Rechazan iniciativa del PT para desaparecer las afores y devolver al Estado administración de ahorros para el retiro.
Miércoles 23 de septiembre de 2020
En la cámara de diputados es donde el PT presentó su iniciativa que plantea que todos los fondos sean manejados por el Estado mexicano, a través del IMSS y del ISSSTE y que se abrogue el sistema de capitalización individual, es decir, que desaparezcan las afores.
En el proyecto señalan que esta propuesta está inspirada en el planteo de la Confederación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores de la República Mexicana, que pide la restitución del Régimen Solidario de Reparto que consagraba en las leyes del IMSS y del ISSSTE de 1973 y 1983, respectivamente, y que fueron anuladas por "un neoliberalismo cada vez más voraz que impulsa una nueva etapa de acumulación del sistema capitalista".
Así defiende el PAN las afores
Juan Romero Hicks, coordinador de la bancada del PAN en la cámara de diputados, se refirió a la iniciativa del PT como una ocurrencia y una propuesta financiera del siglo pasado. Claro está que son ardientes defensores de los especuladores financieros que comandan las afores, y cómo no, si el expresidente Felipe Calderón, panista, fue el impulsor de la reforma de pensiones del ISSSTE, así como el expresidente Ernesto Zedillo, del PRI impulsó la reforma del IMSS, que entró en vigor en 1997.
Fueron el PRI y el PAN quienes pusieron los ahorros de los trabajadores a disposición de los especuladores financieros de las afores, y de seguro fueron generosamente recompensados por eso.
La reforma del Morena
La respuesta del Morena, aliado electoral del PT y del ex Partido Encuentro Social, no se hizo esperar. En voz de Mario Delgado, coordinador de Morena en la cámara de diputados, señaló como inviable la propuesta y declaró “No la conozco a fondo, pero yo no creo que sea la salida en este momento lo que propone el PT. (…) generaría una presión muy importante sobre las finanzas públicas. Yo creo que tenemos que seguirle buscando y que el sector productivo contribuya a un sistema de pensiones más justo en nuestro país”.
Delgado apeló a esperar la reforma prometida por AMLO, de bajar las comisiones que las afores cobran a los trabajadores a niveles internacionales, 0.6%, y el aumento de los aportes patronales de 5 a 15%. Reconoció que mientras las afores ganaron altas utilidades, pero que los trabajadores van a tener pensiones absolutamente insuficientes.
A su vez, afirma que con los aumentos salariales que da AMLO aumentará el monto de las pensiones. Nada más lejos de la realidad, ya que por un lado, la mayoría de los trabajadores ganan entre uno y tres salarios mínimos, es decir, entre $3,696,60 a $11,089 y no alcanzan para cubrir el costo de la canasta básica más vivienda, transporte, telecomunicaciones, vestido y calzado, entre otros productos y servicios esenciales para vivir. Esto quiere decir que entre quienes reciben una pensión, serán acreedores a una cantidad ínfima, pues se calcula que la gran mayoría apenas si recibe una "tasa de retorno" del 24% de su último salario. Si ganaba sólo el mínimo sólo recibirá la cuarta parte de ese salario mínimo ($ 887.04 por mes) que no alcanza para nada.
Peor aún, con la pandemia se han recortado salarios y se han impuesto despidos, cuestiones que se suman a la práctica de los empresarios de declarar salarios mínimos a sus trabajadores aunque ganen un poco por encima del mínimo, para pagar lo menos posible de aportes al IMSS. Esto en los casos de los trabajadores de nómina. Quienes laboran por proyecto o por honorarios, con contratos simulados -un modelo muy extendido en el sector público-, o en el sector informal, están en condiciones más complejas, ya que no tienen ahorro para el retiro.
Delgado quiere ocultar el sol con un dedo al afirmar que el gobierno AMLO estableció un sistema no contributivo de pensiones, pero el monto es de $1275 por mes, (sólo para los que han sobrevivido 68 años o 65 si se es indígena, lo que excluye a una gran parte de la población que ha terminado su ciclo productivo) una ayuda insuficiente para que cualquier ser humano pueda vivir dignamente en la actualidad.
No terminar con las afores, que se enriquecen a costa de los ahorros de los trabajadores, es favorecer a los capitales especulativos por encima del bienestar de las mayorías. Un gesto más de AMLO para no confrontarse con los empresarios y los inversores extranjeros.
Qué reforma de pensiones hace falta
Con crisis económica y sanitaria, según cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), las 10 afores obtuvieron una utilidad neta de 9 mil 438 millones de pesos de enero a julio pasado, cifra superior a los 8 mil 327 millones que reportaron en el mismo período de 2019.
La vuelta del dinero de los ahorros para el retiro a manos del Estado, al sistema de reparto solidario sin más, con la larga historia de corrupción y desfalco por parte de altos funcionarios públicos puede generar desconfianza, cuestión frente a la cual el proyecto presentado por el pt no da respuesta.
Por su parte, la reforma de AMLO no resuelve el problema de que con el sistema individual los ahorros para las pensiones se usan para que fondos de inversión especulen y se enriquezcan mientras las jubilaciones se reducen cada vez más.
Hace falta recuperar el derecho a una pensión digna, equivalente al costo de la canasta básica y ajustable según la inflación, para todos los trabajadores al final de su vida laboral. Esta demanda debería ser tomada por las direcciones sindicales que se reivindican democráticas, hoy en tregua con el gobierno, e incluirla en un pliego de reivindicaciones para un plan de lucha nacional.
Es necesario que quienes laboran en el sector informal o quienes laboran bajo contratos de simulación, como servicios profesionales por honorarios, cuenten con esta prestación, tengan salarios que cubran las necesidades básicas de sus familias y que sus empleadores realicen los aportes para la pensión.
Es indispensable volver al sistema de reparto estatal y que los aportes de los trabajadores en activo se utilicen para financiar las pensiones de quienes ya están retirados, pero que sean administrados por los mismos trabajadores, con el asesoramiento de profesionistas como actuarios, contadores y administradores que no estén comprados por las empresas y que no estén al servicio del gobierno. Esa es la única forma de terminar con la corrupción y garantizar el derecho a una pensión digna para el conjunto de la clase trabajadora.