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Red Internacional
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Trabajadores. ¿Por qué podrían trabajar todos repartiendo las horas de trabajo?

La jornada laboral impuesta por los empresarios permite apropiarse del tiempo libre de los trabajadores para transformarla en ganancia individual. Sin embargo, la jornada laboral puede reducirse repartiendo las horas de trabajo entre todas las personas, sin disminuir el salario.

Vicente Mellado

Vicente Mellado Licenciado en Historia. Universidad de Chile. Magíster © en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. Universidad de Chile

Jueves 30 de marzo de 2017

Reducir la jornada laboral es considerado por los sectores conservadores y neoliberales del país como un acto de apología a la flojera y de querer destruir la economía nacional. Esta visión política ha sido transmitida a gran parte de la sociedad chilena: trabajar menos y ganar lo mismo o más, es considerado como una canallada sinvergüenza.

El asunto es que en una sociedad capitalista los seres humanos que reproducen su fuerza de trabajo percibiendo un salario han sido acostumbrados a naturalizar que los gerentes y dueños de las empresas sí pueden trabajar menos y ganar una renta 10, 20 e incluso 50 veces mayor al trabajador/a común y corriente.

El lema para trabajadores y sectores medios es: la vida cuesta ganársela y para ello hay que trabajar harto. Es cierto, siempre y cuando se perciba un ingreso que como mínimo asegure el acceso a la canasta familiar, y que la jornada laboral permita el ejercicio del tiempo libre para las personas.

Habiendo tanto dinero circulando en Chile, ¿sería posible reducir la jornada laboral e incrementar el salario de los trabajadores? Absolutamente.

No solo se podría reducir la jornada laboral a 6 horas al día durante los cinco días de la semana y eliminar el trabajo dominical. Se podría distribuir la jornada de trabajo entre más personas y terminar con el desempleo de una vez por todas. Pero esto choca directamente con los intereses empresariales. Estos argumentan que es imposible reducir la jornada laboral. Primero dirán que es propio de “gente que no quiere trabajar”. Después dirán que arruinaría la economía. Estos constituyen argumentos falsos.

Las personas sí quieren trabajar, pero en condiciones laborales dignas y con un salario que les permita la realización individual. Eso en Chile y el mundo no existe. La extensa jornada laboral condena al trabajador a la alienación y perder el contacto con sus seres queridos.

En segundo lugar, los empresarios chantajean a los trabajadores al decir que es imposible reducir la jornada laboral. Lo dicen porque implicaría la reducción de su tasa de ganancia. Eso es lo que llaman incremento de los costos, cuando deben desembolsar más dinero en solventar un gasto como sería contratar más fuerza de trabajo por menor jornada laboral.

La jornada laboral podría repartirse entre toda la humanidad. Pero para ello la división social del trabajo debe ser controlada por los trabajadores y no por los empresarios. Eso significa que para conquistar la jornada de trabajo a 6 horas los 5 días de la semana los trabajadores con salarios más bajos y capas medias asalariadas deben organizarse en una gran fuerza material que se imponga a los empresarios.


Vicente Mellado

Licenciado en Historia. Universidad de Chile. Magíster © en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. Universidad de Chile

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