer lugar, aunque Liberación Nacional no ganaba las elecciones siempre mantuvo una gran fracción de votación. En ese sentido Liberación siempre ha contado con una base importante ya de por sí. Esa base se impuso en las condiciones electorales descritas.
Esa base social sólida Liberación la ha tenido frente a los últimos partidos que han ganado la FEUCR de manera invariable, siendo una base social más sólida que la de estos mismos partidos.
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La especulación de que se hubiese podido realizar una alianza electoral entre el reformismo y la izquierda para evitar el triunfo de Liberación o incluso quienes buscan profundas reflexiones en supuestos errores de la izquierda (que los hay), no parecen tomar en cuenta el carácter nacional conque cuenta Liberación y por tanto su juventud, para explicar el principal motivo de la victoria liberacionista.
Cabe preguntarse si han existido orientaciones para intentar socavar la base
granítica de Liberación que podrían haber usado desde el Directorio federativo. Más que eso, parece que todos los partidos que han estado en la FEUCR, se han visto obligados a postularse como mal menor frente a Liberación como una práctica cotidiana para lograr el voto. Tal fue la táctica de Convergencia, de Progre y de Alternativa.
La polarización contra Liberación siempre les ha dado resultados electorales y desde ese punto de vista, también se apoyaban en la fuerza política de Liberación, sin ser en realidad políticamente hegemónicos. Menos aún intentaron esas corrientes llevar adelante un proyecto refundacional del movimiento estudiantil, desde el cual se ayude a la organización de la clase trabajadora y la izquierda revolucionaria, junto con el movimiento de mujeres, movimiento campesino, etc.
Una unidad electoral de la izquierda con el reformismo, misma que en sí solo parcialmente podría impedir que Liberación gane esta elección, sería un peligro sobre todo para la izquierda, ya que se confundirían banderas con organizaciones que han intentado e intentan impedir la construcción de una izquierda revolucionaria, pero también se alimentarían las ilusiones de la colaboración de clase propio de las clases medias universitarias y se borraría por completo la posibilidad de un programa político trabajador independiente.
El asunto es que ni la base de clase media progresista reformista ni la clase trabajadora ni la mayoría de la izquierda se hicieron presentes en las elecciones. Nos inclinamos a pensar que la orientación de Alternativa ha adormecido a su propia base social y a la izquierda. La política de administrar la crisis financiera que la Universidad atraviesa desde hace años, aunado al hecho de que en dos ocasiones
Alternativa ha firmado la “paz social” después de sendos actos represivos del Gobierno en medio de importantes picos de la lucha de clases del país, son hechos en sí mismos desmoralizadores para las clases medias y en menor medida para la clase trabajadora. Esta desmoralización desmovilizó a la base reformista.
Por otro lado, en la izquierda, que en un clima de tal polarización centenas de estudiantes hayan votado por la transformación democrática-radical de la universidad es absolutamente meritorio y uno de los principales hitos de
la izquierda en las últimas décadas. Esa votación tiene un peso propio, que debe ser ponderado adecuadamente.
La votación para la izquierda
Más allá de ubicaciones políticas parciales de grupos que por su naturaleza son obviamente estudiantiles, lo cierto del caso es que por primera vez, tal vez en la historia del movimiento estudiantil, la orientación estratégica de la campaña de Organizate, en la izquierda, implica realmente una transformación radical de la Universidad. La campaña por el voto universal, que de hecho no pueden negar ni el Frente Amplio ni Liberación Nacional, obtuvo centenas de votos en una
campaña muy polarizada y antidemocrática.
Si bien es cierto la izquierda en general tiene un retroceso electoral, en el marco de las condiciones señaladas no es un detalle que un grupo no hegemónico (ni neoliberal ni anti-neoliberal pero anticapitalista) haya podido incluso
participar de esta elección, posibilidad que de hecho no tenían los otros grupos de la izquierda que se reivindica trotskista. Esa votacion es un importante punto de apoyo para avanzar en la defensa de la Universidad.
En ese sentido, el no haber continuado con la coalición La Lucha al Frente, con Organizate incluido, parece haber sido uno de los grandes errores de la izquierda que se reivindica trotskista. En efecto, después de que en 2016 la coalición de las fuerzas de izquierda obtuviera un importante caudal electoral, en 2021 tanto Convergencia como Ya Basta no han participado de estas elecciones.
Extrañamente en 2017 ambas organizaciones estuvieron en contra de reivindicar el derecho al aborto como base de la alianza electoral de la izquierda en la campaña FEUCR. Afortunadamente hoy ambas organizaciones sostienen el derecho al aborto públicamente, pero no pudieron participar del proceso electoral debido a que no contaban con la fuera necesaria para inscribirse.
Parece que tanto Convergencia como Ya Basta no se han preocupado por el programa político a levantar dentro del movimiento estudiantil. Creemos que esto es evidente debido a que Convergencia ha caído presa de sus desviaciones electoralistas, ante una base más claramente cohesionada por el reformismo, no ha podido reivindicar un programa con hegemonía de la clase trabajadora, un programa de transición, propiamente socialista. Las desviaciones burocráticas que
Convergencia tuvo a través del tiempo quedaron mejor que nunca demostradas en las jornadas estudiantiles del 2019, cuando esta corriente buscó construir una dirección, un “aparato burocrático” que le respondiera directamente a las orientaciones centristas de la dirección de Convergencia por encima de la movilización estudiantil (y sin legitimidad alguna), que no aportó ni un solo elemento en la dirección política de todo el movimiento.
En el caso de Ya Basta, su constante sectarismo y capitulación a cualquier corriente política que no se reivindique trotskista, los ha llevado poco a poco a posiciones cada vez más “objetivistas” y “campistas” (al llegar a afirmar que la votación federativa se da como parte de un clima nacional a la derecha) y al absurdo sectario de llamar a organizarse a todos los estudiantes dentro de una corriente
que prácticamente no tiene incidencia real y sin un programa político claro.
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Arriba sosteníamos que la base reformista no se ha movilizado debido a la desmoralización ante el combate que ha sostenido Alternativa durante años. Esta desmoralización tiene una base material: el comportamiento absolutamente
antidemocrático que el reformismo juvenil directamente ligada al Frente Amplio y a Vanguardia Popular (esto es, el stalinismo nacional) tuvo durante las jornadas estudiantiles de setiembre del 2019, mismas que impidieron el desenvolvimiento revolucionario de esas jornadas. Esas fuerzas políticas reformistas (que cómodamente se hacen pasar por autonomistas, con el convenio del autonomismo)
desviaron el conflicto con métodos antidemocráticos, para regresar a la normalidad electoral y por supuesto, llevar al movimiento estudiantil bajo la dirección de la Rectoría. Liberación en la FEUCR es una consecuencia de este accionar reformista antidemocrático.
Lo que viene
Hace 17 años, cuando Liberación Nacional estuvo por última vez en el Directorio de la FEUCR, se debió a que la corriente política ligada a José María Villalta (Gente U la original) dejó abandonada la FEUCR, que cayó en un vacío sin elecciones de tres años, hasta que Liberación la tomó y condujo por un año.
En ese año el movimiento estudiantil se movilizó con independencia tanto de la rectoría de Macaya como de la Federación, que se veía obligada a marchar con posiciones no muy neoliberales en medio de una marejada estudiantil que, heredera de las jornadas revolucionarias de marzo y abril del 2000, empezaba sus movilizaciones contra el TLC.
En el clima político actual, en una situación de transición, con fenómenos no del todo definidos, con un Gobierno totalmente entregado al FMI y al capital financiero internacional al punto de haber perdido todos los puntos de apoyo propiamente nacionales, en medio de una gran agitación social en la cual los golpes de la burguesía y el imperialismo, así como los golpes de la clase trabajadora y el pueblo pobre están a la orden del día, podría ser que el movimiento estudiantil
tuviera una oportunidad para emerger renovado ante las estrategias políticas del reformismo, del autonomismo y de las corrientes políticas que zigzaguen entre el reformismo y posiciones revolucionarias, para emerger con un claro proyecto refundacional no del movimiento estudiantil, sino de la Universidad como un todo, a través del voto universal, o sea, del gobierno estudiantil de la Universidad, lo que sería el mejor resultado posible de una estrategia para poner la Universidad al servicio de la clase trabajadora.
Los grupos de la izquierda que se reivindica trotskista, así como la izquierda reformista, pueden moverse de manera consciente en este sentido y por tanto adoptar una orientación claramente revolucionaria. Los acuerdos programáticos están claros y depende de las direcciones políticas dar un paso certero para construir un espacio conjunto de militancia desde el cual impulsar las
revindicaciones compartidas entre organizaciones dentro del movimiento estudiantil.
En ese sentido le proponemos a todo el movimiento estudiantil, así como las organizaciones de izquierda como el Frente Amplio, el PT y el NPS los siguientes elementos programáticos unitarios:
1) Exigimos el voto universal para toda la población universitaria. Una ínfima minoría gobierna sobre una inmensa mayoría. La universidad debe ser radicalmente transformada en un sentido democrático y anticapitalista. Es necesario un gobierno estudiantil en alianza con docentes y trabajadores universitarios, que ponga la Universidad como un todo al servicio de la clase trabajadora y no al servicio del capital, del gobierno y de una ínfima capa administrativa que gobierna según sus propios intereses.
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2) Es urgente resolver el problema de cupos que afecta cada vez más a decenas de miles de estudiantes. Nuestra solución es el pase a plaza de todas las personas interinas, para que de esa manera se cubran con seriedad todos los grupos y cursos necesarios para que personas que la Universidad ya admitió puedan realizar realmente sus estudios.
3) Es necesario defender las conquistas democráticas al interior de la Universidad, sobre todo ante los previsibles golpes que Liberación intentará desde la FEUCR. En ese sentido llamamos a defender radicalmente la libertad de cátedra y la autonomía financiera de la Universidad. Especialmente defendemos el derecho al pensamiento crítico y concretamente la enseñanza del marxismo dentro de las Universidades, un elemento que ha sido duramente criticado por la derecha desde la Asamblea Legislativa.
4) Llamamos a resistir dentro de la Universidad los recortes, la ley de empleo público y en general el avance del FMI y el gobierno PAC. Para ello proponemos la creación de espacios de militancia conjunta (virtual o presencial) cuyo objetivo sea la defensa ante los golpes mencionados, sumando el no pago de la deuda externa, el no pago al préstamo del Banco Mundial, impuestos a los grandes empresarios, expropiación de la Zona Franca, salarios de emergencia durante la pandemia, luchar por la producción de vacunas rompiendo las patentes imperialistas, etc.
5) Por un Encuentro de Mujeres Universitarias para impulsar una campaña democrática por el derecho al aborto dentro de la Universidad. El NPS/Las Rojas han criticado a Organizate por sostener la necesidad de un encuentro democrático para decidir los mecanismos de la campaña por el derecho al aborto. Alertamos que Las Rojas están llevando adelante una táctica de frente popular, de colaboración de clases dentro de un espacio reducido y burocrático, con corrientes feministas
que se dicen independientes del PAC pero que en los hechos son corrientes liberales burguesas. Esta táctica es muy peligrosa y puede desmoralizar al movimiento de mujeres de la misma manera que la orientación de colaboración de clases de Alternativa desmoralizó a su propia base social, llevando al movimiento de mujeres al callejón sin salida de terminar fortaleciendo las instituciones del Estado,
instancia que es el origen de la violencia a las mujeres. Las respuestas lanzadas desde la Asamblea Legislativa, para intentar penar más el aborto son un gran peligro que se cierne sobre todo el movimiento de mujeres y es una respuesta reaccionaria para desmovilizar. Solamente un espacio democrático y realmente asambleario, un espacio de frente único, puede dar el aire que el movimiento de mujeres va a requerir para enfrentar a sus enemigos reaccionarios.
6) Proponemos al movimiento estudiantil y la izquierda sostener la demanda de tierras de miles de campesinos e indígenas en las zonas Norte y Sur del país, así como las demandas de mejores condiciones laborales y políticas para la clase trabajadora en el sector privado. Por una reforma agraria integral, por la construcción de un sindicato único en toda la empresa privada que rompa
con las burocracias sindicales y sea una herramienta real de lucha para la clase trabajadora.