Uno de nuestros lectores nos hizo llegar esta denuncia, indignado por el uso que hicieron de él con fines netamente políticos: el gobierno del PRD no quería a los maestros manifestándose en "su" Zócalo. Al final no pudieron cumplirle al gobierno de Peña Nieto y los maestros ejercieron su derecho a la protesta.
Miércoles 13 de junio de 2018
Soy trabajador de una dependencia del gobierno de la ciudad. Hoy me presenté a mi cubículo como cada mañana, apenas me instalaba para empezar a trabajar cuando nos ordenaron que tomáramos nuestras cosas porque debíamos ir al Zócalo capitalino urgentemente.
Junto a otros compañeros, tomé mis cosas y apresurados por mi jefe inmediato salimos corriendo hacia el punto indicado. Al llegar, decenas de trabajadores montaban pequeñas carpas, la explanada estaba llena de consultorios móviles y hasta un comedor.
Pregunté qué tarea debíamos realizar, nadie sabía nada. Unos decían que se trataba de una feria de salud, pero la mayoría no tenía idea de qué hacíamos ahí. Aunque había más de 10 consultorios médicos, en ninguno quisieron atender a una mujer adulta, de unos 70 años, con crisis de hipertensión. Sí no iban a atender a la gente ¿qué hacían ahí tantos consultorios?
Durante 8 horas estuve ahí, junto a mis compañeros, nunca nos dijeron qué actividad realizaríamos y en los hechos no hicimos nada en concreto, cargamos sillas, mesas, pero nada que tuvieron relación con la supuesta “Feria de Salud”, nada que justificara nuestra asistencia en el lugar.
A pesar de que empezó a llover desde las 2 de la tarde, no nos permitieron retirarnos. No tenía sentido permanecer ahí, si con el cielo despejado no hicimos nada en las primeras 4 horas, con la lluvia cayendo no había nada que hacer.
Otra cosa que me pareció muy extraña, fue el arribo de más de 200 policías de golpe, a las 6:30 la plancha estaba llena de policías auxiliares.
Nada tenía sentido en realidad, hasta que a las 6:45 p.m. llegaron cientos y cientos de maestros. Entonces entendí lo que había pasado todo el día. Nos sacaron de nuestro centro de trabajo, nos mantuvieron 8 horas sin realizar alguna actividad productiva,estuvimos bajo la lluvia por más de 4 horas, con frío y sin abrigo… sólo para ocupar la plancha del Zócalo y así evitar la concentración de los maestros.
Me sentí mal, usado. Yo trabajo para mantener a mí familia, obedezco órdenes para mantener mi sustento. ¿Pero, interferir con la lucha de los maestros que defienden la educación de mis hijos?
Eso no lo hubiera hecho, me siento en deuda con las maestras y los maestros que están poniendo su vida para defender la educación de los niños en mi país.
A modo de pago, creo que quedándome corto, escribo esta denuncia, la dirijo al diario en el que he leído todo lo que los maestros han enfrentado por defender sus derechos y el derecho a la educación de mis hijos y los hijos del pueblo mexicano.
